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Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

lunes, 15 de mayo de 2017

Tormenta dulce

No es cuestión de arrogancia,
ni es cuestión de potencial.
Es cuestión de estricta coherencia
el hecho de que sin más
con mi amor y mi alma
podría romper a todo poeta.

Si cogiera todo lo escrito,
todo lo que haya pensado
y todo lo que alguna vez te dije,
yo sería sin dudar el literato
más prolífico que habrá habido
y que ahora esto les escribe.

Pero es que, ¿cómo no hacerlo?
Si mi vida carece de sentido
cuando ella pierde la sonrisa.
Que a veces de todo me olvido
cuando la hecho tanto de menos
o cuando  tengo de frente su sonrisa.

Que me faltan días, rimas,
poemas, blogs y libros
para poder escribirle a ella
todo lo que he sentido
desde que llegó a mi vida
en una tarde de tormenta.

Que me falta espacio en la mente
para las fantasías miles
que tengo en mi cabeza,
en las que ella solo sonríe
mientras creo infinitos presentes
que ella llena con su belleza.

Primero fueron cinco días,
luego fue una tarde y un beso,
luego siguió la vida hacia delante.
Ahora son casi dos años y medio
y no imagino algo que su sonrisa
no convierta en algo más agradable.

Madrugar y ver en ella el primer
rayo del sol y pensar que un ángel
se ha colado en nuestra cama,
para luego ver que eso tan interesante
era, para mi mayor placer,
esa persona que siempre me acompaña.

La cómplice sin duda más perfecta,
la noche más incombustible
y el día más aleatorio.
La mejor razón por la que se vive,
la mejor razón para una vida buena.
la mejor razón por la que no estoy solo.

Porque ella es puro amor a cada instante,
porque ella es todo felicidad
y solo quiero luchar por su sonrisa.
Porque quiero que nunca deje de brillar,
y quererla siempre de aquí en adelante,
es decir, darnos mutuamente la vida.

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