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Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

martes, 27 de diciembre de 2022

No dejes de cambiar

No, no te confundas:
añoro los viejos tiempos,
pero no te cambiaría por nada.
No quiero que seas más musa
de poemas de sentimientos genéricos.
Quiero que mis versos sean lanzas
que atraviesen tu costado,
que te dejen sin aliento,
que te eleven a los cielos
o que te sostengan en los días malos.

No quiero que seas quien ya fuiste,
no quiero deshacer todos los caminos
que nos pasamos años habiendo recorrido
solo por un fugaz sentimiento de felicidad
que tarde o temprano se volverá a marchar.
No somos química, no somos dogma.
Te quiero a sabiendas de que un día 
puede que me dejes con besos en la boca
que jamás podre poner en tus mejillas,
te quiero con la esperanza de que eso jamás suceda
y que solo la muerte pueda
arrancarme del tacto de tus manos frías.

Así que no te equivoques:
no me gusta que estés triste,
pero se que nada será como antes.
Ni tu ni yo somos los de entonces
ante estos cielos cada vez más grises.
¿Para que ofuscarse en pasados inalcanzables
pudiendo tener aún futuros perfectos?
Te quiero. Tal y como eres ahora, te quiero.
Con tus dudas, con tus miedos,
con esas cosas que me sacan de quicio,
con las nimiedades que tanto me enamoran,
con los días malos y los buenos.

La vida es tan solo un breve suspiro,
mas para nosotros es la mayor de las tormentas,
que viviré rozando tus manos gélidas,
que perderé conquistando tus sonrisas,
que saboreare robándote besos
y que terminaré hambriento de más tiempo
que haber pasado en tu perfecta compañía.
No cambies nunca, cambia por siempre,
crece y deja que crezca a tu lado.
Haz que siga teniendo la suerte
de ver en tus ojos mi mundo a salvo.

sábado, 17 de diciembre de 2022

Por los viejos tiempos

Nos vemos, comemos, charlamos,
nos reímos contando
las mismas historias de siempre.
Nos ignoramos mirando mensajes,
o revisando fugazmente Tik Tok.
Nos vemos cada vez menos veces
y cada vez es menos emocionante
quizás porque hace años que murió la ilusión
y solo quedamos por los viejos tiempos.

Somos la risa sin monologuista
el diván sin el psicólogo,
el cariño sin la atención.
Somos melancolía impositiva
a la que no queremos dar la razón.
No nos queremos, tan solo amamos
a un recuerdo del que no escapamos
y que atesoramos por los viejos tiempos.

Y es que hace ya unos meses,
o unas vidas según a quien me refiera,
que ya no miramos juntos hacia delante
como si ya no nos mereciera la pena.
Quizás ya no seamos novedosos
quizás no seamos ya importantes
quizás nos cansamos los unos de los otros
y nos motivamos para vernos
tan solo por los viejos tiempos.

Las cenas pasaron de veinte a cuatro,
lo opuesto pasó si pensamos en el dinero.
Hicimos excursiones y algún viaje más largo
que ahora son solo vagos recuerdos.
Inauguramos pisos que ahora están vacíos
brindamos por relaciones que no fueron a ningun sitio,
celebramos trabajos que parecían perfectos
y lloramos por conflictos propias del paso del tiempo.
Bailamos, saltamos, reímos, nos abrazamos
nos quisimos como si nunca fuéramos a odiarnos.
Compartimos sueños, seguimos consejos,
libramos batallas siendo compañeros
frente a otros que nos renegaron
y de los que ahora no nos diferenciamos.
 
Vuelvo a casa charlando con un amigo
y me doy cuenta de cómo pasa la vida
y de cuántos solíamos ser y de los que ahora quedan
cuando nos sentamos juntos en una mesa.
Crecer muchas veces tiene sus ritmos
y suele dejar muchas heridas.
Y aunque no todos cumplen la norma,
poco a poco me rodeé de muchas personas
que viven solo de los viejos tiempos.

martes, 15 de noviembre de 2022

Efímera y caprichosa existencia

Es tan efímera y caprichosa nuestra existencia,
que a veces no sabes siquiera si hacer algo,
o esperar a que todo suceda por ti.
Hay gente que muere tan joven, gente que sufre tanto,
gente que desaparece de un día para otro,
gente que pasa a ser un recuerdo,
como paso previo a no ser nada.

El viaje por la inmortalidad, por un supuesto legado,
es un objetivo contrarreloj que puede verse truncado.
Y este año, en mi objetivo de seguir simplemente vivo,
ha sido también cuando me he sentido más realizado,
pero sigo sintiéndome solo a ratos, sigo molesto
con tantos frentes abiertos y tantas defensas
que debo poner ante cualquier acontecimiento.

Tengo sed de sangre y lo noto desde hace tiempo.,
pero sé que eso no me llevará a ningún lugar:
no quiero que ese sea mi legado para el mundo.
Lo intento, pero es muy duro llegar a sanar
cuando siempre hay un dedo en la herida.
Pero tengo que intentarlo, y más llegados al punto
en el que me hallo en paz conmigo mismo.

