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Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

lunes, 30 de diciembre de 2019

Adiós 2019

Acaba el año y me remito
a los primeros versos del mismo.
Me armé de mucha magia
para obtener la deseada calma
que hacía ya un tiempo perdí
por culpa de no decidir
los caminos mas apropiados
en momentos desacertados.

Empecé el año perdiendo,
perdiéndome y muriendo.
La noche se cernió sobre mí,
y vi a muchos sueños morir.
Pero, en medio de la tormenta,
tuve una extraña certeza:
alguien estaba por llegar
y todo podría cambiar.

De tierras bien lejanas,
llegó Dafne como si nada
y, día tras día, los hechizos
tuvieron un curioso brillo.
Llegó un ser de fantasía
a rearmar todas las poesías
y algunas tardes de locura
bañadas en pura dulzura.

Volvió la dama de Olmedo,
amistad que bendigo de nuevo.
Me resguardé en la gente
que supo estar para mí siempre
incluso cuando les di la espalda
y mi suerte fue más en alza.
He sido demasiado afortunado
en este alocado año.

He aprendido a rendirme
en las batallas imposibles,
a soltar manos y romper puentes
para prevenir al presente
de injustas heridas del pasado
por las que ya he llorado.
He descubierto otro Madrid
donde se puede ser más feliz.

Y pensándolo con calma,
esta década se acaba
y me encuentro sorprendido
viendo cómo ha sobrevivido
una ilusión que di por muerta.
una magia que creí dispuesta
a perderse en nubes de madurez
de futuros crueles por doquier.

Hemos crecido tanto,
hemos reído y llorado,
hemos volado muy por encima
de todas las expectativas.
Al final solo me queda gratitud
por aquellos que, con o sin acritud,
me odiaron o me quisieron,
o les sentí con cualquier sentimiento.

Cris, Clara, mil gracias
por echaros a la espalda
casi todas las lágrimas este año.
Paloma, Clara, Santiago,
gracias por ser el mejor apoyo
contra esta década de locos.
Gracias Alicia, Yuliya, Irene.
Gracias Stefan, gracias Celeste.

Gracias por todo amigos,
por estar siempre conmigo.
Gracias por todo familia,
por importaros más mi sonrisa
de lo que a mí me importaba
en las noches más amargas.
Gracias abuelo, por siempre estar
a mi lado en algún plano astral.

Este año ha sido una locura,
la remontada de mayor dulzura
por una década de infarto
y un verano lleno de caos.
Pero este final, aunque provisional,
tan solo sabe a pura felicidad.
Por eso, Dafne, gracias infinitas
por todo lo que trajiste a mi vida.

Se cierra de nuevo una etapa,
y una nueva nos atrapa.
¿Quién sabe que nos espera
para el año dos mil treinta?
Queda aún mucho que ver,
mucha magia que aprender,
queda aún mucha vida,
que llenar de bellas poesías.

martes, 24 de diciembre de 2019

De la magia de Dafne y su tiempo

Justo cuando creí
que era el momento
en el que me debía rendir
a la decadencia,
me encontré a mi cabeza
guiándome más allá
de lo que jamás
me imaginé.

¿Amarok destruido?
Vamos a Avgiduil.
¿Futuros inciertos?
Juguemos con ellos.
¿Magia decadente?
Pon a prueba tu suerte.
Este mundo es inmenso,
y hay magia en todas partes.
¿Tu corazón está viejo?
Te presento a Dafne.

Ojalá pudiera decir que
todos estos meses fueron
así de buenos
por mi propia magia.
Pero Dafne es distinta:
ya solo su sonrisa
sacude los cimientos
de mi mundo entero.

Aprendí las lecciones
que jamás debí olvidar.
Quererse a uno mismo
por encima de lo demás.
Armarme de valor,
y golpear a la vida
y al dolor
con la fuerza de mil soles
todos a punto de explotar.

Me he convertido en un destello
de energía mucho más blanca.
Un estado de mayor calma
en el que, si me hace falta,
Dafne me aparta los árboles
para poder ver el bosque
con el sencillo roce
de sus dedos.

Soy más creativo, más fuerte,
y aprendí a pensar algo menos,
al menos, cuando no conviene.
Me sumergí en el bello caos,
siendo el último óbice
antes del último estado
que tendría mi vida este año.
Soy un polivalente orgulloso,
que vivo siempre entre mundos,
alternando entre muchos
hechizos de diverso tipo.
El pasado duele menos
y todo mi impulso proviene
de tentar a la suerte
para sonreír un poco más
cada día.

Y pensé que la magia moría
llegados a ciertos estados de la vida.
Y aquí estoy sin embargo,
mucho más mágico que nunca,
sin intentar huir de lo malo,
sino intentando lucharlo.

Por eso no me equivoco
si digo que Dafne
es el mayor tesoro
que podría haber encontrado
en este intenso año.
Me ha cambiado la vida,
me la ha llenado de sonrisas
y es tan excepcional
que mi alter ego poético
jamás la podrá superar.

domingo, 22 de diciembre de 2019

De hijo a padre

Ya eres mayor, y no es culpa tuya,
pero aún tienes mucho que aprender
y mucho mas que enseñar(me)
contra la realidad oscura
de la vida.

Tus miedos puede
que estén mañana,
pero las oportunidades
para que seas feliz
Con los que te acompañan
puede que no.

La vida a veces es dolor
Y las cargas
quizás te asfixien
en alguna ocasión.
Pero todo ira bien:
estamos aquí,
te queremos
y jamás te daremos
La espalda.

