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Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

martes, 27 de marzo de 2018

Mi chica de ojos castaños y corazón dorado

Hoy quiero recordarte amablemente
que eres lo más bonito que tengo.
Ponte cómoda, pues por el presente
poema te diré lo mucho que te quiero.

No hay nada como las tardes,
en las que te tengo a mi lado.
Nada como el poder bromearte,
para después rodearte en mis brazos.

Nada como decirte mil motes,
o seguir con nuestras viejas coñas,
que después de mil noches
siguen dejando buen sabor de boca.

Nada como que digas  a mi no"
y yo te diga riendo "carboxilo".
Enlace peptídico somos tú y yo,
uno sin hidrólisis en su destino.

Nada como los ruiditos bobos
o el recordar buenos momentos.
Aunque me gusta más el arrojo
con el que juntos cumplimos nuestros sueños.

Nada como verte de mil maneras,
y recordarte como aquel día
que huímos de aquella tormenta
con aquel beso que nos cambió la vida.

Nada como decirte lo maravillosa
que te veo a cada bello instante.
Para mí siempre serás preciosa,
no habrá minuto en el que no te ame.

Así que gracias por haber existido,
gracias por el amor y la complicidad.
Gracias por ser, amor mío,
la guardiana eterna de mi felicidad.

domingo, 25 de marzo de 2018

Un plan simple y loco

Era una noche como esta en la que
descubrí la canción que me ayuda
ahora a escribir este poema
que es nostalgia de la más pura.

Yo estaba solo, tirado en la cama
escuchando esta canción y lejos
de entender qué quería decirme
esas letras que ahora comprendo.

Pero yo estaba en la soledad
y solo pensaba en esta mi vida:
en todas las piedras del camino,
y como hacia adelante aún seguía.

Y en ese momento, donde tenía
todo el tiempo y toda la fuerza
y habiendo solo baches pequeños,
me dije que aún quedaba guerra.

Y ahora que miro atrás y veo
aquellos baches tan irrisorios,
y que el futuro se presenta incierto,
me acuerdo de dicha frases de oro.

"Que hemos librado muchas batallas,
pero que aún nos quedan muchas más
por delante para librarlas, así que
seguiremos luchando hasta el final".

Que quizás ahora sea un adulto
errado por una locura de plan.
Pero quizás los planes más simples
sean esas locuras que se hagan realidad.

viernes, 23 de marzo de 2018

La pentafuerza

Quizás estos días sean de recordar
cosas que hace mucho pasaron,
pero que me llegaron a marcar
y que me hacen ser quien soy.

Nací siendo platónico y dualista,
enamorado del mundo y con dos
formas de amar toda forma de vida:
amando cosas y las ideas originarias.
Me enamoré de almas puras
y de objetos de belleza incomparable.
Encontré en ese amor la locura
del rechazo por aquellas realidades.

Y sentí entre tanto rechazo miedo
a que se pasaran mis días
sin encontrar alguien perfecto
para albergar mi gran amor,
y comencé una batalla contra el tiempo,
y comencé a luchar con ahínco,
y encontré algo que guardaba dentro:
la pasión, la ira, un volcán en erupción.

Éramos entonces cuatro, dos malos,
dos buenos, dos amantes del físico,
y dos que del intelecto eran magos,
y todos luchando contra los elementos.
Y seguí levantando los brazos
hacia los cielos como gesto
de que aún seguía luchando,
de que aún tenía fuerzas.

Y probé el fracaso y la victoria
y sentí la armonía mas grande
y superé la noche más ominosa
y entendí la gran verdad:
que los cuatro que antes era
eran solo uno con el poder
de guiar mi conciencia
según la propuesta ocasión.

El corazón de un gran hombre,
el alma de un hechicero,
la valentía del caballero más noble
y la ira de la noche más oscura.
Que yo era pasión, magia,
fuego inapagable, agua
que te cala y te arrastra,
y la fuerza de un trueno.