Es tan efímera y caprichosa nuestra existencia,
que nos pasamos la vida actualizando su sentido.
Yo lo habré hecho en cada uno de mis poemas
y seguiré haciéndolo mientras haya camino.
Pero quiero pensar, que sin importar el final,
sea el amor lo mejor que podamos dejar.
Tengo que ser mucho mejor o, al menos,
no puedo dejarlo de intentar.

jueves, 20 de octubre de 2022

La ausencia de lo malo

Muchas veces se habla del bien 
como la ausencia del mal
o viceversa.
Y creo que tiene que ser más complejo:
que tu novio no es bueno porque no te viole,
ni tu novia es una persona perversa
porque no te quiera con el mismo esmero
con el que tú lo haces.

Que algo no sea venenoso
no lo hace inmediatamente beneficioso
y que no todo lo que no te gusta
lo consideras necesariamente odioso.
Que porque no haya malas noticias,
necesariamente vas a estar bien.
Y que me llenen el pecho de heridas
no aumenta mi número de enemigos.

Porque entre lo bueno y lo malo hay algo
que nadie quiere reconocer, pero que nadie puede borrar:
la ausencia absoluta, la nada.
Igual que el agua, hay personas inoloras, incoloras e insípidas
cuyas acciones están vacías y su legado
es de los que más rápido se olvidarán.
Quizás falacia moral, quizás reflexión mística,
pero la ausencia de maldad no te garantiza
tener atisbo alguno de bondad.
Solo la ausencia de la ausencia, la presencia
es verdadera garantía de nuestra existencia,
es huella que un día podremos dejar.

miércoles, 12 de octubre de 2022

Lluvia de escombros

Las islas flotantes, los puentes colgantes
que me ligan al mundo real,
prosiguen su autodestrucción.
El horizonte es opaco,
la ansiedad es transparente
y las grietas de mi mente
emanan néctar de sueños
que hace que, incluso despierto,
crea a veces estar soñando.

Tantas entidades flotantes en deterioro
se deshacen en una lluvia de escombros,
en un ciclón donde todos los esquemas de mi vida
quedan permanentemente alterados.
Sueñas constantemente estar atrapado,
rezas exhaustivamente por un cambio,
niegas recurrentemente poder hacer algo
y te vuelves el amo de tu desdicha,
el desleal corsario de tu alma.

Pero en tiempos de guerra, es importante 
estar en paz con uno mismo.
Me alzo en medio de tan extraña tormenta,
sabiendo que no puedo dejarles ganar,
que no puedo soñar que se ha acabado
y que la batalla de nuestras vidas será eterna:
cada día será una resistencia triunfal
y cada noche un viejo sueño de verano 
de una vida sencilla que quise pero que jamás será.

jueves, 6 de octubre de 2022

Si estoy perdido o no

Cada día que pasa me encuentro más perdido
en el lugar imaginario que creé con tu cuerpo,
un oasis de calma en medio de este mundo:
tu sonrisa es una luna llena resplandeciente,
tu melena es hierba sobre la que quedarse dormido,
tus lunares, las constelaciones del firmamento
y tus ojos, una ventana al universo, un atronador susurro,
una prueba paradójica de un amor inquebrantable.

Cada día que pasa me encuentro más perdido
en los detalles que conforman tu persona:
me enamoré tanto de tu fina ironía,
como del grosor de tu cabeza.
Me enamoré de todo lo que no me has dicho 
y que tus actos siempre denotan.
Me enamoré de tu pasión por la vida,
así como de lo tarde que siempre llegas.

Cada día que pasa estoy más encontrado
en un futuro que solo veo junto a ti:
ver películas en el salón los días de lluvia,
viajar allí donde nos dicte el corazón,
darte masajes cuando tus pies estén cansados
y ser la parte de la rutina que menos te haga sufrir.
Si estoy a tu lado, no tengo ninguna duda
de que no importará si estoy perdido o no.

jueves, 29 de septiembre de 2022

Agnosticismo

Se quiebra mi fe un poquito más cada día:
no me creo nada de las noticias,
no me creo ya las redes sociales
no me creo a nuestros políticos,
con sus prácticas tan deleznables.
No me creo ya en las causas nobles,
porque muchos olvidan que lucrarse
no debe ser parte del proceso.

Se quiebra mi fe un poquito más cada día:
las amistades sobreviven bajo la premisa
de diván gratuito o de álbum de recuerdos.
Las flores que de joven planté con amor,
ahora se nutren de excusas y resentimiento.
No creo ya en los vínculos que guardo:
cada hilo en el ovillo de mi pecho
se llenó de mediocre cotidianidad.

Se quiebra mi fe con el paso de los años,
pero en tus manos, fenómenos extraños
propios de experiencias místicas suceden,
y creo en todo de lo que acabo de renegar.
Hace mucho que entendí que no soy creyente
de las imposiciones genéticas, de la nostalgia
en vena o de las mariposas en el vientre.
Pero por ti, apetece creer de nuevo...

miércoles, 21 de septiembre de 2022

Terrores nocturnos

Mis terrores nocturnos comienzan mucho antes
de lo que muchos esperarían.
Es cerrar los ojos, observar la oscuridad
y pensar: "¿y si esto es todo lo que hay al final?
¿Estaré preparado? ¿Acaso alguien lo está?
¿Dolerá mucho o, acaso, estaré deseando que me llegue a pasar?"
Doy vueltas sobre la cama, culpa compartida
entre el tormento y el terrible calor.
Dormir, me temo, no es ya una opción. 

