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Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

domingo, 22 de diciembre de 2019

De la magia de las antimusas y de su tiempo

Me hice poeta y comenzó
la primera de muchas
etapas confusas
que ha tenido mi vida.
Las quise, de la forma
en la que quieres
a quien no puedes
tener más cerca.
Por no ser, por tanto,
no eran siquiera musas,
sino, más bien, antimusas.

Y aprendí mucho
de estos seres oscilantes
entre etéreas realidades
y realistas fantasías.
Mi magia empezó a ser
de un poder inmenso
en el mundo de los sueños
y, poco a poco,
mi lado pasional fue
tomando el control.
Daba más pelea,
aunque alguna vez tuviera
un precio muy alto
que pagar.

Fui huracán, guiando
los vientos más poderosos.
Pero vi de pronto
gente más fuerte
y con la determinación
de hacer daño.
Aprendí a ponerme a salvo:
hechizos defensivos,
encantamientos variopintos
para entrar en las mentes,
distorsionar la realidad
y evitar golpes fuertes
lo máximo que se pudiera.

Conocí mis mayores límites
de ponzoña y oscuridad
y de luz y de vitalidad.
De una de mis antimusas,
aprendí la fortaleza
de librar muchas luchas
en el mismo instante.
Las lluvias de meteoros,
no eran ningún tesoro,
pues la suerte comenzó
a tener un nuevo proceder.

Manipular los sueños,
escapar de mentes ajenas
y el ganar todas las guerras,
aunque vengan del golpe.
Lecciones bañadas en oro
de épocas a veces confusas.
Y, en verdad , las antimusas
me enseñaron mucho más
de lo que al principio creí.
Pero al final, todo pasa por mí
y por mi forma de afrontar
una vida que torna amarga
y que se me hace imposible
de asumir sin un poco de magia.

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