Y he seguido adelante mi camino
y sigo siendo aquel que una vez fui,
solo que ahora somos cinco
y ahora podemos contra todo.
Que quizás para poemas recordatorios,
este no sea el mejor comienzo,
pero, para dar sentido a mi pasado,
la pentafuerza es la mejor presentación.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Aquellos niños del San Viator

Hace casi 6 años
que llegasteis a mi vida.
Antes éramos algunos más
y teníamos más energía,
pero aquí seguimos,
contra viento y marea,
siendo amigos.

La vida ahora es más difícil
desde que no os veo a diario.
Hay problemas de forma constante
y el futuro se asoma, aciago,
pero nada mejor para los problemas
que quedar con vosotros
a cenar o a tomar unas cervezas.

Hemos vivido muchas historias,
a veces juntos, a veces revueltos.
Y tengo ganas de más aventuras,
así que espero que tengamos tiempo,
pero pase lo que pase
espero que sigáis a mi lado
las veces que pierda y las que gane.

Que siempre habéis sido
ese apoyo incondicional.
Que en todo momento
mis sueños supisteis alentar,
pero espero sobre todo
haber estado a la altura
de este vínculo tan hermoso.

Y quizás el tiempo nos haya
cambiado de forma paulatina.
Quizás yo sea aún ese crío
en su mundo de las poesías;
pero quiero seguir siendo un soñador
y seguir viéndoos por muchos años,
como aquellos niños del San Viator.

viernes, 16 de marzo de 2018

Gabriel: cara A

Cuando eres niño y tienes
la vida entera por delante,
lo único que deseas
es un tener algo de suerte
para que tu vida sin problemas
sea más emocionante.

Cuando eres un niño, como yo
solo quieres hacer amigos
y vivir con alegría.
No quieres que la desilusión
desafine la bella melodía
de tus silbidos.

Pero lo que es seguro es que ningún
niño querrá nunca que alguien
lo asesine.
Muy pequeño es un ataúd
para toda la vida que transmite
alguien con tanto por hacer.

Y yo no creo que me lo mereciera,
y creo que no hice nada malo
para merecer esto.
Solo espero no dejar mucha pena,
pues siempre me gustó estar contento
y nunca quise hacer daño.

Y pido, en un último esfuerzo,
que mi caso nunca más suceda.
Que ninguna culpa
tienen los niños para estar muertos
por los actos de pura locura
que...

miércoles, 14 de marzo de 2018

Panegírico al hombre que miraba las estrellas

Hoy llueve, y quizás no es casualidad,
porque hoy tenemos razones de peso
para no estar alegres y no comernos
el mundo con nuestra seguridad.

Hoy me he levantado, con las mismas
perspectivas amables que siempre,
pero algo ha fallado en mi suerte
cuando empecé a oír las noticias.

Un hombre inteligente, uno bueno
había muerto tras la eterna lucha
con una enfermedad que tortura
a los que la sufren hasta verlos muertos.

Ese hombre bueno demostró
que los límites no existen para
seguir luchando en las malas.
¡Qué ejemplo de superación!

Los matemáticos hoy celebraban,
y el resto seguíamos la rutina.
Ahora todos paran por la noticia
de aquel hombre bueno que nos faltan.

Y que los físicos lo clasifiquen
como alguien de su campo de estudio
no es correcto, aunque justo,
pues él fue ejemplo para los que viven.

Hoy adiós y gracias decimos
al hombre que miraba las estrellas,
y espero que ahora esté con ellas.
Gracias por ser el ejemplo que seguimos.

sábado, 10 de marzo de 2018

Vidas (im)perfectas


¿Qué buscamos en la vida?
Fama, dinero, una posición,
tomar el sol en la piscina
del jardín de nuestra mansión.
Muchos arden en deseos
de ser el centro del mundo.
Y generar en otros tal recelo
que genere un daño profundo.
Muchos, pero no todos,
porque yo solo persigo
hacer mi tiempo valioso
en cada minuto vivido.

Que la grandeza de la vida
no se mide con la vara
de la sociedad tecnoadicta,
que vive menos que engaña.
Que las grandes cosas
no se comparten en las redes,
sino con las personas
que entonces estuviesen.
Y que nada es tan perfecto
como una vida llena
de momentos nuestros
que definan nuestra esencia.

