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Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

martes, 30 de noviembre de 2021

Epifanía

Se pasa otra semana
y las noticias dicen con calma
que solo han muerto setecientas
personas en esta jornada 
dentro de la infinita pandemia. 
Las UCIs dobladas, como los turnos 
de aquellos cuyo mundo 
se limita a preservar el de los otros. 
Lágrimas de cocodrilo 
de aquellos que hicimos poderosos
y que se preocupan más de su beneficio
que del bienestar de todos.

Vas a trabajar, miras con miedo
como está el metro 
en otra hora punta.
Te venden que es seguro,
pero estar pegado a la nuca
de ese que está tosiendo mucho 
desde luego no reconforta.
Echo de menos a mis amigos,
pero intento seguir las normas,
solo para ver tanto español pillo
que casi preferiría en Andorra 
y no aquí haciendo trampas 
para ver si se ponen los diez en la terraza.
Eso podrían ser luego diez camas
que no tendrán las UCIs para tu abuelo
o para cualquier ciudadano enfermo
que más las mereciera. 

Me noto el nudo en el pecho, 
ese que empezó hace dos años.
Ahora aparece y no me duermo 
pensando en que me estoy privando
de una vida de pequeños caprichos
y que no queda tampoco tanto
para que deje de sentirme tan vivo,
para que me muera sin haber sentido
tantas cosas que aún tengo pendientes.
Algunos dicen que aproveche,
pero creo que tengo algo de conciencia 
y quiero librarme de su cargo
no siendo como los cayetanos
que llenan las discotecas 
y culpan al señor de la coleta 
como si fuera culpable de todo.

Mítines en Cataluña, 
salvemos la Semana Santa.
Cruzo una espiral de locura
en la que se repiten las batallas
y nunca se termina la lucha.
No aprendemos la lección,
se aplana la curva
y lo decimos con ilusión.
Ya solo sumamos 600 muertos…
Imagínate que se vacía un colegio 
y los niños jamás regresaran.
Ese vacío hemos normalizado
mañana tras mañana,
negligencia tras otra,
en este país donde la gente 
cada día es más idiota.


Me entran ganas de llorar, 
pero casi siempre me resisto.
Tengo la suerte de contar 
con un rincón en el que me olvido,
al menos en algunos momentos, 
de que todo va tan mal.
Nos inundan los tormentos,
pero es entrelazar los dedos 
y llenas mis noches de calma
y de luces mis mañanas.
La tormenta nos da tregua
y siento una extraña epifanía
de que esto acabara algún día
y que podré ver tu sonrisa
de nuevo sin mascarilla.

Ya va quedando menos
y recuperaremos todo el tiempo:
los abrazos tan añorados,
los besos en el metro.
Y haremos todo lo que deseamos 
y que ahora no podemos.
Me aferro al clavo ardiendo
del calor de tus mensajes 
que hacen que me calme
y que incitan a mi sonrisa.
Gracias por tanta calma,
gracias por ser tanta vida
ahora que tanta vida nos falta.

jueves, 25 de noviembre de 2021

Abusos romantizados

Edificios altos, miradas cansadas,
motos rugiendo por la Castellana,
personas que piden y otras que ignoran.
¿Cuál de las dos soy yo ahora?
Luces del alba y del ocaso ínfimas 
ante toda la contaminación lumínica. 

La vida se me hacía más sencilla
bajo la somnolencia adquirida
con el simple roce de tu mano.
Eran tiempos sin duda extraños,
la sangre no estaba donde debiera
y todo me daba muchas vueltas.

La vida era mucho más simple,
cuando solo pensaba al dormirme
en intentar no olvidar este día.
Aunque las noches ya eran interrumpidas:
nunca sabré la película que mi madre
vio aquella noche para no acostarse.

La vida no era tan complicada,
cuando quería todo y no tenía nada.
cuando firme pactos hasta con el diablo.
Pagué los precios, los sigo pagando.
Diez años ya y a veces sigo creyendo
que este no era el camino correcto.