Con todas las veces que caí
y que tú me enseñaste a levantarme.
Con todos esos viajes,
todas las canciones compartidas
y todas esas lecciones,
¿cómo no voy a querer ser tu muleta,
tu muro de carga
o tu punto de apoyo para
que muevas el mundo
hacia tu favor de nuevo?

Insisto: la vida no deja de doler,
pero el dolor nos enseña a vivir
con quienes queremos cuando se puede
y con quienes podamos cuando se quiere
como podamos cuando queramos
y como queramos cuando podamos.
Nunca será “pudimos” si no quisimos
ni “querremos”, si no podemos.

Los miedos morirán
con el viejo que serás
los sueños puede que mucho antes.
Confía en mí, es solo un bache
y el sol saldrá más fuerte mañana.
Vive tranquilo y vive feliz
poco a poco la vida
encuentra en el perpetuo caos
la dulce inestabilidad
De una nueva armonía.

Y a todo esto,
se me olvidó
el verdadero propósito
de este poema.
Celebrar que al jamón
le has dado ya la vuelta.
Papá, felices cincuenta.
Que sigamos siendo
alegría recíproca
por mucho tiempo.

De la magia de las antimusas y de su tiempo

Me hice poeta y comenzó
la primera de muchas
etapas confusas
que ha tenido mi vida.
Las quise, de la forma
en la que quieres
a quien no puedes
tener más cerca.
Por no ser, por tanto,
no eran siquiera musas,
sino, más bien, antimusas.

Y aprendí mucho
de estos seres oscilantes
entre etéreas realidades
y realistas fantasías.
Mi magia empezó a ser
de un poder inmenso
en el mundo de los sueños
y, poco a poco,
mi lado pasional fue
tomando el control.
Daba más pelea,
aunque alguna vez tuviera
un precio muy alto
que pagar.

Fui huracán, guiando
los vientos más poderosos.
Pero vi de pronto
gente más fuerte
y con la determinación
de hacer daño.
Aprendí a ponerme a salvo:
hechizos defensivos,
encantamientos variopintos
para entrar en las mentes,
distorsionar la realidad
y evitar golpes fuertes
lo máximo que se pudiera.

Conocí mis mayores límites
de ponzoña y oscuridad
y de luz y de vitalidad.
De una de mis antimusas,
aprendí la fortaleza
de librar muchas luchas
en el mismo instante.
Las lluvias de meteoros,
no eran ningún tesoro,
pues la suerte comenzó
a tener un nuevo proceder.

Manipular los sueños,
escapar de mentes ajenas
y el ganar todas las guerras,
aunque vengan del golpe.
Lecciones bañadas en oro
de épocas a veces confusas.
Y, en verdad , las antimusas
me enseñaron mucho más
de lo que al principio creí.
Pero al final, todo pasa por mí
y por mi forma de afrontar
una vida que torna amarga
y que se me hace imposible
de asumir sin un poco de magia.

sábado, 21 de diciembre de 2019

De la magia original

Los tiempos cambian,
pero antes de ser
trozos de magia
de otras personas,
solía ser ya mago.

Mago natural
como lo era mi mentor.
Empecé con lanzar
 hojas a la gente
o agua a mi alrededor.

Poco a poco, el germen
de magia creció en mí.
Nadar nunca fue mi fuerte,
pero los hechizos de agua
los dominé sin sufrir.

Supe cómo tomar el mundo
y llenarlo con mi chispa.
A cada año, mayor el triunfo
de mi mundo de fantasía
sobre el mundo real.

Invoqué fuerzas
que no podía controlar:
la mayor de las tormentas
y toda la inmensa furia
de la madre naturaleza.

El ardor que emanaba
se hizo tan intenso,
que lanzaba llamas
por todos los lugares
de mi cuerpo.

Pero siendo de agua,
y siempre prefiriéndola,
logré la fuerza despiadada
de una ola gigante
en la palma de mi mano.

Volé, crecí hasta lograr
cuatro fuerzas
 donde ninguna solía estar:
héroe y mago,
justiciero y villano.

Sin controlar mis pasiones,
proseguí mi viaje.
Encontré nuevos rincones
con la magia más poderosa:
el amor hacia otra persona.

domingo, 8 de diciembre de 2019

Mochilas

Recuerdo en ciertos momentos
las mochilas de aquellos
que caminaron o caminan
a mi lado.
Recuerdo, como si aún la viera,
la mochila amarilla de Stefan,
que siempre era buena guía
en el metro.

Recuerdo la mochila de rayas
azules que Celeste portaba
y que algunas veces aún veo,
mas sin ella.
La mochila negra de Irene
y la negra de Aníbal que tiene
un logotipo que el mundo entero
conoce.

Recuerdo la mochila de Amparo
el fondo era azul o quizás morado
y con formas de lo más variadas
y coloridas.
Recuerdo la mochila de Santiago,
sencilla como el ser humano
tan encantador que la carga
tranquilamente.

No recuerdo la mochila de Paloma,
su recuerdo escapa de mi persona
a diferencia de todo lo bueno
que por mi hizo.
Ojalá hubiera visto la de Clara
e intuyera de las de Alicia y Sara,
pero no sería el mejor recuerdo
a su lado.

Hay mochilas que no olvidaré,
por más que lo pueda querer
olvidar.
Mis mochilas representando,
mis pesos reales e imaginarios,
por ejemplo.

