Un día cualquiera llamado 14 de febrero

Me levanto de la cama con dificultad,
mi cuerpo demacrado por sorpresa
mi corazón sanado de felicidad
recordando tus labios sabor a fresa.
Mi felicidad no se llama San Valentín,
es un don constante que te debo a ti.

Mi boca está sedienta de tu amor.
y mi cuerpo te echa de menos
la vida toma contigo sabe mejor
y días así son en verdad muy buenos,
no porque fuera el día que fue ayer,
es que tengo algo que no esperaba tener.

Un regalo sencillo pero de valor incalculable,
un tesoro en el fondo de la nada escondido,
menos mal que llegó la verdad más amable
y me encontró creyéndome perdido,
pues el amor es magia ajena a San Valentín,
hoy también es un buen día si estas junto a mí.