Diez años ya y todos se olvidaron
de ser testigos de aquel cruel teatro.
Todos menos tú, que guardas la maldad
en tu risa esperando volverla a sacar.
Todos menos yo, que sigo sintiendo
la presión que pusiste en mi pecho. 

Veo a la gente de entonces y sonrío,
pienso que estaba en mi sitio,
aunque a veces se que no es cierto.
Mi primera vida me trae recuerdos:
cuesta creer que pasaran ya diez años
del primero de mis abusos romantizados.

martes, 23 de noviembre de 2021

Sonrisa reticente

Siempre tuve una reticencia
a esbozar una gran sonrisa.
Me inunda más la impotencia
de lo que puedo reconocer
por tantas veces parecer
que estoy más muerto
que vivo.

Por eso, el paso del tiempo,
me hizo crear un escudo
contra mis fútiles intentos
de revertir la concavidad
privada de tal normalidad
que es tantas veces
mi boca.

Por eso hablo a veces tanto
para decir tantas cosas
que con mis músculos callo.
No me gusta ir hiriendo,
pero de veras no prospero
en parecer un poco
más humano.

Tengo una gran tolerancia
a lo que llaman felicidad.
Le resto gran importancia
a las razones más buenas
y sumo sin vehemencia
la razón más pequeña para
romper la balanza.

Por eso muchas veces sonrío
en los peores momentos
y por eso lloro como un crío
cuando quizás no debería,
porque deberían las sonrisas
ser el tema principal
de la canción.

Soy un caos total de persona,
tanto que hasta he afirmado
como si fuera un vil dogma
que estaba destinado a morir
habiendo sido el más infeliz
durante el resto
de mi vida.

Y soy el mejor en esperanzas,
mas el peor en expectativas.
Mi realidad supera por goleada
a las ficciones de mi cabeza,
a las ficciones de mis poemas
donde nada parece
lo que es.

Y ya me vi como el Lazarillo,
un antihéroe conformista.
Pero veo que hay suspiros
con los que no se ahogan
los gritos de mis derrotas:
es la unión más fuerte
de mis ilusiones.

Mas confieso que hace meses
que me veo con otros ojos.
Muchas sentencias de muerte
no matan tanto como creemos.
Palabras forjadas en un infierno
lleno de nubes de pura
furia y rabia.

Sigo sin tener mi mejor sonrisa
pero confieso que me acostumbro.
Jamás podre llorar de alegría
pero quizás las mejores ocasiones
son ahora que mis acciones
me llevan por los caminos
más alegres.

Sigo sin tener mi mejor sonrisa,
pero empiezo a tener un prototipo
en el que la gente ahora confía,
al menos la que me importa.
Descubrí qué personas
merecen más la pena
en este mundo.

No creo en que mi vida esté 
condenada a la infelicidad
y más desde que alcancé
la libertad de sentimiento
de la que mis tormentos
se encargaron siempre
de privarme.

Lo confieso: jamás tendré
la mayor y más pura sonrisa.
Pero creo en lo feliz que seré
con las compañías adecuadas
en la senda tan alocada
a la que llamamos
vida.

Tengo una gran tolerancia
a lo que llaman felicidad.
Por eso es de suma importancia
el hecho de que contigo
la vida sea tal delirio
de sonrisas, poemas
y abstracción.

Siempre tuve una reticencia
a esbozar una gran sonrisa
para prevenir la violencia
que me la arrebatara.
Ahora está salvada,
al estar en tus manos,
querida Dafne.

viernes, 19 de noviembre de 2021

Excursión al cementerio

Rodeamos juntos el cementerio,
charlando sobre flores y entierros
nos reímos de la desdicha
al ser incapaces de hallar consuelo.
Te da la risa tonta
por primera vez en mucho tiempo
y me dices si no será nuestra derrota
una consecuencia más de todo esto.

Me río y te digo que no importa,
y bailamos sobre las tumbas
de todos los tormentos que nos rondan
en la cabeza los días que no se juntan
el frío casi cadavérico de tus manos
con la ausencia de vida de mi mirada
y con el cruce de ideas desangeladas
que estos días se nos pasan por la cabeza
nos faltan días de museo, nos sobran problemas.