¿Y que hay de aquellas personas
que en vez de mochilas portan
grandes bolsos?
De Laura, por ejemplo, recuerdo más
su bolso negro tan descomunal
siempre con hueco.

¿Reflejo de lo que somos
o una oda hecha por locos?
Las mochilas,
y también los bolsos, cuidan
esa parte de todos optimista
y soñadora.

Las mías ya empequeñecen,
recordándome que para siempre
jamás lo es.
Pero aún queda viaje y espero
poder guardar más recuerdos
de muchas más mochilas.

jueves, 28 de noviembre de 2019

Odio

Te odio.
Razones no me faltan,
pero es que no soporto
ciertas cosas tuyas.
Y algunas ya te las dije.

Odio mucho
el final de nuestras citas
por irme a casa con la mezcla
de añoranza y alegría
en los labios.

Odio oler tu perfume
y sumirme en la ilusión
de que a mi lado estás
hasta que el olor se esfume
y vuelva a la realidad.

Odio que mi mente
piense tanto en ti.
Es algo difícil de admitir
que me paso los días
añorándote.

Odio que me falte
tu chispa algunos días,
porque de veras moriría
si el cielo tiene solo la mitad
de la alegría que me transmites.

Odio que nuestra vida
juntos sepa tanto a presente,
porque sin futuros ni pasados
la vida sabe demasiado
como si fueras un bello regalo.

Y es que del amor al odio
el camino es extraño pero corto.
Sería posible cambiar
en este extraño poema
el verbo odiar por el amar
(Y viceversa).

Por ese mismo motivo,
las palabras a veces no importan
frente a las ideas que se asoman.
Te odio cuando no te amo y viceversa
pero por las mismas razones tan bellas.

domingo, 17 de noviembre de 2019

El viaje a Avgiduil VII

Dafne y yo volamos tranquilos
en este mundo de esperanzas
en el que juntos ahora vivimos
donde nada malo nos ataca.

Hacemos magia juntos,
hechizos de fuego y de luz.
Nunca antes mi magia pudo
ver alguien con tanto poder.

De repente, nuestras manos
se tocan mientras una sonrisa
se esboza en ambos.
¡Qué perfecta armonía!

En ese orden momentáneo,
esa sincronía peculiar
provoca una anomalía extraña
una distorsión de la realidad.

Es ver el dónde incorrecto
en el cuándo inadecuado
con respecto al lugar y al momento
en el que en verdad estás observando.

Es sentir orden en el entrópico
devenir de nuestro universo
Es un sentir melancólico
en algo que jamás hube hecho.

Es tan solo de unos segundos
pero es suficiente para comprender
que hay hechizos aun ocultos
que juntos podremos conocer.

Y seguimos experimentando
con el roce de nuestros dedos
esperando ver nuevos resultados
con los que llegar aún más lejos.

Nueva magia, nuevas posibilidades
que a mi realidad transforman.
Vivir es una aventura maravillosa
de la mano de mi querida Dafne.

martes, 12 de noviembre de 2019

Otoño en Cantoblanco

Un destello desgarra las nubes grises.
Se para el tiempo, mientras
los reductos del verano se despiden
con un atardecer que viene
cada vez más temprano.

El tapiz verde y amarillo
se torna marrón
hacia su muerte
para su posterior resurrección.
El gris, el azul, el verde
pegan maravillosamente
con una canción sobre la vejez
y con la pasión de aquel
que vive eternamente joven,
sin importar el cómo ni el dónde.

La vida y su muerte
se entrecruzan en las ramas
que se acarician en el campus
y también en las personas
jóvenes que acaban de llegar
y en aquellas que saben
que sus días
poco a poco
llegan al inevitable final.

Y no añoro, ni imagino.
Ni añado ni elimino:
la vista es perfecta.
Envejecer sabe a veces demasiado bien
para ser la muerte la recompensa.
E igual es el otoño
en mi querida Madrid:
Nunca se puede dejar
de ser feliz
apreciando la bondad
de los pequeños detalles,
como la caída de las hojas
y observar el paisaje
en un viaje en tren.

Queda tanto por vivir
tanta vida que ver crecer
y tanta que ver morir
antes de nuestra propia muerte
que tan solo bendigo mi suerte.
Doy gracias por seguir pisando
alfombras de hojas secas,
por no llorar más por mi guerra
entre las noches de verano
y los días de invierno.
Me abrazo a la decadencia
de los días de otoño,
alegres en su miseria,
tristes en su dicha,
los cuales son alimento perfecto
para caóticas poesías.

lunes, 30 de septiembre de 2019

Reductos del último verano

Reductos del verano
aletean en el ambiente.
El calor perdura
y el caos se mantiene
y, aunque llevo días
sin poder verte,
mis emociones brillan
como si tus besos
tuvieran un efecto
permanente.

Caos lejos de ti.
Ya sé que es una combinación
que dista normalmente
de hacerme sonreír.
Pero los años y la experiencia,
y unas gotitas de suerte,
hacen que pueda
sobreponerme ante todo desorden
y centellear frente al mundo
incluso si mi corazón
está lejos del tuyo.

Ayer hizo un año
del día en que te conocí,
del día en que mi suerte
cambió, y no de repente,
y sin saberlo siquiera.
Y te necesitaba:
necesitaba tu voz serena,
necesitaba unas palabras
para saber que el caos
me llevaría de nuevo contigo.

