Historias de un universo paralelo

Corría el año ochenta y seis,

y partí al servicio de la guerra,

de aquellos días, como veis

pocas cosas ya me quedan.

Te dejé aquí jurando que volvería,

que lucharía por sobrevivir,

que lucharía por volver a ti,

para pasar contigo hasta el último de mis días.

Luché por medio mundo en la absurda guerra mundial,

me vi muerto mas de mil veces,

pero sobrevivía al soñar

que al volver en mis brazos volvería a tenerte.

Tres años pasaron, y la guerra terminó

y volví a por ti a la gran ciudad

para encontrarme con el dolor

de saber que ni unos meses me llegaste a esperar.

Que todas las cartas que te escribí

las quemaste en un intento de olvido,

pues no pensaste nunca en el hechizo

que tus besos me echaron para vivir.

Que todos los besos que me diste,

saben a arena y sal

y, si lo hubiera sabido antes de irme,

hubiera preferido no regresar.

Ahora miro el mar, que refleja

toda la rabia que guardo dentro.

Tiro un mensaje en una botella

que sea mi despedida a este infierno.

Que no quiero más mentiras de tu boca,

pues ya no me sana como antes lo hacía

y, para librarme de esta ponzoña

optaré por quitarme la vida

Pues, di mi vida por salvar inocentes,

e inocentemente mi vida se ha marchitado;

no quiero jugar más a este juego,

prefiero volver al mar bravo.

Que la vida es una desdicha si me faltas tú,

y nunca podré recuperar tus labios de caramelo,

ni tu melena al viento, ni tu vestido azul,

ni de tus labios oír otra vez un "te quiero".