Y entre tanto giro, estiro una mano
y la dejo a merced de las sábanas
y empieza a parecer que algo la atrapa:
la nada que veo con los ojos cerrados
que oigo aun estando la noche en calma
coge tu silueta, tus ojos, tu sonrisa,
coge tu voz, tus lunares y tus manos frías
y me canta y se ríe 
y me lleva a mundos más allá de mis sueños,
más allá de esta vida, más allá de esta muerte,
y me arropa bien fuerte para que encuentre
el sueño que parecía que se me escapaba.

La vida sigue corriendo a nuestro alrededor
y los astros que nos suelen acompañar
hace tiempo que no tienen un sabor meloso.
Y sé que el paso del tiempo no los dejará de agriar
pero una vida contigo, tendrá dulzor suficiente,
tendrá amor fulgurante y la sensación tan relajante
de que siempre hay un motivo delante por el que no dejar de luchar.

viernes, 16 de septiembre de 2022

Ernesto Ventura: Madrid-París

Te conocí en uno de esos lugares,
donde comienzan los mejores historias:
recital de poesía en Chueca.
Y es que, donde hay arte, hay pasión,
hay lujuria, hay oscuros deseos
de tener una noches de jadeos,
de hacer sombras chinas
de posturas del Kamasutra
en un hostal cutre del centro.
Y allí estabas tú para convertirte
en el mejor poema de la noche:
ese que en tu cuerpo iba a escribirte.

Te pusiste a mi lado, con tus vaqueros rotos,
tu chaqueta de cuero y esas mechas que debiste
de hacerte hace muchos meses atrás.
Nos miramos y vi el misterio envuelto en tus ojos
y unos labios que decían "Inaccesible".
Pero yo sé, quizás de tanto rimar,
que el que la sigue, la consigue
y que la noche acababa de empezar.

Te invité a una copa, empezamos a charlar.
Hablabas rápido, como si alguien te fuera a callar
sin que tú le dieras permiso.
Pero tú eres libre, empoderada, insumisa,
eres el material perfecto para mis poesías,
y jamás te haría cerrar esos labios,
los cuales me pasé todo el tiempo mirando
sin saber exactamente qué estaban diciendo:
trabajos, rutinas, facturas y viajar en metro
no es buen material para hacer versos.

Pero el sentirte escuchada, y tras una copa,
sientes esa conexión mística que se repite
en mi vida todas las noches que estoy libre.
Por alguna razón, me pides mi Instagram,
cuando único perfil que quiero de ti
es el de tu cuerpo en medio de la oscuridad
abriéndose paso hasta mí.
Miro tus ojos y tus labios, y cambiaste de parecer,
así que comienzo a acercarme
y te susurro una frase sobre el destino
sabiendo que he roto tu hermoso arnés
y te lanzas a los misterios de mi abismo.

No hay segunda copa, pero sí un taxi
al hotel al que me propusiste ir.
La Plaza de Pedro Zerolo ya duerme,
pero tú estás libre, empoderada e insumisa
y lo dices cada vez que me clavas los dientes
en los labios, en el cuello, en el pecho...
Lo dices con cada prenda que dejas caer
y con la que descubres que mi poesía
hoy será una obra maestra:
tus curvas son una isla desierta
en la que naufragar mis dedos,
tus piernas son el sitio de recreo
en el que divertir a mi boca,
y tus pechos, con su danza hipnótica,
hacen que pierda noción de las horas.

La noche se va a dormir y llega el día
y ambos nos vamos con la sonrisa cómplice
pero sin saber bien qué decir.
Han pasado dos años, y no espero noticias,
aunque sigo sabiendo qué es de ti,
porque sigo viéndote en Instagram,
especialmente cuando dejas más descubierto
aquel cuerpo que por una noche fue mío,
y en el que dejé cientos de caminos
que en este tiempo se debieron borrar.

Hoy te vi en una foto en París,
en una sesión de fotos en la habitación
de un hotel con vistas a la torre Eiffel
y no pude evitar acordarme,
no pude evitar gratificarme,
no pude evitar plasmar en un papel
lo que aquella noche nos sucedió
juntos en aquel hotel de Madrid.

martes, 13 de septiembre de 2022

1249, 40

El olor a lluvia entra por mi ventana
y adereza el propósito de mis versos.
Los números no importan cuando amas,
pero no pueden faltar tampoco.
Cuando cada día es un regalo,
cuando el futuro solo se ve en tus ojos,
llevar la cuenta es innecesario
y, al mismo tiempo, imprescindible.

A cada día que pasa, tengo menos claro
sobre quién soy y quién debería ser.
Me pregunto si a cada día me voy superando
y si solía ser antes mejor.
Quiero ser digno de ti y me olvido siempre
de que no estarías aquí si no lo fuera.
Y me quedé ya sin versos que pudieran
enamorarte, cautivarte, sorprenderte...

Me quedan mis miedos, mis decisiones,
todos los aciertos y todos los errores
que estés dispuesta a tolerar.
Me queda la humildad de mirarte a los ojos
y saber que soy preso de tu bondad.
Que solo tú podrías llamarme Borjita,
porque eres la única que aún atisba
al niño que jamás dejó de soñar.
Que solo tú podrías reducirme a cenizas,
porque eres la parte de mi vida
que más soy capaz de amar.

Me quedan aún los besos y todos mis intentos
de que entiendas que jamás ganaré dinero,
ni reuniré suficientes astros del firmamento
que valgan lo que vale tu sonrisa.
Me quedan muchas fotos a ese pelo corto
que ahora llevas y que me enamora.
Me quedan ganas de seguirte explicando
que todo lo que digo no es exagerado,
sino que quiero de una forma muy intensa.