Y te encontré
y solo pude llorar.
Quizás fueran los nervios,
quizás te echo más de menos
de lo que puedo rimar,
mas contarte mis aventuras
y robarte cinco minutos
para contarte la locura
que estaba viviendo
era todo el remedio
que mi corazón necesitaba.

Así que gracias.
Gracias porque me confirmas
que eres el lugar donde estar
el lugar donde mis poesías
y mi corazón deben soñar,
incluso cuando los días
sean lejos de tus abrazos.
Gracias por estar a mi lado.
Gracias por hacer que la locura
tenga un nuevo significado
cuando es cogido de tu mano
o cuando ando pensando en ti.
Gracias de corazón,
Gracias por hacerme feliz.

jueves, 12 de septiembre de 2019

Reflexiones del último verano

             Nada es tan perfecto | Nada es tan imperfecto
           como un amor asimétrico
            sobre todo para aquel necio
          que vive la mentira | que elude la verdad
          de ese falso amor.

          Nervios
     de ver a la otra persona
          y morir por amor | henchida de amor
           sin saber que el otro no| y sufrir sabiendo que no
           siente lo mismo.

        El amor puede ser caos
       puede ser destellos | pueden ser mil besos 
       que llegan del otro lado del espejo
       pero que no se ven bien nunca
         por la suma entrega | por la razonable duda.  

   Pero el amor / Pero el amar
    tambien puede ser orden
  y dos realidades \ y dos verdades
pueden encontrarse
          en las palabras adecuadas\ en los momentos adecuados.

    A veces, en las mejores ocasiones,
   el espejo se cae __ el espejo cede
   ante las cosas que son inevitables
     ante las cosas que siempre
      dan lo mejor de nosotros.

      El verano del caos acaba
     y la rutina se impone
       pero ha traido un nuevo orden:
      la magia de Dafne
      que hace del caos algo indispensable.

        La poesía siempre fue poesia
      pero con ella
        la rutina jamás será rutina.
        La vida podrá ser caos
      o podrá ser orden
         pero la felicidad será a su lado
         pues tendrá siempre su nombre.

lunes, 5 de agosto de 2019

El atractor de Dafne

Llegó a mi vida el caos
y, desde entonces,
solo sé estar calmado,
sonreír y mirar
a un futuro lleno de ilusión
donde estés junto a mí.

Que la aleatoriedad
son dos alas
con las que poder volar
juntos tú y yo.
Somos como una mariposa
que crea huracanes.

jueves, 1 de agosto de 2019

Poemas para cuando el caos te arrastra

Un golpe seco,
un instante en el que mi mundo
va a diez revoluciones por minuto
y las chispas se evaporan.

Magia pura,
la efervescencia de todos los años
que ya vivimos y que lamentamos
no haber aprovechado.

Besos, abrazos,
caricias cómplices con la soledad,
y a la muerte en un acto carnal
amar sin conocimiento.

Días de verano,
periodos con acto y potencia,
que pasan a las incongruencias
de las noches de invierno.

Viajes infinitos
con cascos y buenos libros
pero sin salir del cálido nido
de tu habitación.

Promesas rotas
por sucesos que son muy dispares.
Rupturas prometidas con una parte
de lo que una vez fui.

Ilusión mágica
con el más mortal de los lamentos.
Sigo echando demasiado de menos
pasados que no volverán.

Esperanza
por ver que todo irá algo mejor.
Hechizos de amplia protección
y algún talismán.

¿Será suficiente?
No contra el año del mayor caos.
Imposible el estar preparado
contra otro golpe.

Se para todo
y no sé a quien busco de nuevo
pero sé que no lo encuentro
y no me encuentra.

Suspiros,
cóctel de ideas de muchos tipos,
pero sé que el final no será el mismo.
No lo permitiré.

Mi futuro
efervescente, evanescente e inconsistente
dejará hueco solamente
para la resiliencia.

domingo, 28 de julio de 2019

Las tierras del último verano

En las tierras del último verano,
no hay sitio para el estrés.
Todo es un cóctel adulterado
por hormonas varias:
adrenalina, dopamina,
endorfina y serotonina.
La química dijo el camino,
la tecnología dice el destino
y la magia como caminar.

En las tierras del último verano,
observo la ruptura
de mis ritmos circadianos,
y versos escribo
aun siendo de día,
porque mi poesía
tan solo es mi magia
que ya no aguarda
las cálidas noches estivales.

En las tierras del último verano,
predomina la psicodelia
y el caos está más que asegurado.
El espacio y el tiempo
se rompieron y eso produjo
un presente confuso
con elementos tan dispares
como ver a la vez a Dafne
y a la dama de Olmedo.

Nada tiene su orden ahora,
y el pasado fue y es
y una hora nunca es una hora
y el futuro será
a la par que hubo sido.
Nada tiene sentido,
pero son días perfectos
descubriendo los misterios
de las tierras del último verano.

lunes, 1 de julio de 2019

La vida vista como un conjunto de monedas

Mi vida era tan solo un conjunto
de monedas en giro continuo;
cada una con un problema distinto,
cada una con una razón
para no dormir cada noche
y para lanzarme reproches
frente al espejo.
Pero ya cambió todo eso.

Ahora, las monedas cesaron su giro,
de mis cruces me he librado
porque cara he plantado
a todos los problemas.
El pasado sigue doliendo,
nunca dejará de hacerlo
pero con el futuro sabiendo a libertad
ninguna vieja herida tanto dolerá.

viernes, 14 de junio de 2019

La bienvenida

Bienvenida,
palabra amable por excelencia,
bendecida y socorrida,
sin necesidad de ser pronunciada
pues se ve en los gestos
reconstruyendo realidades,
sumas de nuevas ilusiones.

