-->
Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

domingo, 22 de diciembre de 2019

De hijo a padre

Ya eres mayor, y no es culpa tuya,
pero aún tienes mucho que aprender
y mucho mas que enseñar(me)
contra la realidad oscura
de la vida.

Tus miedos puede
que estén mañana,
pero las oportunidades
para que seas feliz
Con los que te acompañan
puede que no.

La vida a veces es dolor
Y las cargas
quizás te asfixien
en alguna ocasión.
Pero todo ira bien:
estamos aquí,
te queremos
y jamás te daremos
La espalda.

Con todas las veces que caí
y que tú me enseñaste a levantarme.
Con todos esos viajes,
todas las canciones compartidas
y todas esas lecciones,
¿cómo no voy a querer ser tu muleta,
tu muro de carga
o tu punto de apoyo para
que muevas el mundo
hacia tu favor de nuevo?

Insisto: la vida no deja de doler,
pero el dolor nos enseña a vivir
con quienes queremos cuando se puede
y con quienes podamos cuando se quiere
como podamos cuando queramos
y como queramos cuando podamos.
Nunca será “pudimos” si no quisimos
ni “querremos”, si no podemos.

Los miedos morirán
con el viejo que serás
los sueños puede que mucho antes.
Confía en mí, es solo un bache
y el sol saldrá más fuerte mañana.
Vive tranquilo y vive feliz
poco a poco la vida
encuentra en el perpetuo caos
la dulce inestabilidad
De una nueva armonía.

Y a todo esto,
se me olvidó
el verdadero propósito
de este poema.
Celebrar que al jamón
le has dado ya la vuelta.
Papá, felices cincuenta.
Que sigamos siendo
alegría recíproca
por mucho tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario