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Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

martes, 26 de octubre de 2021

Tres o cuatro instantes

Al final, solo nos quedan estos momentos:
los silencios que no queríamos romper,
los abrazos que no quisimos terminar,
los consejos que no quisimos escuchar
y aquellos que no nos quedó más remedio
que escuchar para poder vencer.

Al final, la vida son tres o cuatro instantes:
los cinco minutos más que te quedas,
la parada extra que pasáis juntos,
los gestos que valen todo el oro del mundo, 
las charlas que nadie quiere que acaben,
los besos que valen la vida eterna…

Al final, la vida se decide en pocos segundos:
decir gracias cuando más lo quieren oír,
pedir disculpas cuando más se lo merecen,
decir “te quiero” cuando menos se lo esperen,
decir “estoy aquí” cuando todo se ve oscuro,
decir “todo irá bien” cuando más cueste reír.

Al final, la vida está llena de momentos críticos
y todos los míos me llevaron a tus brazos.
Cada beso y cada verso precipitó al siguiente
y hace ya dos años que mi vida, de repente,
se llenó de ese toque tuyo tan magnífico
que ojalá se quede mil vidas más a mi lado.

miércoles, 20 de octubre de 2021

Si todo el monte fuera orégano

Si todo el monte fuera orégano,
condimentaría todo con tomate y queso
y así el mundo entero me sabría a pizza.
Sería divertido robarte un beso
y que al separarnos nos uniera una tira
de quesos cubiertos por nuestro amor.
Quizás este diste de ser el mejor
de todos los poemas que te he escrito,
pero si todo el monte fuera orégano,
seguirías siendo tú mi olor favorito
y tus ojos el más precioso océano
en el que alguna vez me haya perdido.

martes, 19 de octubre de 2021

Recuerdos desde Llanuras Otoñales

Tiempo distanciados,
nostalgia unida a reencuentros,
estrés y descansos.
El tiempo empieza a correr
y pronto te tendré de nuevo
entre mis brazos y sin saber
si puedo quererte ya más.
El tiempo no es oro,
sino magia ancestral.
Y por eso tengo antojo
siempre de tu compañía,
y por eso acabo las citas
siempre con bellas poesías
y las más sinceras sonrisas.
Juega con mi reloj,
como has hecho todos estos días,
y lleva a mi corazón
de nuevo con tu sonrisa.

El tiempo se para
cuando se cruzan nuestras manos
y nos miramos
pasados de la raya
del afecto corriente.
Se siente el presente
en un pasado creciente
y un futuro resplandeciente
y se siente cada segundo
como una eternidad sostenida
en la fusión de nuestros mundos
a través de nuestras pupilas.

El tiempo se acelera,
nos soltamos y ahora reina
nuestra magia del caos:
Cascadas de luces,
de las que tú surges
para invocar tormentas florales.
Yo invoco huracanes
y la fuerza de los mares.
Invocado el fin del mundo,
no hay hechizo ni treta humana
que me ocasione repudio
hacia la belleza de tu magia.

Tiempo al tiempo,
tu leyenda se engrandece:
escasean los versos,
pero no los sentimientos
que cada vez se estremecen
más y más con tu presencia.
Bailamos en las turbulencias
de un año que no nos da un respiro.
Me mareo entre tantos giros
y me recompongo en los suspiros
posteriores a nuestros besos.
Cuando Madrid es el infierno,
son tus brazos el único cielo
al que aferrarse para no perder la sonrisa.
Ahora que la muerte es noticia,
tú eres la mayor certeza de vida,
mi más brillante estrella polar,
el comodín de mi felicidad,
de mi suerte el más poderoso talismán.

martes, 12 de octubre de 2021

Muerte en la Madrid pandémica y psicodélica

La noche vuelve a Madrid,
otra noche más de este año interminable.
Sellado el tiempo, sin poder salir
de estos aún diez perpetuos meses.
Afronto pesimista las nuevas noticias
y pienso en los abrazos pendientes
y que no sé si llegaré a dar.
Pienso en los cierres metálicos,
la decadencia de ver todo entregado
A la miseria en la que estamos nadando
y como toda magia es poca
para intentar escapar.

Cierra los ojos y no los abras:
no estéis tristes, hijos de la tormenta,
la zozobra golpeó hasta matar
y ahora estamos muertos.
Muertos en mundos de psicodelia,
muertos en nuestros bastiones de cordura.
Las murallas quebraron tras quedar
muertos en esta realidad oscura
de la que no podemos escapar.

Eclipse de magia y huracán de tormentos:
donde dije digo, digo Diego
y debí quizás haber dicho Rodrigo.
Donde hice, traje la desdicha.
Y donde deshice, queda dicho
que hice contrario a lo que decía.
La vida es dura con el pasado a cuestas,
pero más dura es cuando no recuerdas.
Estos diez meses, la mezcla perfecta:
pensar que no has construido nada
y que sigues siendo el mismo desastre
al que le dijeron que nadie lo amaba.

Y es que era imposible contener
el colosal ataque del enemigo.
Las mil caras con el mismo objetivo,
los muertos que se levantan
y confiesan que estaban dormidos.
Los odios a uno mismo
que cuesta controlarlos
cuando te están estrangulando.

Las puertas del castillo cedieron:
le puse sabiduría y valor,
le puse justicia y pasión.
Tiré de mis dados,
pero necesitando llegar tan alto
siempre rozaba con los dedos
el borde del abismo
en el que me he estado cayendo.