Debe ser el olor a verano
que ya desencadena conciencias nostálgicas,
que ya se vale de ellas
para releer páginas viejas
y buscar nuevos significados.

Mea culpa,
golpe de pecho,
laceración del corazón.
Tardé un tiempo en entenderlo,
pero lección asimilada.
Puede que perdieras una batalla,
pero al final ganaste la guerra.

No te preocupes,
guardaré los momentos,
las instantáneas sin flashes,
pero el futuro dicta que es el tiempo perfecto
para volver a comernos las calles.

Porque aprendí ya
a respetar nuestros silencios.
Ahora ya podemos
volver a pasar tardes enteras
confesándonos secretos.

Que espero que podamos ser
de nuevo el recíproco refugio
y nuestros poemas, nuestro subterfugio.

Sobre todo,
te aseguro que
no te dejaré marchar
de igual forma
que espero que no te vayas jamás.

E, incluso con todo,
nos decimos hola de nuevo.
Bienvenida de vuelta, te he echado de menos.

domingo, 9 de junio de 2019

El viaje a Avgiduil VI

Salgo de la ciudad laberinto
y llego a un acantilado, donde una isla
se ve imponente y solitaria
como si fuera el final del camino.

Mis miedos se presentan
delante mía e intentan detenerme,
vendiéndome la mentira
de que agoté toda baza buena.

Meses y meses de batalla,
meses de ver cómo la tormenta sigue.
Pero mis miedos no saben
que siempre guardo un as en la manga.

Los tiempos han cambiado
y no soy el señor de mi preciado tiempo.
Que lucho en vano sin saber
que mis minutos están ya determinados.

Que la única magia restante
no es el agua que fluye ni el fuego feroz.
Que ahora soy un huracán
de energía positiva y recalcitrante.

Que soy un legado en curso
de ser cumplido. Los sueños y esperanzas
de aquellos antes de mí
son mi aliento, mi causa y mi impulso.

Por eso venzo mis miedos,
recupero las fuerzas y mi vida se vuelve
huracanada y luminosa,
mientras logro volver a alzar mi vuelo.

La última isla sabe a verano,
es pequeña, es muy verde, con las vistas
del vasto mar alrededor
y, en el centro, con un hermoso naranjo.

Los viejos mundos sucumben
y los paradigmas de mi magia innata
sufren una revolución total
que me hace acercarme a las nubes.

Sentado bajo el naranjo
comprendo que volar no era el fin,
sino el comienzo:
la clave es llegar al punto más alto.

Y ahora, con un mundo
lleno de posibilidades y misterios,
recupero las fuerzas
para llegar donde mi miedo nunca pudo.

martes, 28 de mayo de 2019

Último asalto

Estando en el último asalto
de esta era tan breve e intensa
me doy cuenta de las fortalezas
adquiridas a cada paso.

Estando en mi último combate
en estos reinos del conocimiento
veo que invertí todo mi tiempo
de la forma más deseable.

Estando en la última batalla,
y rozando ya el último verano,
no miro esta vez al pasado:
tan solo confío en el mañana.

Estando en mi último desafío
sé de sobra que no lo será.
Batallas nuevas pronto habrá
y jamás me daré por vencido.

Estando en el último duelo
sé que nunca he sido el mismo.
No importa si cambia el camino
si al final consigo mis sueños.

viernes, 26 de abril de 2019

Veintitrés

Veintitrés,
un número primo
para un hijo de la desidia
que no deja de crecer.
Padre de sus delirios,
el chico huracán
sigue escribiendo poesía
para seguir con su vida
Sin más.

Guardián del agua,
protector del fuego.
Una vida de pensador
ahogado y quemado
en sus propios pensamientos
que le tienen en la cama
dando vueltas
muchas noches del año.

Ahora eso importa menos,
el camino se hace más duro,
más oscuro, más siniestro,
pero a la vez más esperanzado.
Mi corazón otrora maltrecho
se ha juntado todos sus pedazos,
ha dicho adiós a la melancolía
a base de malos poemas
repitiendo muchas rimas.

Cumplo veintitrés,
y pese a que no paro de escribir,
mi camino está menos escrito
de lo que nunca estuvo.
Pero mejor así.
Por una vez será divertido
ver dónde nos lleva la vida
y no ver por mi cuenta
dónde me llevará.
Como decían, la tierra
es solo del viento
y yo soy un chico huracán.

miércoles, 10 de abril de 2019

El viaje a Avgiduil V

Vuelo a la nueva ciudad,
un conjunto de edificios
todos exactamente iguales
colocados todos igual
como si fuera un laberinto.

Llegando a la entrada,
me adentro en el dédalo
de ladrillo y de metal.
De pronto, algo pasa:
el viento trae unos pétalos.

Parece que hay alguien
aparte de mí en estas tierras.
Una figura grácil y esquiva
ha sabido encontrarme
entre mis sueños y poemas

La persigo por las calles,
noto que me acerco más.
Se esconde en un edificio,
pero puedo darle alcance
y una respuesta encontrar.

La figura esquiva trata
de tomar un ascensor
pero le doy alcance antes.
La sorpresa es bien grata:
es mi antimusa, mi bella creación.

Desde antes de la ninfa
del agua no la había visto.
Una parte de mi pasado
que adora vivir fantasías,
a ayudarme ha venido.