Que nada suceda en balde,
que todo tenga algún sentido
y, que los días que llorase,
sea por algo aprendido.
Duela lo que duela la moraleja,
es mejor vivir con esta filosofía
de vidas claramente imperfectas
que en la perfecta armonía,
en la que todo es vivir bajo
la sombra que proyecta
tu personaje inventado
para ser el rey de la apariencia.

Me quedo con los días de lluvia,
con las tardes de estudio
y todas las cosas que nunca
uno quiere en su mundo.
Me quedo con los fracasos
y con todas las victorias
sabe tan bien haber ganado
como la peor de las derrotas
cuando tienes la alegría
como lema y por bandera.
Ojalá perdure esta filosofía
de buscar vidas imperfectas.

martes, 6 de marzo de 2018

El hombre que dejó morir a las estrellas

Toda la vida soñando despierto
y ahora desearía hacerlo dormido.
Mis errores son una carga muy pesada,
una carga muy lejos de ser deseada,
que no me deja dormir tranquilo,
que me hace desear empezar de cero.

Si me preguntaran hace un tiempo
cómo de cerca está de mí la luna,
yo diría que está cerca, y la prueba
sería ver que cada noche la viera,
mientras otras cosas que no veo nunca
me dicen siempre no estar muy lejos.

Si me hicieran la misma pregunta
sobre la proximidad de las estrellas,
yo diría que están más alejadas
y que habrá cosas más lejanas
pero que por eso se ven tan pequeñas:
porque están más lejos que la luna.

Y algo de razón tenía en mis palabras:
la luna está cerca y las estrellas más lejos
pero, ¿Qué es una roca desierta comparado
con los cientos de planetas encontrados
en la gran inmensidad del universo?
La respuesta es sencilla: no es nada

Y resulta que las estrellas siempre existen,
cerca o lejos, aunque no se las vean.
Solo que el cielo está contaminado
y se pierden las luces de mundos lejanos.
Pero, lo que muchos no recuerdan,
es que las estrellas mueren pese a lo que viven.

Y quizás mi problema fue mirar
al cielo en las noches de verano
y pensar que las estrellas
acompañaban a la luna llena,
cuando debí haber pensado
que mil cosas quedan más allá.

Solo puedo pensar si las cosas
a mejor hubieran ido si hubiera
respondido a la contaminación,
aportando alguna solución,
y no pensando en mi inocencia,
pues mis bazas las desaproveché todas.

Cada día muero más por dentro
y cada noche es más fría
Echo de menos las estrellas
que en mi cielo ya no centellean.
Y todo por aquel fatídico día
que empecé a destruir mi firmamento.

viernes, 2 de marzo de 2018

Recuerdos de un día que llovió

Aún recuerdo aquel día
como si hubiera sido ayer.
¡Qué suerte que cogiera
paraguas por si iba a llover!

Aún recuerdo la de veces,
que comprobé mi aspecto.
Recuerdo aún aquella flor
que usé para romper el hielo.

Recuerdo que tardabas
y creí que no vendrías,
pero tres años después
aquí sigues todavía.

Y podría recordar
hasta que no quedaran
minutos en mi vida
o estrellas en la nada.

Cada instante, un regalo
y, de segundos, horas
para recordar con cariño
que eres maravillosa.

Y todos los días de mi vida
son bellos bajo tu presencia,
siendo los más felices
los días que hay tormenta.

Tormenta que me recuerda
a aquella tarde de enero
en la que me moría de ganas
de poder darte un beso.

Y puede que el amor
otrora dulce e infantil
haya ahora envejecido.
¿Y acaso no es mejor así?

Que los poemas sean ahora
muestras reales de fortaleza
esa que tú me aportas
los días que me faltan fuerzas.

Que los besos son ahora
muestras reales de cariño
y sustitutivos de abrazarte
para fundirnos en el infinito.

Y que llevo tres años
mas quisieran que fueran más.
Que me importas más de lo que
alguien lo hizo jamás.