Y quizás este poema sea la prueba
de que somos una alianza casi perfecta.
Ahora tu baile floral es entre cipreses,
y mis poemas tan solo resplandecen
una anómala y romántica melancolía.
Somos casi una canción de The Smiths,
así que aprovecharé el próximo día
de aterrador sol para quedar junto a ti
en las puertas del cementerio de la Almudena,
veremos a Galdós y a Pablo Iglesias,
pero serás tú la que lleve la coleta
y yo el que te encante
ya sean con versos propios
o con los de Vicente Aleixandre.
Y no quedarán secretos entre nosotros,
incluso delante de Enrique Urquijo.
Será seguramente la mañana de domingo
más rara en mucho tiempo,
así que ponte un vestido bonito
y la tristeza que vaya a juego.
Yo llevaré flores de sobra
y ganas de que creas a toda costa
que el mayor mal es pequeño
y que toda tu vida es un sueño
que dejar atrás sin demora
en las puertas del cementerio.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Sorpresas desagradables

En uno de aquellos días de hace tres vidas,
volvía de clase con la ninfa del agua.
Llegó el momento de la despedida:
nuestros caminos se separaban
mientras ella cogía el segundo tren
y yo caminaba tranquilo hasta casa.
Ya dadas las espaldas, no me pude contener
y volví a darle otro abrazo fuerte
y a decirle cosas dulces como siempre.

Han pasado ya muchos años, 
pero aún recuerdo su cara de terror
y las lágrimas que se le escaparon
y como se agitó su respiración.
Hoy volví a ver esa escena,
pero era el chico quien recibía la sorpresa
y no hubo lágrimas ni conmoción.
Me pregunto qué clase de mundo creamos,
qué clase de mundo preservamos,
qué clase de mundo apoyamos,
a veces incluso con nuestro silencio,
cuando las mujeres deben sentir miedo
incluso en los más sencillos
incluso en los más inofensivos
incluso en los más dulces gestos.

martes, 16 de noviembre de 2021

Reflexión sobre el amor

Hasta yo mismo,
abanderado del amor
y del romanticismo,
sé que la pasión
tiene mucha química detrás
y poco misterio.
Pero es más fácil hacer sonetos
que entender a nuestro cuerpo
y su extraña toma de decisiones.

El amor son revelaciones
que siempre estuvieron sobre el papel.
Es la novedad que se esconde
bajo el infame nombre de destino.
Es el instinto de supervivencia
en un universo de “romanticonsumismo”.
El amor es la desavenencia
de la razón y el mundo
y la excusa más barata
para la sumisión y la dominación
más inhumanas.

El amor tiene pasión
a veces tan desmedida,
que hace de la ira y el rencor
las panaceas más adictivas.
El amor puede ser tóxico,
puede ser un quiste crónico
de extrañas idas y venidas
en las que se suele pasar
del odiarse a matar
al amarse a morir.

El amor se mata a cada polvo
que se decide consumir
con tal de no hablar de lo poco
que tiene en pie a un santuario
que antes parecía sagrado
y que ahora está en ruinas...

El amor es mentir,
amar es poseer,
amar es enloquecer.
El amor es desear no perder nunca
mientras no juegas ninguna
de tus cartas con la intención
de ganar.
Amar es intentar ganar las partidas
cuando ya no se puede jugar.
Es el suicidio de Romeo
o el la mataré de Loquillo.
Amar es duelo,
amar es conflicto.

Amar es todo esto y a la vez no.
Amar como dije arriba
es una ceguera cuya adicción
te puede durar toda una vida.
Pero amar de verdad
es lo que queda cuando las mentiras
de la sociedad actual
no tienen cabida.
Amar es comprensión, es empatía,
es deseo inocente y afecto,
es confianza y respeto.
Es lo que queda entre dos cuerpos
cuando se agota la química.

Amar en el presente 
es trepidante y muy intenso.
Pero amar sinceramente
puede parecer que es menos
cuando siempre te da mucho más:
cuando no hay idas ni venidas,
cuando no hacen falta regalos
cuando todo se puede demostrar
con unas pocas poesías
y los más largos abrazos,
cuando el sexo no actúa como medio
sino como el culmen del sendero
de un querer sincero.
Amar de verdad es seguridad
y tener siempre donde llorar
sin sentirse juzgado.