A estas alturas creía ya
que me quedé sin fuerzas.
Pero una parte de mí
nunca dejará de soñar:
es mi instinto de supervivencia.

Mi antimusa me abraza
y me da un dulce beso.
Cierro los ojos para ver
al abrirlos que estaba
en la soledad de nuevo.

Ese beso fue un hechizo,
símbolo de un buen presagio.
La aventura continúa
se acerca ya mi destino
mejor seguir caminando.

domingo, 7 de abril de 2019

El viaje a Avgiduil IV

Luz mágica en mano,
la cueva parece menos peligrosa.
Cristales incrustados
hacen de las paredes una noche
llena de estrellas y constelaciones.

Se oyen susurros
con vestigios de viejas creencias.
Mis versos más puros
no sabían nada de amor y ahora
con el caos el saber me desborda.

Hay grandes abismos.
En esta cueva cuyo único monstruo
soy yo mismo
de tanto mirarme con la turbia lente
del desprecio que llevé casi siempre.

Mas este viaje es
tan solo porque aquellos demonios
se fueron al querer
llevar un nuevo rumbo en mi vida,
uno con nuevos reinos y poesías.

Y por esa razón,
salgo de la cueva y me encuentro
el calor del sol
y una llanura colorida y más vasta.
Estoy ya en tierras muy lejanas.

Armado de fuerzas,
alzo el vuelo para ver el lugar del todo.
Un río que comienza
en las montañas de las que vengo
recorre el bello paisaje en silencio.

Un viento sopla
y algo brilla hermoso en la distancia.
Mi magia logra
llevarme allí en lo que dura un suspiro
para ver lo que me depara el camino.

Un acantilado
en el que el río termina mientras
un objeto extraño
vuela brillando hacia una ciudad
que parece ser la parada final.

sábado, 6 de abril de 2019

El viaje a Avgiduil III

Dejo atrás tal bello limonero
y sigo hacia la cima de la isla
y una esfera de piedra.
Toco aquella esfera y resuena
una conocida melodía
de otros tiempos.
Pueden ser nuevos lugares,
mas son viejos los guardianes.

La bola de los sueños se abre,
me muestra imágenes etéreas,
fantasías evanescentes.
Despierta aquí mi inconsciente,
entre visiones psicodélicas
y una parte de mí a abrazarme
vuelve después de años,
después de embarques y naufragios.

La bola de los sueños y su brillo
se transmiten a todo el suelo
y me hacen sentirme liviano.
Ahora levito, subo mas alto,
y burbujas extrañas mi vuelo
acompañan con mucho estilo.
Una llamada a los vientos del este
y vuelo probando valía y suerte.

Llego a una nueva isla, cuyos bordes
son montañas muy escarpadas
y consigo aterrizar en un río,
que nace caudaloso en este sitio,
y que rompe en una bella cascada
en cuevas con plantas y flores.
Puentes cruzan el río, los cruzo,
bajo la cascada hasta lo más profundo.

Un túnel oscuro, pero angosto
es ahora el camino a seguir.
Se ve una luz en la lejanía,
quizás bellas y nuevas poesías
vengan si sigo por aquí.
Quizás halle alegría y gozo...
Mi varita invoca luces para que yo
siga mi camino con luz y valor.

martes, 2 de abril de 2019

El viaje a Avgiduil II

El viaje continua y el mar se vuelve tempestuoso.
Por suerte, mi magia me lleva volando,
y hallo por fin un lugar donde rompen las olas.
He encontrado una isla, y un acantilado
cubierto por vasto manto verdoso
que recuerda a las tierras de Escocia.

Descanso al borde del acantilado, con la lluvia
acariciándome por todo mi cuerpo desfallecido:
necesitaría descansar, pero no sé donde estoy
así que prosigo, camino, insisto y persisto
en encontrar caminos lejos de la espuma
de un mar que no me dirá jamás quién soy.

Sigo caminando, y los prados nos acompañan
por encima de las propias nubes de tormenta.
El sol ha salido, y se ve un bosque enorme
que parece ser la única alternativa correcta.
Destellos de luz se cuelan entre todas las ramas,
corazonadas quizás de nuevos horizontes.

Sigo caminando, después de muchas horas,
y me encuentro que el bosque ha terminado.
Hay un vasto claro y solo un limonero,
majestuoso, que parece un lugar adecuado
para sentarse sin ninguna zozobra
mirando el bello color azul del cielo.

El camino parece seguir, pero yo solo
puedo ver el sol y estos bellos limones.
Me siento en paz, me siento tranquilo,
y siento una presencia en los alrededores.
No sé qué deparan estos nuevos territorios
pero paso a paso completaré el camino.

domingo, 31 de marzo de 2019

El viaje a Avgiduil I

Me encontré tumbado sobre el agua
de la inmensa playa de Amarok.
Pensando y mirando la misma nada
que desde hace tiempo pretendía
no conocer,
ni reconocer
como que era parte de mi vida.

Me planteaba cuál sería mi próximo paso
en este camino a veces tan impredecible.
Me acordé de todas las veces que he errado
pero con un sentimiento bien distinto:
sin culpa alguna,
sin ninguna duda;
pensando solo que es parte de mi destino.

Ahora que soy un huracán, poco importa
si soy de fuego o si soy de agua, o si fui
un indeciso que nunca se conforma.
Es difícil pensar a veces únicamente
una sola respuesta
o una sola propuesta
que a toda exigencia parezca suficiente.

