Fantasías de un retorno indeseable

Hacía tiempo que no me animaba
a salirme de mi tipo común de versos.
Probemos hoy con unas octavas
que, aun habiéndolas visto menos,
sé dejar con ellas las cosas claras.
Pues tantos versos para cabo suelto
alguno no dan, y hacen que rimar
sea bello y tenga más complejidad.

Suena esa guitarra en mi habitación
que suena a fantasía no evanescente.
Suena a realidad traída de la ficción.
Suena a sueños de perdidos presentes
para salvar el mío de la desilusión.
De vivir la vida sin saberla vivir,
es decir, de vivirla sin tenerte a ti.

Suena la voz de Bono, y no el ministro.
Se cuela en mi mente mientras tu risa
da sentido a cada palabra que te escribo.
Viajo de un mundo a una fantasía,
me dejo llevar por mil y un espejismos
y deseo no volver a la verdadera vida.
Pero vuelvo a la realidad, y aliviado,
viendo como aquí aún sigues a mi lado.

Que la vida perfecta solo es contigo,
ya sea en fantasías o en este mundo.
Solo con tu amor vivo y me desvivo
con tal de dejar lo bueno y lo puro,
que es verte y sentirme protegido
de todo lo que pueda existir oscuro.
Que no hay sitio para cuentos de hadas
si tú mi ninfa, vienes y me abrazas.

Que creo solo haber nacido para amarte
por encima de todas las demás cosas.
Que quiero encerrar todos los instantes
de felicidad de todas las posibles formas.
Para así nunca de nada poder olvidarme,
tenga o no una de estas dulces odas.
Y la canción termina, pero no los poemas.
Todo irá bien mientras siga a tu vera.