Simplemente tú

Tú, mi pequeña, mi chica más deseada,

eres la que se lleva mis halagos,

me haces sentir la persona más afortunada

teniéndote entre mis brazos.

Tú, mi princesa, mi ninfa perdida,

eres pura belleza, una bella alegoría,

eres la voz que a mi desánimo da vida,

es tu ausencia mi más cruel agonía.

Tú, mi Eurídice, yo tu Orfeo doliente,

que haría cualquier cosa por ti,

y que tengo miedo de perderte,

porque pienses que esto no es así.

Tú, ángel del cielo, luz en la oscuridad,

eres mi droga y mi abstinencia,

eres lo que no me puede faltar

eres lo que suplico con clemencia.

Tú, mi chica, no me faltes nunca,

que mi amor por ti es inmenso

mayor que, en la noche más oscura,

las estrellas de todo el firmamento.