Pesimista es el porvenir
de lo que nos queda de este año.
Estos versos, la crónica del naufragio,
no creen en el mejor de los presagios.
De las cenizas de la guerra
crecerán flores en las praderas.
Las heridas se cerrarán,
la tráquea se abrirá
y la asfixia cesará.
Pero no será hoy,
no será mañana,
no será este mes
ni este año que nunca acaba;
cuando recuperemos la sonrisa,
cuando acabe de nuevo los poemas
con esperanza.

domingo, 10 de octubre de 2021

Solitaria danza auroral

Está bien estar triste a veces.
Está bien estar solo en ocasiones.
Está bien saber que no tienes
tantas personas a las que importes.
Está bien saber que morirás solo.
Tranquilo, nos pasará a todos.

Es duro vivir sobrepasado,
es duro vivir sobrepensando.
Es duro ser prescindible,
y más aún es saberlo,
pero no habrá quien se libre.
Todos algún día nos iremos.

No quedan rincones secretos,
no quedan tardes eternas
que gastar en el patio del colegio.
No quedan ya muchas fiestas
que sean la extraña mezcolanza
de enajenante alegría y futura nostalgia.

No quedan muchos misterios,
menos el de ver qué será de la vida.
Puede que los mejores momentos
pasaron ya o estén aún adelante.
La respuesta la tendré cada día
en el mundo tras levantarme.

Está bien sentirse miserable
 y vagar en medio de noches extrañas
y no hacer nada más salvo guiarse
por un sol que no se sabe cuándo saldrá,
pero que nos encontrará a su llegada
en nuestra solitaria danza auroral.

martes, 5 de octubre de 2021

Entre versos, melodías y hechizos

Se sienten distantes mis primeros versos,
se sienten también un tanto ajenos...
He vivido mil vidas desde entonces
y cada una le quita credibilidad a la otra.
Me sorprendo pensando en la de voces
que pasaron por mi cabeza y que ya no importan.

Hay días para hacer de todo y noches
en las que poder hacer todo lo demás.
Tantos abrazos que solo se corresponden
cuando lo único que se puede es soñar.
Tantos cambios en pasados intangibles
para crear futuros hipotéticos igual de infelices.

Hace mucho ya de las veces que vi llover
y el corazón se me encogió por completo.
Hace mucho que no siento el mismo placer
ni siquiera en los instantes casi eternos,
aunque puede que tenga nubes en el juicio
de vivir tanto entre versos, melodías y hechizos.

Ya dejó de llover, ya llegó septiembre
todas las fiestas de cumpleaños se celebraron,
las noches ahora solo resplandecen
por los excesos cosmopolitas en el alumbrado.
Ahora no hay rincones que sean refugio,
ni personas con las que querer sentirme desnudo.

"Una pena que fuera un sueño". Interesante.
No todos mis versos se sienten tan distantes.
Me siento cada día un poco más solo,
abrazando un poco más a la melancolía.
Me siento bien y no sé por qué, pero supongo
que algunos ayeres están a la vuelta de la esquina.

Si despierto

Si despierto, ojalá estar despierto
en la misma cama en la que tú estás.
Y si cocino, ojalá ser cocinero
de los platos que más te puedan gustar.

Si me enfado, ojalá que se me pase
y que con dos besos lo pueda olvidar.
Y si estoy triste, ojalá pueda mirarte
y con tu risa se me olvide hasta llorar.

Parece que llevamos tres vidas
y otras tres más yo quisiera pasar ,
intercambiando suaves caricias
que hagan de la tierra un lugar celestial.

Y si te ofuscas, ojalá tomes mi ayuda
y tus problemas juntos poder arreglar.
Y si sufres, te envolveré con mi dulzura
hasta que tu risa vuelva a despertar.

Y si sueñas, ojalá tener la forma
de que tus sueños se hagan realidad.
Y si envejezco, que en todas mis historias
que viví contigo haya felicidad.

Parece que llevamos tres vidas
Y otras tres más yo quisiera pasar 
intercambiando suaves caricias
que hagan de la tierra un lugar celestial.

lunes, 4 de octubre de 2021

De la naturaleza onírica de las cosas

A veces siento que me estoy volviendo loco.
A veces me cuesta distinguir lo que vivo
de lo que sueño.
Y a veces, agradezco que el insomnio
me visite y que pase conmigo
más rato del que debo.

Sueño mucho con coches y con accidentes,
pero sé por suerte que no son reales,
pues apenas conduzco.
Pero a veces me pierdo en lugares frecuentes
que hacen que sea difícil cerciorarme
si acaso fue un sueño profundo.

Noches de bares y de risas, viajes en familia,
historias sexuales que otros tuvieron 
y con las que yo cargo.
Besos en el mirador que culminan citas,
discursos de amor que salieron de mi pecho 
o que, al menos, lo hubiera deseado.

Abrazos y reencuentros a veces imposibles.
Que los vivos se mezclen entre los muertos,
vivir en las nubes pensando 
que siempre estaré sobre los cielos grises,
perdurar viejas historias con sus tormentos,
revivir horas en el trabajo.

Segundas oportunidades, cuatro combinaciones
de realidad y sueño para explicarlas,
quizás sin vivirlas.
Quizás esto sea el principio de mil enajenaciones
pero tengo dudas de si estas palabras
no son en realidad onírica fantasía.