Amar de verdad es aquello
que, una vez tienes en tu vida,
no sabes cómo antes podías
vivir sin conocerlo.
Amar de verdad es que tus sueños
se proyecten en otros ojos
sin saber cómo.
Amar es aquello que reaprendí
desde aquella tarde de abril
desde la cual me acompañas.
Ojalá nunca me faltes,
porque me harían falta mil vidas
para dejar de amarte más cada día,
mi querida Dafne.

lunes, 15 de noviembre de 2021

Los tesoros perdidos por mi cuarto

Buscando entre todo el desastre
de recuerdos tangibles que tengo 
Me doy cuenta del paso del tiempo:
mis libros comienzan a deteriorarse,
las fotos pierden su brillo y su color
y las entradas de cines, museos y viajes
ven como su tinta comienza a borrarse
y como pierden paulatinamente su valor.
¿Qué sentido tiene un papel en blanco
llenándose de polvo en mi cuarto?

Tengo un sobre lleno de palabras dulces
que hace mucho que no se abre,
tengo recuerdos que aún me conducen
a Móstoles pasando por otros cien lugares:
una caja prohibida, billetes de avión...
Tengo dos carpetas llenas de color 
que son las tres vidas que llevo vividas 
desde que llegó Laura a mis poesías 
y anidó en un hueco de mi corazón.

Tengo intersecciones con mil vidas:
corazones de papel, billetes de metro,
regalos de cumpleaños, fotos cuyo recuerdo
es a veces más tormento que alegría 
por el hecho de darme cuenta que no todo
me va necesariamente a mejor.
Que hay días que me siento muy solo
y me cuesta a veces silenciar el dolor 
que susurran las voces de mi cabeza.
Escribo, juego, trabajo a conciencia,
me evado hasta que las noches llegan
y jamás duermo la noche entera.

Tengo sueños que se perdieron entre libros,
sueños que no cubre mi cuenta del banco,
sueños por los que aún sigo luchando 
aunque no creo que pueda conseguirlos.
sueños que los juguetes supervivientes
ven como siguen cada día diezmando,
Sueños de una vida digna de recordar
y de cosas que me ayuden a no olvidar.
Aunque a veces eso sea el culpable
de que haya días que, al acostarme, 
lo último que pueda hacer sea soñar.

domingo, 14 de noviembre de 2021

Cierre

No todos los deseos se hacen realidad,
ni todos los finales deben ser felices.
Es frustrante a veces, pero jamás 
se juzga al villano por su crimen,
ni el héroe obtiene su recompensa.
La realidad es mucho más simple
y a la vez mucho más compleja.

Las últimas veces, igual que las primeras,
no serán siempre perfectas, 
no serán siempre a sabiendas 
de que ese abrazo debe durar toda una vida
o de que el sabor de esos labios
será un recuerdo cada vez más vago
convertido en una daga de melancolía. 

Que los sueños que tenemos
suelen hacerse más pequeños
al ser imposibles de obtener.
Y que tendemos a posponer
sin saber si tendremos tiempo.
Quizás cuando llegue el momento,
poco de lo que queremos podremos hacer. 

Que siempre habrá una disculpa
anudada por siempre en la garganta,
acompañada por perpetua culpa
que seguirá ardiendo en la cama
esas extrañas noches de insomnio,
evaporando lágrimas inesperadas
secando posibles sueños hermosos.

Que la lucha por nuestro mundo
será eterna para nuestro pesar. 
Y quizás el pase a la eternidad
no esté al alcance de ninguno.
El arte, el amor, la infinita bondad,
serán huellas que el tiempo podrá borrar
con su paso natural aunque furibundo.

Que todos los viajes y todos los caminos 
no tienen por qué tener sentido
ni ser motor de posibles cambios.
A veces las metas te dejan al principio
y a veces no sales de la casilla de salida.
A veces solo eres aquel niño asustado 
que empezó a entender lo que es la vida.

