En el final de los días

Suena la nostalgia en mi cabeza
y me acuerdo de mis viejos poemas.
Me acuerdo de mi torpe escribir
y de decir algo sobre París.

Escribía mucho, sentía poco.
Creía conocer el amor estando solo.
Creía que podía comerme el mundo,
¿cómo pude ser tan absurdo?

Los años pasan, los lugares quedan
los sueños mueren si no se completan.
Decepcionarse es sin duda inevitable,
a menos que tengas a alguien que te ame.

Alguien que te enseñe lo que es
escribir sobre lo que es querer.
Alguien que te enseñe que las poesías
se hacen mejor entre bellas sonrisas.

Dos años van ya desde que un necio
murió y se marchó aquello más regio.
Dos años van desde que entendí
que todo lo nuestro se queda en Madrid.

Que el sol brilla mucho mejor
desde que me acompañas al mirador.
Que el Manzanares ahora aprecio
pues guarda consigo mi primer beso.

Y seguimos el camino cogidos de la mano
y sin miedo a poder querernos demasiado.
Sabes que no miento cuando te afirmo
que contigo ya he sellado mi destino.

Que poco ha cambiado la estética,
pero mucho la esencia poética.
Sabes que aún quedan muchos poemas,
cómo cambiarán quiero que veas.

Muchos años pasarán, muchos lugares,
muchos besos y muchos paisajes.
Tengo aún guardadas muchas sonrisas
que compartir contigo hasta el final de los días.