El olor a lluvia entra por mi ventana
y adereza el propósito de mis versos.
Contigo nunca me saldrán las cuentas:
siempre querré que pasemos otra mañana,
siempre querré prolongar nuestros versos,
siempre querré que tus lunares sean mis estrellas
y crear sobre ti el más hermoso firmamento.
Los meses pasan, te aseguro que aún llevo la cuenta:
contigo, eso siempre me valdrá la pena.

lunes, 12 de septiembre de 2022

Hace diez años de mi primer golpe de efecto

Hace diez años ya de mi primer golpe de efecto,
de la primera vez que me sorprendí 
superando todos mis miedos,
teniendo una voluntad de hierro
y una pasión incandescente.
Hace diez años, cambiaron las reglas
y me encontré nuevos horizontes
en los que pude tocar las estrellas,
en los que la más valiosa meta
rra no olvidarme de ser feliz.

Recuerdo charlar con Cris y subir juntos
aquellas escaleras por primera vez.
Recuerdo la primera clase con Mar,
recuerdo empezar a recordar
nombres que jamás olvidaré,
sean para bien o para mal.
Recuerdo como me hice amigo de Amparo,
y como ella y Patri me vacilaban.
Recuerdo como dejaba poemas abandonados
para que otros me leyeran
cuando aún no sabía que era 
ni aprendiz de poeta.
Recuerdo que Andrea guardó en su agenda
aquel primer poema sobre París
y que me lo enseñaba siempre
haciéndome creer más en mí. 

Recuerdo los trabajos en la Biblioteca,
recuerdo los ratos por los pasillos,
aquel dia de huelga que fuimos cinco.
Me acuerdo de Jon, de Diego, de Inma
y de sus clases tan divertidas.
Aguayo aún me suscita respeto
y Luismi y Ricardo me siguen pareciendo
un desafío imposible de batir.
Añoro los debates con Mata, el culpable
de que en mi habitación guarde a Descartes,
A Kant, a Nietzsche, a Camus o a Sartre.
Pero, sin duda, es Mar, con o sin su pelo liso,
con sus chistes matemáticos
y con su amor por enseñar
aquella que me llevó mucho más allá. 
Hace diez años que le hice un sitio
que no habrá nadie que le pueda arrebatar.

Me acuerdo aún de mis compañeros,
fueran o no de mi clase.
A muchos les he perdido la pista,
Pero otros siguen siendo parte de mi vida
sin importar el tiempo que pase.
Podría dar nombres hasta hartarme,
podría dar apellidos sin equivocarme,
porque desde Aparicio hasta Villaverde,
siguen teniendo todos un hueco en mi corazón,
sigo teniendo un disco con una canción 
que guarda lo que eran cada uno entonces. 

Tengo aún la última orla colgada,
tengo un corazón de papel de Paloma,
una foto de Praga en la que Natalia
está tal y como la quiero recordar.
Tengo aún las felicitaciones de cumpleaños,
aquel cuaderno en el que escribía poemas
de cosas que aún no había experimentado
y que, ahora que pasaron diez años,
siento tan ingenuos como los recuerdos
que ahora estoy rememorando.

Hace diez años de mi primer día en San Viator, 
y hacía mucho que no recordaba este día,
quizás porque hace demasiado que siento
que aquel que fui fue tan solo un espejismo,
un milagro, el punto álgido de mi vida
antes de comenzar con el descenso
en el que durante mucho tiempo estuve metido.
Pero ahora que salgo de los infiernos
Y que comienzo a tener perspectiva,
quiero recordarlo todo de nuevo
y recordarme a mi mismo que me merezco
que la vida me sonría y que puedo 
conseguirlo igual que entonces.
Hace diez años ya de mi mejor golpe de efecto.
Hace diez años, una semilla sembraron
y sus frutos son hermosos recuerdos
que aún me siguen alimentando.

viernes, 2 de septiembre de 2022

A la espera de la muerte

No nos morimos más porque no queremos:
la violencia creciente del mundo globalizado,
la vivencia decadente por el crimen organizado
de los poderosos que nos dominan,
la deriva hacia la que se precipita nuestra salud mental.
Un mundo casi sin cables, excepto la soga
que se nos ata al cuello.

No nos morimos más porque no es nuestro momento:
el cambio climático aún no ha terminado,
el triste tránsito hacia la guerra del agua
será una suerte que muchos no verán,
víctimas de un mundo más contaminado,
víctimas de un mundo más sedentario
donde los que no mueran de cáncer
lo harán de diabetes o de infarto.

No nos morimos más porque no podemos:
pues tus besos son los últimos sueños
a los que aferrarse cuando la muerte acecha:
la vivencia creciente y ferviente en el amor
es el cable que nos evita caer en el abismo,
es la guerra que solo mata al deseo contenido,
la única metástasis hermosa,
el infarto que mejor sienta al alma.
Si mi corazón se saltó algún latido, 
seguro que fue estando entre tus brazos,
el único lugar donde la vida eterna
me parecería poco rato.

martes, 23 de agosto de 2022

Anna I: (des)conociéndonos

Una bronca más nos azota
y yo no puedo más con la farsa.
¿Es el mismo fuego de pasión la llama
que ahora a nuestro amor devora?