Ahora me doy cuenta de que los tiempos
han cambiado casi sin darme cuenta.
No conseguí dominar mi segundero
mientras ganaba control de un espacio
que supe ganar,
que me supo apartar
de una estabilidad que creí haber logrado.

Pero con este vacío, que parecía irreparable,
conseguí hacer de los minutos, segundos
y de las semanas, días tan interminables
que el dolor se murió de puro aburrimiento
entre versos marchitos,
entre besos perdidos
de un pasado que alcanzar ya no deseo.

Conseguí más control de cada minuto
con un sacrificio que fue mi última baza
frente a la desolación de la que rehuyo.
Ese sacrificio me supone una lágrima
que desaparece,
que no resplandece
en el vasto océano de lamento de mi ánima.

Cuando abro los ojos y salgo de mis ideas,
me encuentro en medio de la nada,
la orilla de la playa muy lejos ahora queda.
Mi liberación personal se ve en mis versos
con menos estructura,
con más locura;
ya no son un arma para callar mis lamentos.

Mi liberación me ha llevado a la deriva
y mi futuro es como este mar: abierto.
Pero un tiempo después alcanzo una isla
en la que se erige una torre de piedra;
en cuya cima
se divisan
direcciones hacia una nueva tierra.

Tomo la dirección hacia lo desconocido
hacía una paz que, aunque no sea perpetua,
me prepare para los futuros más sufridos.
Porque en todos los viajes de la vida
dejas algo de ti
y ganas algo para ti,
empieza un viaje más a través de mi poesía.

lunes, 25 de marzo de 2019

Liberación

La tormenta cesó en mi reino.
La dualidad se resolvió por una vez.
Por primera vez en mucho tiempo
falta una musa a la que adorar,
falta una luz que me guíe.
Solo hay una nada inamovible
que es derribada por mi indómito
corazón huracanado.

El tiempo pasa y aún pienso en ti,
aunque no de la manera que lo hacía.
Te añoro, te aprecio, y puedo decir
que pese a todo aún te quiero,
que pese a todo aún no olvido
los días tan buenos que vivimos,
sin olvidar la muerte de las tardes
que el amor fracasaba.

Recuerdo las promesas cumplidas
y aquellas que cumplir no pude.
Recuerdo que hubo malos días
en los que nos íbamos perdiendo,
en los que el amor se agotaba
entre actitudes de desconfianza
y confianza en una posibilidad
nula de cambio.

Curiosamente ahora me doy cuenta
de qué estabas en el camino aposta.
Has sido el catalizador del cambio
por el cual aprendí a reinar mi mundo,
por el cual aprendí a preservar y amar
incluso cuando eso supone soltar
los lazos otrora aparentemente infinitos
que ahora se desconocen.

Y comprendo ahora que fuiste musa
y te llamé ninfa y juré amarte por siempre
en esta historia de amor ya conclusa
en la que nos hicimos también daño,
en la que no supimos sentir los errores
hasta el acierto de evitar las reconciliaciones.
No fui el compañero que tanto merecías,
de veras lo siento.

Sé que en el camino habrá personas
que nos hagan olvidarnos del dolor actual,
así como restaurar la química de las neuronas.
Las mías siguen llorando tu pérdida,
las mías siguen sonriendo con esperanza
ante un futuro en el que mis palabras
vuelvan a ser artífices de sonrisas
de alguien amado.

Ninfa del agua, te marchas de mis dominios,
pero siempre estarás en mi corazón.
Mi lealtad y mi amistad siempre contigo
estarán cuando el mundo te falle,
estarán cuando aciertes más en la vida.
A partir de ahora solo esbozaré sonrisas
cuando lleguen bellas noticias a mí
de que estás bien.

Te vas ninfa del agua, y una parte de mí,
se marcha contigo mientras una parte tuya
se queda conmigo hasta mi último latir.
Ahora soy yo quien parte en un viaje
a reinos nuevos en los que nunca estuve,
a reinos nuevos en los que siempre estaré
dejando las partes más débiles de mi ser.
Porque en todo viaje siempre dejas algo atrás
para volver más lleno.

domingo, 10 de febrero de 2019

Archipiélago del tiempo

Los recuerdos tienen dos caras siempre:
uno es la cara objetiva de lo que viviste
y la otra es una lente distorsionada.
Ambas caras siempre se contradicen
en una lucha funesta en un presente
intranquilo y que nunca aporta nada.
Una vez, por ejemplo, quise ir al cine,
pero mis amigos cambiaron el plan
tanto que fue un absoluto desastre,
pero la lente nostálgica ahora dice
que fue un día de gloria ya pasada
y que nunca jamás se repetirá.

Recuerdo también que siendo más joven
me sentía muchos días aún más solo,
resguardado en mis mundos de fantasía.
Recuerdo no tener nunca buenos hombros
en los que apoyarme cuando las noches
se prolongaban a veces durante el día.
Pero recuerdo, sin embargo, ser feliz
en mi nube tormentosa de recuerdos
y encontrar un refugio en la oscuridad
que ahora suele quitarme el sueño,
porque me creo que por no dormir
el tiempo ya perdido podrá regresar.

He sido el niño que jugaba como tal,
pero poco a poco los niños eran otros
pero yo no quería dejar de divertirme.
Ahora esos niños no juegan tampoco
y siguen caminos que yo pude tomar,
mientras oyen a otros niños reírse.
Antes no entendía la maldad, y ahora
no entiendo que le pasa a este mundo,
mi genio se marchita poco a poco.
Ahora me miran con odio nauseabundo
los adultos que todo lo controlan.
mientras veo un reino de puentes rotos.

