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Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

domingo, 16 de octubre de 2016

El Libro del Amor

Despertarse para verte sonreír
y pensar: esta cara sería perfecta
para poder ser inmensamente feliz
viéndola hasta el día que muera.

Tenerte guardada entre mis brazos
es sentirme guardián del universo,
todo es banal si tú estás a mi lado
para hacerme volar por el firmamento.

Quisiera descubrir si, en realidad,
alguien creó el Libro del Amor
al que muchos quisieron cantar
y muchos más pedirle una explicación.

Quisiera descubrirlo para decirle
que malgastó todo su tiempo,
que el amor es algo muy sensible:
o se siente, o es que estás hueco.

Y puedo sentirme bien orgulloso
de decir que yo he leído tal libro.
Lo comencé en un día lluvioso
y sigo con él para cumplir mi destino.

Puedo decir con total confianza
que me aprendí todos los capítulos,
aquellos de alegría y esperanza
y aquellos que rozan lo más ridículo.

Y puedo guardar en mi fuero interno
el recuerdo de aprender a ser feliz
y ese olor que tienen los libros nuevos
y que no puedo ni quiero apartar de mí.

Y es que solo ella podía ser ese abismo
entre la ilusión y el sentimiento puro.
En realidad, ella es ese curioso libro
que guarda el mejor amor del mundo.

Pregón fallido a mi querido Sanvi

Hay una magia especial
viendo todo desde aquí.
Voy a por otro día más
siendo en el Sanvi feliz.

Sus gentes hablan para
mostrar a todos el paraíso,
pues por la esencia viatoriana
doy gracias de haberos conocido.

El mundo se ve más bello
si le pones una gran sonrisa,
pero más bonito lo veo
desde nuestra Plaza Elíptica.

Que no hay clase de mates
que no tenga solución buena,
que estudiar aquí es enamorarte
hasta de los ejercicios de lengua.

Y en su historia de medio siglo
ha dado luz a este mundo extraño.
Pero no solo genios ha concebido,
bondad hay en todos los que han pasado.

Y que estas fiestas pueden que sean
unas más, o las mejores de nuestra vida.
Me vale con ver cumplir otros cincuenta
al colegio que dio sentido a mi vida.

jueves, 13 de octubre de 2016

A Dylan

Hoy, trece de un tal octubre,
mi camino sigo tan alegre.
Y es que, en este día de nubes
y lluvia, algo bello crece.

Y la única y real tormenta
sea el de las noticias
que reciben con sorpresa
la sorpresa de tu vida.

Puede que al final el huracán
lo crearas tú en el mundo,
pues al triste pudiste tú calmar,
también pudiste con el iracundo.

Dime pues cómo te sientes
estando por tu cuenta,
en lo más alto de las mentes
ya sean vivas o muertas.

Dime cómo se siente al llegar
a las puertas del mítico Parnaso,
para allí por siempre descansar
y en la historia quedar grabado.

Y muchos no lo conocerían,
y hoy agranda más su leyenda.
Hizo Dylan de la música poesía
y se ganó el poder llamarle poeta.

martes, 11 de octubre de 2016

Days of candy

Descanso más que merecido
tiene hoy el mago para sí.
Contempla el cielo infinito
tumbado desde el jardín.

De repente, todo tiembla,
todo se mueve, todo fluye
de forma casi sempiterna
¿acaso su mundo se hunde?

La realidad se distorsiona
y el mago queda en la nada.
Toda realidad le abandona,
también toda meta alcanzada.

Flota en un espacio nihilista,
el cual nada le deja hacer.
¿Se acabaron las poesías?
¿Se acabó ya el día de ayer?

Y la luz le da una total claridad:
que todo era un total espejismo
y a la vez toda la pura realidad
de una fatídica lucha sin sentido.

Y el mago ha vuelto al jardín.
O eso cree él, pues el tiempo
demuestra que estuvo aquí
y se fue en tan solo un momento.