Me duele pensar que nuestra hora
llegó después de tantas falsas alarmas
pero conociéndonos, no me hace falta
demorar la caída de las hojas
del árbol que nació entre nuestras bocas
y echó raíces en nuestras entrañas.
Mucho me temo que no habrá ya mañana
en el que sus frutos me sepan a gloria.

Pero conociéndonos, sé de sobra
que demoramos esta muerte anunciada,
que nos desconocimos cada día y cada semana
que no quería ver cuánto dolor me provocas.

domingo, 24 de julio de 2022

Bruno I: el rey del baile

Sábado, salgo a bailar
camisa entreabierta, algo de gomina
y la mente puesta en las mininas
que hoy vamos a cazar.

Los panas esperan ya,
así que me digo con una sonrisa:
"esta noche seguro pillas"
mientras me perfumo de Paco Rabanne.

Se prende y lo empiezo a notar,
en los temazos que el DJ pincha
y en todo lo que dejan a la vista
las ropas de las tías aquí están.

Barceló con Coca Cola, mezcla ideal
y mi colega me da unas pastillas
y me siento el rey de la pista,
me siento simplemente inmortal.

Y entre baile y baile me llego a acercar
a algunas chicas que tienen pinta
de querer pasar la noche perdidas
en brazos que no volverse a encontrar.

Y la noche termina en mi hogar
sin recordar como vine ni la compañía
que me arrancó los botones de la camisa
y hace que casi no pueda andar.

Miro y me llego a impresionar:
aun está aquí dormida
y es un paibon, una buena ficha
que añadir a mi historial.

Me miro al espejo y no puedo evitar
quererme con total alevosía:
una noche más fui el rey de la pista,
aquel al que todos quieren aspirar.

martes, 12 de julio de 2022

Ernesto Ventura: Liubliana

Te encontré en uno de esos lugares
de los que siempre hablo en mis poesías:
lugares donde no se encuentra el amor,
lugares donde el amor te guía.
Liubliana, un pub medio vacío,
lees a Bukowski bajo el ensordecedor
sonido de un viejo vinilo
de The Smiths.
Devoras páginas al mismo ritmo
que vacías los vasos de ginebra.
Y me pregunto si serías mi reina
y si me dejarías vagar perdido,
por lo infinito de tus piernas. 

Me aproximo a probar suerte,
abro con una curiosidad
sobre el libro que sostienes.
Sonríes y comienzo a sentir el tiempo 
frenándose en torno a tus malaquitas
en torno al falso fuego de tu cabello,
y comienzo a preguntarme,
casi sin percatarme,
a qué sabrán tus labios;
sabiendo que, al menos esta noche,
serán todo lo que he necesitado
para haber vivido la vida.

Damos un paseo, perdiéndonos por las calles,
hablando de la vida, de la muerte,
intercambiando miradas de deseo fulminante,
mantenemos la compostura
pero me dejo llevar paulatinamente
en dirección a mi hotel y a mi habitación.
A diez plantas de altura,
hay vistas preciosas,
pero ninguna comparable con liberarte
del yugo al que te someten tus ropas,
del frenesí que se aferra a tus labios,
del éxtasis que afila tus uñas,
mientras se deslizan por mi costado;
de las exhalaciones que habías escondido
solo para los hombres más afortunados
y que ahora guardo en mis oídos. 

Conversaciones intermitentes,
besos que van y que vienen.
Te sientes vulnerable,
apoyada en mi regazo
y noto tus lágrimas trazando
un camino por mi torso.
Te miro a los ojos y nos fundimos
en besos que saben a sal.
Me hablas de todo lo que has sufrido,
de todo lo que has amado,
de todo lo que has perdido,
de todo lo que siempre has deseado
decirle a tantas caras conocidas,
pero que no tuviste valor de decir.
Sentimos que se nos escapa la vida
e intentamos buscarle un sentido
en medio de nuestras pasiones,
en medio de incesantes gemidos 
clamando a dioses en los que nunca hemos creído.

El sol nos encuentra sin respuestas,
medio dormidos el uno encima del otro.
Para cuando despierto, me doy cuenta
que lo único que queda de ti
son trazos de tu perfume sobre mi cuerpo,
restos de tu carmín sobre mi cuello,
las marcas de tus uñas en mi espalda ,
la huella en mi mente de tus palabras
y una sonrisa agridulce de golpe
al darme cuenta de que nunca
me dijiste tu nombre.

miércoles, 29 de junio de 2022

Esta semana de junio está llena de recuerdos...

Un sueño a medio olvidar,
pedazos que no se recomponen 
ante la ausencia de veracidad.
Un asesinato, un plan de escape
contra un grupo de mormones,
una conversación que se deshace
en hoteles franceses,
en cielos que ya no son celestes
en tus labios ante la ausencia
de tu mirada.

Te miro sin querer,
pero tú ya no me miras.
Apenas recuerdo ya tu sonrisa.
Olvidarme de partir las culpas
hizo que me pudiera desprender
de los sueños en los que la luna
sonreía mientras me veía contigo.
Hizo que olvidara los engaños
a los que me sometía yo mismo
cuando tu pretendías lo contrario:
que pudiera verte.

