Síndrome de Peter Pan

Por la tranquilidad del ayer,
por eso llegué hasta aquí:
porque nunca olvidaré
todo lo que una vez viví.

Es sencillamente anodino,
o eso dicen algunos.
Para mí es lo mejor vivido,
aun habiendo momentos duros.

Es increíble pensar
que todo fuera a ser de tal manera
y muchas veces, de verdad,
recordarás felicidad plena.

Busco donde me hice grande,
mi jardín de la infancia.
¿Dónde quedan los partidos de antes?
¿Dónde quedan todas esas gracias?

Todas las sonrisas se marchitaron
como las flores en otoño.
Todos los sueños volaron,
dejándome prácticamente solo.

Las guerras de un día,
los juegos improvisados,
las ganas de ser espía
en un infinito verano.

Cuando los sueños nos movían,
yo verdaderamente sabía soñar.
Esa fue la mejor etapa de mi vida,
pues sin alas supe feliz volar.

Desde el jardín contemplo el resultado final:
una madurez parcial, pues no quiero crecer;
un deseo infinito de dejar de mirar atrás,
de regresar a mi infancia para no volver.