No somos libros. Nuestros capítulos 
no siempre quedan terminados 
aunque llegues a la última hoja.
La muerte mata al anhelo ridículo
de que todo quede en vida cerrado.
Porque solo cuando nos llegue la hora
todo dolor abierto quedará sellado.

viernes, 12 de noviembre de 2021

El bosque de los lazos eternos

En alguna parte de mi mente encuentro
el bosque de los lazos eternos.
Confieso que, aunque lo vi mil veces,
ninguna de ella fue de mi agrado,
pues es el lugar más sagrado
en el que ni yo mismo suelo verme.
Porque rompí muchas promesas,
partiendo de las peores premisas,
pretendiendo vivir sin sorpresas
pretendiendo vivir sin la chispa
que la vida mucha veces esconde.

Y he aceptado nuevas condiciones,
he dejado volar mis emociones,
he bailado con el huracán más caótico
que jamás pude imaginarme.
Ya no hay cabida a futuros utópicos,
ahora que todos se sienten distópicos
y yo sigo intentando danzar.
y yo sigo intentando levantar
el mundo a mis espaldas
pese a que cada mañana
tenga menos fuerzas
tenga menos respiros
y tenga menos motivos.

Por eso, dudo mucho si volveré a ir
al bosque de los lazos eternos.
Quizás no me merezca ser feliz,
quizás ahora solo hablen mis tormentos
quizás ahora hablen mis remordimientos,
quizás ahora hable mi sufrimiento
con el que pretendo silenciosamente ir cargando.
Pero aquí estoy, en versos gritando
que quizás no merezca ser amado,
que quizás lo poco que me ha pasado
me lo merezca con creces.
Pero aquí sigo intentando
tener una pizca de suerte
o una señal del cielo
que me diga que voy bien
que estoy en el camino correcto.
Y que, aunque hoy sea horrible,
quizás vengan nuevos mañanas felices,
en los que vengas conmigo para siempre
con tu vestido de flores silvestre
y tu corona de laurel.
Es solo cuestión de tiempo y de fe,
y aunque estoy tambaleando,
es lo único que tengo entre tanto
que las cosas vuelvan a ir bien.

Sé que hay un futuro allí para ambos.
Espero ser digno de que vengas conmigo.
Y puede que me pase la vida dudando,
pero el día que estemos allí te garantizo
que tú siempre serás certeza,
serás hogar y primavera,
serás el amor de la vida
que ahora tanto me pesa
y tanto me castiga.

jueves, 11 de noviembre de 2021

Cuando la tristeza pernocta

La nada en tus besos
no es algo ajeno
cuando recuerdo el primero
como un cegador destello
blanco en toda mi mente.
Anoche fue diferente
y me sentí tan pequeño:
como dos lágrimas en el mar,
como dos partículas 
de polvo estelar
en la inmensidad del universo.

No sería la vez primera
que mis labios supieran
que algunos besos llegan,
sin que dos se hirieran,
con sabor a sal.
No deberían acabar
nunca noches así:
Aquel abrazo infinito
debió ser el prólogo 
a quedarnos dormidos
y no a tenerme que ir. 

Hay besos que solo se dan
cuando hay poco de que hablar,
pero hay otros que suelen marcar
ese punto en que suele pasar 
que hay poco que decir.
A veces para ser feliz,
y solo por puro contraste,
debe haber cierto llanto.
Pero es cierto mi amor 
que a veces es demasiado,
con tantos disgustos ocasionales.

Hay besos a medianoche
cuyo único horizonte 
debería ser que no importe
si la luna se esconde
y seguimos aún juntos.
Hay fines del mundo
que son un beso en la frente,
unas manos que no se sueltan 
y una vuelta a casa
donde las luces de la carretera 
ignoran lo que pasa por mi mente.

Hay besos que son inmortales,
que saben a pasados inalcanzables 
que saben a futuros por delante 
en los que parece que amarte
será lo único bueno que perdure. 
Hay noches de incertidumbre 
y alguna mañana será certeza
e incluso también desdicha.
Pero estaré a tu lado,
incluso en las noches infinitas
en las que pernocta la tristeza. 

martes, 9 de noviembre de 2021

Hechizo para animar a Dafne

Que el laurel
no pierda sus hojas
no significa que ahora
que llegó el invierno
no sienta frío por dentro.