E igual que todo vino, se fue.
Se extinguió del todo la distorsión,
y no sabe el mago qué suponer
si el mañana llega con todo su horror.

Y quizás todo este contratiempo
sea solo un chaleco salvavidas.
Quizás el jardín sea el comienzo,
quizás deba él cambiar de perspectiva.

Quizás solo haya que ir más alto,
más lejos, más allá de lo imposible.
Quizás todo su mundo esté abajo
de lo que muchos llaman la superficie.

domingo, 9 de octubre de 2016

El viejo y longevo calor

El estío dio paso al otoño,
pero mi ocaso dio la vuelta
y volví al amanecer con fuerza,
dispuesto a poder con todo.

Los desafíos nunca me asustaron,
y he perdido ciertas facultades
pero no pienso abandonarme,
mis sueños están más cercanos.

La poesía es una joya de luz
es mi escudo contra todo el mal.
Y, aunque mi escudo puede fallar,
yo sé que siempre me proteges tú

Octubre vino soleado y yo con él,
mis amigos surcan libres el cielo
y me esperan para alzarme de nuevo
no esperaré más para allí volver.

Será difícil, pero estamos juntos:
ninfa, pon la música con tu risa
que yo pondré la letra con poesía,
será una canción de luz para el mundo.

Amigos, poned el destino del viaje,
que yo os seguiré a donde sea,
la vida es mágica en esta carretera,
y la compañía de lo más agradable.

Sueños, poned todas las opciones,
que ya elegiré la que vea mejor.
Que, teniendo amigos y amor,
puedo tomar todas las direcciones.

Vida, sé tú misma dentro de tu virtud,
pues sé que el camino nunca será fácil.
Prometo ser muy listo y aún más hábil,
querida ninfa, solo si siempre estás tú.

Obliviate

El niño, que creció viviendo en guerra,
que temió su vida entera,
ha salido de la trinchera.

Hundido, resurgido y olvidado,
amado y desengañado,
pero nunca acabado.

Juro que no dejaría al olvido
a ningún ser que fue querido
ni enemigo conocido.

Memoria, mi arma en otros tiempos,
donde yo creía en los cuentos,
donde vivía yo por dentro.

Y ahora, será que las enzimas,
me hacen olvidar los días
que dije que no olvidaría.

O puede que tu sonrisa oculte
recuerdos de tristes lunes,
donde gozo nunca tuve.

Y todos los traumas de la infancia
resuenan ya en la distancia
y se hunden en la nada.

Perfecta, de todas la más bella,
la que aparta los problemas,
la que quita la tormenta.

Desde que llegaste a mi corazón,
olvido sin preocupación
cambiaste el odio por amor.

Y parece que la vida es así
desde que te conocí
así que gracias por existir.

lunes, 3 de octubre de 2016

Fundamentos

Estudiando una de mis asignaturas
a la que abrevio como fundamentos,
reviso mi propia y triste andadura,
revisando mis decadentes cimientos.

Echo la vista atrás y veo qué pasó:
pasaron cinco años, pasaron quince,
pasaron veinte años vacíos de sabor,
sin importar mucho cuando los analice.

Los días buenos pudieron ser mejores,
y en los malos, la duda en verdad duele.
Y no dejo atrás mis oscuros terrores
del fluir de algo relativo, abstracto e inerte.

El tiempo, el que gasto en este poema
y en cada una de mis acciones de vida,
al que quiero esquivar con la trascendencia,
que sería la más bella de mis utopías.

Y no me muero, ni estoy cerca siquiera
para temer tanto al hecho de desaparecer.
Pero grande es la sombra que me acecha,
pues temo que mucho tiempo ya agoté.

Y me muevo en pro de la realidad común,
avanzar hacia el futuro y dejarme matar
por este sistema que solo goza de decrepitud,
por esta vida que poco a poco se me va.