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Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

martes, 12 de octubre de 2021

Muerte en la Madrid pandémica y psicodélica

La noche vuelve a Madrid,
otra noche más de este año interminable.
Sellado el tiempo, sin poder salir
de estos aún diez perpetuos meses.
Afronto pesimista las nuevas noticias
y pienso en los abrazos pendientes
y que no sé si llegaré a dar.
Pienso en los cierres metálicos,
la decadencia de ver todo entregado
A la miseria en la que estamos nadando
y como toda magia es poca
para intentar escapar.

Cierra los ojos y no los abras:
no estéis tristes, hijos de la tormenta,
la zozobra golpeó hasta matar
y ahora estamos muertos.
Muertos en mundos de psicodelia,
muertos en nuestros bastiones de cordura.
Las murallas quebraron tras quedar
muertos en esta realidad oscura
de la que no podemos escapar.

Eclipse de magia y huracán de tormentos:
donde dije digo, digo Diego
y debí quizás haber dicho Rodrigo.
Donde hice, traje la desdicha.
Y donde deshice, queda dicho
que hice contrario a lo que decía.
La vida es dura con el pasado a cuestas,
pero más dura es cuando no recuerdas.
Estos diez meses, la mezcla perfecta:
pensar que no has construido nada
y que sigues siendo el mismo desastre
al que le dijeron que nadie lo amaba.

Y es que era imposible contener
el colosal ataque del enemigo.
Las mil caras con el mismo objetivo,
los muertos que se levantan
y confiesan que estaban dormidos.
Los odios a uno mismo
que cuesta controlarlos
cuando te están estrangulando.

Las puertas del castillo cedieron:
le puse sabiduría y valor,
le puse justicia y pasión.
Tiré de mis dados,
pero necesitando llegar tan alto
siempre rozaba con los dedos
el borde del abismo
en el que me he estado cayendo.

Pesimista es el porvenir
de lo que nos queda de este año.
Estos versos, la crónica del naufragio,
no creen en el mejor de los presagios.
De las cenizas de la guerra
crecerán flores en las praderas.
Las heridas se cerrarán,
la tráquea se abrirá
y la asfixia cesará.
Pero no será hoy,
no será mañana,
no será este mes
ni este año que nunca acaba;
cuando recuperemos la sonrisa,
cuando acabe de nuevo los poemas
con esperanza.

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