El estar bien
es estado pasajero.
Y pasan los tormentos
y, poco a poco, las sonrisas
se vuelven más vacías.

Y vuelan dudas
y por las mías escribo
¿Qué hacer contigo
y esa extraña nube
de amarga pesadumbre?

Pues escribo
conjuros y bellas runas
que aparten tu amargura,
que te recuerden siempre
toda la luz que tú tienes.

Tú eres única,
la ninfa de los bosques
de poemas que esconden
el amor más bello y puro
que puede haber en el mundo.

Por eso hoy,
sabiendo cómo estás,
tan solo te puedo rimar
e invocar de forma precisa
la más fuerte de tus sonrisas.

Te quiero mucho
y no te preocupes por nada
porque te sobra magia
para resolver todo problema
que la vida presenta.

Yo creo en ti.
Y tendrás mis brazos siempre
que el mundo se tambalee
y hechizos que salven
tu bella sonrisa, querida Dafne.

lunes, 8 de noviembre de 2021

En voz a borbotones me derramo I

Se pasan los días y las semanas
y me siento a veces espectador
de una vida que pierde su color 
al mismo tiempo que surgen las canas.

Cuesta levantarse por las mañanas,
salvo aquellas que diviso un fulgor:
tu sonrisa me libra del temor
de vivir sin ningún tipo de ganas.

Sé que de amor me lleno dulcemente,
y en voz a borbotones me derramo
cuando mi mundo se posa en tu pecho. 

Jamás habré vivido suficiente
si sigues por siempre siendo reclamo
de luz para mi corazón maltrecho. 

miércoles, 3 de noviembre de 2021

Distorsión onírica

¿Por qué estoy estos días tan lejos?
¿Qué hago de nuevo viendo
lugares y tiempos tan dispares?
Pensé que con ciertas edades,
o con ciertos ambientes,
sería capaz de olvidarme
de esas chispas evanescentes
que pueblan mi memoria
y alimentan todos mis sueños
y que hacen que ahora
escriba estos versos.

Nada es estrictamente real,
pero tampoco es del todo falso.
Por eso me cuesta diferenciar
si estoy despierto o quizás soñando:
si las calles que recuerdo
son de mis sueños
o son de los pasos que ya he dado.
Si al cerrar los ojos,
los besos que di son solo
una dolorosa fantasía
o parte real de mi hermosa vida.
Si las conversaciones de madrugada
fueron tumbado en mi cama,
o fueron sentados frente a frente,
en ambos casos, esperando con calma
a que el sol saliese.
Si las fotos que hice tantas mañanas,
contaron siempre con tu sonrisa
o si sueño con una lente maldita
y con mil fotos trucadas.

La vida es demasiado extraña
cuando despiertan rincones
sumidos en profundos letargos.
Estallan todas mis emociones,
culpa de toda la nostalgia
que me invade cuando me levanto.
Quizás necesite "tiempos mejores",
que son en realidad más simples.
Quizás necesite vacaciones
hasta que la vida se digne
a darme un respiro con los problemas
que tanto me atormentan.
Me siento en el mirador
y la vista es preciosa,
mientras siento el calor
de tus besos en mi boca.
Y todo se vuelve sencillo de nuevo,
lo que hace que me acabe preguntando:
¿estoy acaso despierto
o estoy acaso soñando?

martes, 2 de noviembre de 2021

Umbral

La espada no está afilada,
mi cuerpo está magullado.
Flaquea a veces mi magia 
y de pasión ando escaso.

Pero me levanto otra vez,
miro de nuevo salir el sol,
sabiendo que puede ser
hoy cuando le diga adiós. 

Hay aún detalles ocultos
y muchas batallas que librar
y hay poemas que seguro
aún tengo que comenzar. 

Así que voy otro día de nuevo
a intentar rozar las estrellas.
Cada día están más lejos,
pero se sienten más cerca.