Barcelona: cara A

Solo acabo de conocerte
y para ti estoy muerto.
No, no estuve en tu atropello,
mas escuché tu astro de muerte.

Nos has hecho temblar
y sentir mucho asco.
Que soloo sois unos desgraciados
errados en el mensaje de Alá.

Porque Yahvé, Dios y Alá,
todos ofrecen mensajes de amor.
y vosotros, monstruos sin corazón,
olvidasteis la belleza del Islam.

Que la paz y la armonía
se obtiene a través del respeto,
y no a través del miedo
ni de una piadosa tiranía.

Porque ya habéis ofendido
demasiadas veces a la humanidad
con vuestra suma crueldad.
Decidme, ¿qué culpa tienen los niños?

Porque ayer fue Barcelona
y mañana el destino ocioso
traerá al enemigo pernicioso
quizás hasta mi persona.

Pero no tengo miedo, solo impotencia,
pues no es justo que su cinismo
en sus actos traiga el racismo
contra tanta gente buena.

Sois unos canallas y no hay derecho
a soportar tanta barbarie.
No quiero que haya más masacres,
quiero ver el fin de vuestro imperio.

Unámonos todos en el sueño
de un mundo sin nubes oscuras.
Unámonos todos en la lucha
de acabar con todos ellos.

La soledad de las olas y la mía propia

El mar embravecido me arrastra
a una reflexión silenciosa.
Mi mente, solo con las olas
piensa sobre lo que me pasa.
Y lo que pasa es que vivo
sin conocerme a mí mismo.

"¿Quién soy?" Pregunto al impacto
con una masa de espuma fría
y comprendo que, en la vida,
somos lo que no alcanzamos
y no aquello que conseguimos,
aunque esto no tenga sentido.

Soy todos los errores que cometí,
alguna victoria y toda derrota
y cada decepción que ocasiona
todas las veces que mal escogí.
Soy mil sueños no cumplidos,
soy un intento inacabado de suicidio.

Soy los mil besos que nunca
a mil mujeres entregué.
Soy las mil veces que fantaseé
con alcanzar y tocar la luna.
Soy un genio con solo delirio,
soy el colmo de mis suspiros.

Soy la salida de emergencia
que estaba ardiendo y bloqueada
cuando más la necesitabas.
Una negación a toda coherencia,
una visión sin ningún optimismo,
un poeta con su tiempo perdido.

Ni hombre de ciencias, ni carismático
hombre de letras, ni humanista.
Solo un ejemplo de desdicha,
un error en un mundo tan pragmático
una contradicción de tiempo perdido
con un deseo de nunca haber nacido.

Alcántara

Volver a ciertos lugares
gratamente satisfactorio
solo puede ser ante
la nostalgia que guardo.

La luna como guía,
sigo viejas estelas
de viejas poesías
de jóvenes estrellas.

Noches de recuerdos
y nombres en el olvido,
y es que nunca seremos
lo que una vez fuimos.

Y aferrarme a la esencia
es absurdo e irracional,
pero es pura belleza
todo lo que pude encontrar.

Y todos hemos cambiado
en este largo camino,
excepto aquel puente romano
que vio lo que un día fuimos.

Himno hacia ella

¿Podré volver algún día
al lugar de donde vengo?
Allí nada de nada sabía,
pero tampoco tenía miedo.

Un ángel que sacrificó
todo su tiempo y belleza
por un fin que es superior
y que dudo que alguien comprenda.

Un ángel la vida trajo
y lo recordó con cicatrices,
y tras veintiún años,
le faltan muchos días felices.

La ruleta de la enfermedad
giró a veces con desidia.
Sufriste mucho, ¿verdad?
Pero nunca caíste rendida.

Un ángel lloró muchas veces,
a veces por mi culpa,
incluso cuando se merece
que le sonría la fortuna.

Un ángel sonrió con orgullo
cuando la vida creada
dejó huella en este mundo
que tanto nos maltrata.

Porque no quiero himnos
ni banderas alienantes.
Estando ella conmigo,
tengo por lo que sudar sangre.

Por eso hoy le dedico
un poema más.
Por no haberse rendido
por no dejar de amar.

Por ella vuelvo a sentir
lágrimas en mis versos.
Ella me concedió vivir
y yo por ella muero.

Muero por que sonría,
muero por darle una razón
para mantenerse optimista,
muero por verdadero amor.

Por un coraje extraordinario
y que es digno de mención.
Mamá, yo estaré a tu lado
hasta el fin de mi condición.