Movimientos coreicos, perros asesinos,
mundos de ensueño secuestrados
en un casi infinito mar de momentos 
que viví contigo y que he ido olvidando.
Ya tengo perfectamente asumido
que me perdí la vida que sigues viviendo
y que casi hace tanto tiempo que no te veo
como tiempo te estuve amando.
Las noches son distintas y tu recuerdo
es más dulce a mayor es el difuminado
provocado por el paso del tiempo.

Mis palabras te hicieron eterna,
pero seguro que tienes algo más:
huracanes, vuelos sobre las estrellas...
aún queda incoherencia sobre la que soñar
y sobre la que puedes hacer un cameo.
Quedar en paz conmigo tras todo este tiempo
es el mejor regalo de ti que pude recibir
y el único que no me pudiste dar.
Ley marcial al deseo, ley seca al amar,
poemas en los que no dejarás de existir,
sueños en los que no dejarás de degenerar.

martes, 10 de mayo de 2022

Como un disco rayado

Como un disco rayado,
como una canción en bucle,
como cuando no quedan luces
y todos los gatos parecen pardos
y todos los pensamientos son niebla
en las noches de luna nueva.

Me atrapo en extrañas armonías
de corte espacio temporal.
La vida es a veces más reverberar
las mismas viejas melodías
que buscar a la desesperada
un clímax que crees que se te escapa.

Porque nacer es una canción a capella,
la infancia es un bajo y una batería,
la adolescencia una guitarra de doce cuerdas
y un largo camino hacia una sinfonía
adulta en la que el mayor acorde
sea a veces una sucesión de menores.

Y mientras mi sinfonía prosigue
su épica primera y última actuación,
cada vez veo más que ya no soy yo
la clave para entender todos los matices
que encierra la que antes era mía
y ahora es nuestra hermosa sinfonía.

domingo, 27 de marzo de 2022

Canción de amor interapocalíptica

Ahora que todo está del revés,
es llegar a tus brazos la esperanza
de que todo vaya a ir bien.
La pandemia no nos hizo mejores,
las modas de variantes pasadas
se repiten con la mismas conclusiones.
Pero no importa el desabastecimiento,
y aunque falten leche, aceite o huevos;
siguen siendo tus "te quiero"
el bien mas preciado que anhelo
y que deseo que sea imperecedero.

¿Quién sabe qué más trucos guarda
el coronavirus en la manga?
¿Quién sabe quién nos robará
el mes de abril en esta ocasión?
Si bien Putin llega hasta León,
o si por fin se ve de verdad
el mar desde los bancos de Madrid;
lo mejor que puedo hacer es seguir
el camino que me lleve a tu lado,
a las tardes bajo el naranjo,
a los mundos sin mascarilla,
o a aquellos con jardines
llenos de flores silvestres amarillas
bajo un cielo de colores imposibles.

Y da igual una bomba nuclear
o si a España le da por reinstaurar 
el fascismo en el gobierno. 
No me importa si la vida quiere
servirnos guarnición de sufrimiento:
nos la comeremos con una ración de besos,
tirando los dados de nuevo
y buscando ese viejo siete
que antes era tan habitual.

La semana pasa
y yo solo pienso en volver a verte
Aunque a veces parezca 
que el mundo se va a acabar.
Porque en este mundo preapocalíptico,
postapocalíptico, interapocalíptico,
todo tiene cada vez menos sentido,
menos que quiero pasar contigo
todos los finales del mundo posibles,
sean donde sean y cuando sean.
Seguiré haciéndote poemas 
que te recuerden días felices
y que hagan los días más tristes
algo digno de recordar.
El fin del mundo puede esperar 
sino te tengo entre mis brazos,
pero si me encuentra a tu lado,
tengo seguro que lucharé
siempre por cinco minutos más
en los que pueda parecer
que la vida no ha hecho más que empezar.

jueves, 17 de marzo de 2022

22 horas en vela IV - Horas aún sin compensar

Ya despierto, pero sin la luz adecuada,
el sol me encontró pero yo a él no.
Mantengo una incombustible deflagración
y no queda fósforo ni madera.
Soy ceniza, soy la sombra de la cerilla
que aún vive con la cabeza inmersa
en un propósito que le costó la vida.

Pero yo sigo vivo, aunque vacío.
Y es que el fuego quemó las risas,
quemó las esperanzas y aquellos delirios
que hacían la vida un poco mejor;
dejando solo aquellos por los que vivo,
casi por no tener otra mejor opción. 

Estoy despierto pero, ¿a qué precio?
Sumo diez horas en todo el fin de semana
y las siete de hoy no están compensadas,
igual que diez mil matices negros 
no se ocultan tras un punto blanco.
La semana de nuevo se está acabando
y casi prefiero que así sea
porque, aunque me paso los días cansado,
los fines de semana comienzan
siempre con el pie equivocado.
Se sigue oyendo al fuego devorando
las cenizas de todo lo que arde.

Se acerca la primavera,
pero jamás pensé
que se sentiría una tan invernal
como se siente esta.
Parece que va a llover,
pero dentro de mí hace días
que no deja de diluviar.

22 horas en vela III - Cuando el sol me encuentre

Me muero de sueño 
y dudo que me quede mucho tiempo 
hasta que se cierren por completo
mis ojos y sean solo un recuerdo
todas las cosas que hoy sucedieron.
Estoy solo, pero estoy sereno:
se cierran mis ojos, me muero de sueño.
Creí que el sol me encontraría despierto,
al igual que ayer;
pero hoy me podrá ver
descansando entre versos incompletos...