Y es que, en un recoveco de mi mente,
no hay palacios fantásticos de memoria,
ni palacios de memorias fantásticas.
Tan solo hay una isla que se queda sola
y un archipiélago de pasados que mueren
culpa de varias irresolubles problemáticas.
Isla descubierta, isla que muere olvidada,
Mientras mi isla central solo encuentra
que cada vez queda menos espacio
para llorar puentes que ya no conectan,
para unirse a islas aún inexploradas
para que el archipiélago haya terminado.

Tú, que eres pura belleza y distorsión,
que desdoblas la realidad hasta lograr
que sea capaz de esbozar una sonrisa
¿Bailaras conmigo en la isla central
hasta que tengamos que decir adiós
a la última de todas las islas de mi vida?
¿O serás tú la última isla que caiga,
un puente que solo la muerte derribe,
y que cumpla mi deseo de trascendencia?
Tú que en ninfa del agua te convertiste
sin que mis recuerdos me traicionaran,
¿acaso tienes tú mi ansiada respuesta?

 Pues empiezo a pensar, muy a mi pesar,
que nunca hubo pregunta alguna
y, por tanto, jamás una respuesta tendré.
Que mi vida es solo mía y mi fortuna
radica en que me puedas acompañar
saltando al mañana desde el ayer.
Fotos viejas, viejos recuerdos y poemas,
canciones que saben solo a antaño
y tardes que jamás serán repetidas.
Todo tiempo pasa para ser olvidado,
encuentras nuevas islas y nuevas metas,
pero el archipiélago siempre se termina.

Y, casi sin quererlo, ni meditarlo,
tu isla desaparece en el vasto océano.
Se sueltan para siempre nuestras manos
te conviertes en otra isla del archipiélago.

martes, 5 de febrero de 2019

Riovizima

A veces  pienso en mi vida
como si fuera una célula.
Pienso en una zona finita
que es mi entorno
y cuyo borde sin duda sería
una bicapa lipídica.

Pienso en los componentes
que conforman mi ser,
que veo como si fuesen
orgánulos cuyas funciones
hacen que aún sueñe
o sienta algo que duele.

Pienso a veces en un centro,
un núcleo celular,
imponente y circunspecto,
que busca que sobreviva
a base de cumplir sueños
sin morir en el intento.

Pero, a veces, en mis ideas;
se cuelan cuestiones
de mayor trascendencia,
como el origen de la vida
y la célula primigenia
que nadie sabe cómo era.

Muchos dicen que el todo
era un ARN muy hábil,
el cual, para nuestro asombro,
guardaba información
y consumía del entorno
nutrientes con carbono.

Y muchas veces pienso,
quizás hasta demasiado,
y me doy cuenta de lo necio
que soy queriendo llenar
mi vida, cuando ya tengo
lo esencial para vivir pleno.

Porque pienso en esta poesía,
y a la vez pienso en ti.
Ambas sois pura biología
y sin ambas no puedo vivir.
Eres ese ARN de la célula primitiva,
eres en mi vida la mejor ribozima.

martes, 29 de enero de 2019

Elegía a las emociones buenas

Echo de menos las noches de verano
igual que los días de invierno.
Mas el mundo suele ser contrario
a las cosas que yo tanto anhelo
y me dio días cálidos para arder
con las más tóxicas compañías
y noches frías por la culpa de
una lágrima que baña mi mejilla.

Echo de menos el cielo, como si
una vez hubiera formado
yo parte de él o él parte de mí,
siendo un simbionte azulado.
Echo de menos la vida en color
que me dio mi caja de lápices
echo de menos el dulce petricor
y todas las cosas que creí ápices.

Echo de menos que la música
me transporte a mundos felices.
Ahora hay otra realidad acústica
en la que las risas se extinguen.
Echo de menos que la vida tenga
ese toque dulce de misterio,
ese toque dulce de la inocencia
que se perdió pasado el tiempo.

Echo de menos poder explorar
y sentir que este gran planeta
tenía principio y no un final
para descubrir mi vida entera.
Echo de menos que la gente me diga
cosas bonitas sobre este mundo,
que hicieran valer esta vida
hasta en el rincón y día más oscuros.

Echo de menos las risas infantiles,
las aventuras que se me ocurrían.
Mi imaginación se volvió ya inservible,
la madurez la condenó ya por rebeldía.
Echo de menos poder sonreír,
sintiendo de verdad mi gesto.
Echo de menos el saber vivir,
ahora que vivir es como estar muerto.

miércoles, 2 de enero de 2019

Bienvenido 2019

Cada día que pasa, me acerco más
a saber quien soy.
Error tras error,
construyo mi camino con pesar
y tras mucho sopesar
en condicional perfecto.

Yo, como toda la gente del mundo,
son magos llenos
de un poder único:
la capacidad crear un nuevo rumbo
cuando solo muros
hayamos en el camino.

Tenemos magia para ayudar y querer,
y nuestra arma son
las acciones hechas.
Es difícil a veces poder entender
cuán real es el poder
que todos poseemos.

Puedo y tengo que cambiar tanto,
aun sin tener fuerzas
para ser quien solía.
Por eso, trataré de ser un gran mago,
siendo más sensato
por mi propio bien.

Quedan muchos días aún por delante
y muchas opciones
para prosperar.
Intentaré ser fuerte y no acobardarme
y así tener de mi parte
la suerte en este nuevo año.