22 horas en vela II - Noches extrañas

Últimamente me doy cuenta
que poco queda del monstruo
que hace mucho creí que era.
Estoy curtido, estoy pulido,
pero me he llenado de polvo
y he perdido casi todo mi brillo.

Últimamente me doy cuenta
que el verdadero problema
no es que yo sea un monstruo,
sino que el mundo está repleto
de personas sin ningún otro modo
de vivir que no sea hiriendo.

Y la verdad es que no podemos
pasarnos la vida matando monstruos:
hay que escucharlos y entenderlos
y hay que evitar hacer propios
los venenos que tantas veces emanan
y que se cuelan a veces en nuestras entrañas.

De nuevo, otra noche extraña
que continúa hasta que llega el día.
Algunas personas cambian,
algunos sitios se renuevan,
pero las sensaciones de este poema
duran para toda la vida.

22 horas en vela I - Absoluto silencio

Me tumbo en la cama,
después de un día tan largo,
y me es imposible dormir;
pese a haber ahora bostezado.
El silencio de nuevo me acompaña,
pero en mi cabeza hay demasiado ruido. 
La vida son solo unos pocos suspiros
y yo me paso la vida hiperventilando,
ahogándome más y más rápido,
sin sacar a veces alguna moraleja
y haciendo que, de vez en cuando,
me pase alguna noche en vela. 

lunes, 7 de marzo de 2022

Otro domingo

Otro domingo en la cama
pensando en la semana
que ahora se acaba
y en la que ahora se levanta
¿Qué aventuras me deparan?
¿Cuál será la mejor mañana,
Esa que pasaré contigo?

Y es que la vida es un suspiro 
entre dos besos interrumpidos.
El mundo sigue a su ritmo
de caos casi infinito 
y yo solo pienso en estar contigo
y que todo sea igual de bonito
como una vida sin dolor.
Me pierdo en el amargo sabor
de una rutina por vocación
y tú entre temas de una oposición 
que parecen ser tu perdición.
Nos encontramos con la redención 
de otra semana que valió 
toda la pena que arrastra.

Nuevamente la semana pasa
y yo solo pienso en tu cara
y en cuánto tardaré en encontrarla
de nuevo a la mía pegada.
Otro domingo en la cama,
cambiamos ya de semana,
pero ojalá tu nunca cambies.
Y ojalá vivir cada mañana
con la misma ilusión y esperanza
que siento ahora al imaginarme
a tu lado en una noche estrellada
o en las tardes más nubladas
o en cualquier sitio que hable
el lenguaje con el que me hablas
y por el que ahora me hace falta
una vida en la que tú no me faltes.

jueves, 17 de febrero de 2022

Kolbjörn

Comienzo a reconstruir la vieja estantería 
que guarda todas las historias,
todas las personas
y todas esas horas
que son dignas de recordar,
y otras tantas que otrora tanto desearía
no tener que experimentar.

Ojalá fuera la primera vez que la reconstruyo,
así sus tablones estarían menos rotos
y no me pasaría como un tonto
uniendo entre sí los trozos
que nunca se debieron unir,
pues cuanto más construyo, más destruyo
y menos claro tengo quién fui.

Y al final, con tantas caídas y tantas prisas
y tantas reparaciones sin cuidado
los libros se van desojando 
y los recuerdos se van alterando
al no saber bien cuándo fueron 
oigo voces y huelo perfumes de otras vidas,
veo fantasmas en las calles y el metro.

Pero esta vez no será así y lo tengo claro:
he comprado tablones nuevos,
los estoy uniendo con esmero
y estoy dedicando mi tiempo
a coser las páginas de mi vida en orden
con la sensatez que antes me habría negado,
con el deseo de ver como no se rompen.

Pero una cosa está clara y es que esta jamás 
será mi vieja estantería:
el cariño con el que se realiza
algo por primera vez en la vida
es algo que es y será inimitable.
Y aunque haya cosas que no pueda recordar,
haré que otras sean por siempre inolvidables.

lunes, 7 de febrero de 2022

Sinergia

En los caminos más oscuros,
serás la luz y la dirección
y yo sacaré al frío del refugio
que se hace en tu interior.

Me enseñarás mundos nuevos
de películas que yo nunca vi
y yo crearé mundos en verso
en los que nunca podremos morir.

Serás mi guía en los museos
y yo lo seré en las Iglesias.
Compartiremos los sueños,
los platos y quizás las maletas.

Tú llenarás mi vida de dulces
y yo te la llenaré de abrazos. 
Tú me harás estar en las nubes,
para así llegar a los estantes más altos.

Siempre serás para mí un ángel 
y yo seré sinónimo de confianza.
Gracias a ti entiendo que desastre
es una palabra que no me encaja.

Siempre serás la razón para ir
y yo seré la razón para quedarse.
El futuro brilla intensamente junto a ti.
No me rendiré. Seguiré siempre adelante.

miércoles, 2 de febrero de 2022

El juicio de los tiempos

Anoche volví a tener otro de esos sueños:
sueños donde viven de nuevo los muertos,
sueños donde viven sin miedo los miedos.
Sueños de escarcha perenne,
sueños de los que prefieres 
no tener recuerdo en tu cabeza
o haber pasado la noche en vela.

Los presentes ahora entrelazados se rompen
en calles de las que desconozco su nombre,
en calles en las que reconozco las voces,
pero se pierde el mensaje:
extraños anhelos irracionales
palabras pendientes de un hilo 
de cordura con el que trenzo mis delirios.

Me cuesta cada vez más estar concentrado:
la noche cae y se ven caminos extraños,
la noche desvela islas y puentes pasados 
que no son siempre ciertos
y me tienen en perpetuo tormento,
incapaz de distinguir el mañana del ayer,
ni de distinguir lo que viví de lo que soñé.

Tengo desde hace días el mismo pensamiento:
se acerca ya mi juicio de los tiempos,
se acercan dolores que ni recuerdo
a quebrarme tanto como puedan.
"Resistiré, aunque falten las fuerzas"
eso me digo frente al espejo a diario
¿o quizás fue que aún estaba soñando?

Y quizás hable y viva en sueños sin horizonte
porque no hay días como los de entonces,
ni yo soy la mitad de niño ni de hombre
de lo que pude llegar a ser.
Nada llegará a suceder
de todos esos sueños que de día me enredan
¿cuándo cesarán estos dolores de cabeza?

domingo, 30 de enero de 2022

Un cuadro de París

Es un cuadro de París: 
un presagio de los sueños por vivir. 
Veía la torre Eiffel 
y tantas cosas aún por conocer. 
Una firma en el envés
y un marco en la que no volverla a ver. 

Recuerdos en mi habitación, 
¿cuántos años hace que aquello pasó? 

En un cuadro de París
veía recuerdos que nunca viví, 
enfrascado en la ilusión 
de perdernos en la villa del amor. 
Una firma en el envés, 
un clavo ardiendo al que siempre me aferré.

Recuerdos en tu habitación, 
¿cuántos años hace que aquello pasó? 
En un cuadro de París, 
un vago recuerdo me viene a veces de ti. 
Sueños que se quedarán 
inconclusos por toda la eternidad. 
Y tu firma en el envés 
 prueba que me quisiste alguna vez. 

Aquella tarde en mi salón... 
Eso sí sé cuántos años hace que pasó... 

En un cuadro de París, 
reconozco un sitio al que solo fui 
en mis clases de francés, 
donde pude olvidarme sin querer 
de tu firma en el envés 
y de los sueños que un día en él deposité. 

Nuevos versos que hablarán, 
nuevos besos que sabrán 
a una vida en la que tú ya no estás. 
Recuerdos en mi habitación, 
recuerdos en tu habitación, 
¿cuántos años hace ya que todo empezó? 
Y aquella tarde en mi salón, 
con la que todo acabó, 
¿cuántos años hace que aquello pasó? 
Y aquel cuadro de París, 
parte de aquel que fui, 
es todo lo que me queda ahora de ti...

lunes, 24 de enero de 2022

Comodín

A veces, sin quererlo, todo te sale mal: 
las voces que escuchas fuera 
suenan igual que las de tu cabeza 
y sientes que necesitas parar. 
Algunos abrazan a su madre, 
otros abrazan a su hermana
o a cualquier par de brazos leales
de personas que las aman. 

Pero a veces, sin quererlo, 
muchos brazos están lejos
y estas personas buscan consuelo 
y no tienen ningún otro remedio 
que tener que hablar conmigo. 

¡Qué importante me siento si vivo 
para ser el comodín ante la tristeza 
o una sensata última mierda!
Ironía sencilla para tan amarga verdad:
mi miseria crece cada día más sin cesar.

miércoles, 19 de enero de 2022

Implosión

En algún punto, mi mente se ha quebrado.
De nuevo ante el peso de la vida.
Los cielos se abren, se pliegan, se retuercen:
el mañana y el ayer se ven extraños:
recuerdos corrompidos, pésimas expectativas,
tormentos que llegan y que permanecen.

¿Acaso mi viaje del héroe termina aquí?
¿Este es el final acaso de mi camino?
Que la miseria yazca conmigo en mi cama
¿Acaso es ese mi perpetuo destino?
¿Acaso no merezco dormir
sin tener miedo al mañana?

Toda la magia que antes abría los cielos
se guarda dentro de mí y se encoge
en una sencilla y hermosa implosión.
Mi mente se ha quebrado y me pierdo
en una atribulada y caótica noche
en la que se me vuelve a helar el corazón.

jueves, 13 de enero de 2022

Chica azul

Chica azul,
dime si piensas en mí.
A veces me siento solo
ahora que no estás junto a mí.

Chica azul,
sé muy bien que no me añoras.
Me siento ahora tan roto
en el borde del abismo paso las horas.

Chica azul,
¿cómo pude cometer tal error?
Chica azul,
perderte fue mi perdición.

Chica azul,
¿recuerdas aquellos días de verano?
Me hacías sentir tan especial,
y ahora me siento desgraciado.

Chica azul,
no sé qué más puedo hacer.
Aunque sea injusto, 
es duro estar entre la espada y la pared.

Chica azul,
¿cómo pude cometer tal error?
Chica azul,
perderte fue mi perdición.

Chica azul,
dime como es tu vida ahora sin mí.
Mis noches son más largas,
ahora que no las paso junto a ti.

Chica azul,
vaya donde vaya allí estás,
memorias que me persiguen
en cada esquina de esta ciudad.

Chica azul,
¿cómo demonios no pude ver
que eras tan importante
como para no poderte perder?

Chica azul,
dime si piensas en mí.
Chica azul,
yo siempre andaré pensando en ti.