Moonshine

Siempre decía ver
el mar en el fondo de tus ojos.
Ahora sé que es verdad
cuando en él veo las respuestas de todo,
porque recuerdo que una vez
sin ti estaba triste y solo.

Ahora recuerdo las mil cosas que vivimos
las risas desenfrenadas y los abrazos
que tantas veces nos hicieron
concluir en besos de enamorados,
que me recuerdan lo que fuimos
y como, por siempre, me diste tu mano.

En nuestro barco en el Sena,
en nuestro banco en Madrid,
en nuestro atardecer en la playa
y en nuestro café de Berlín
te quise más que a cualquiera:
jamás quise a alguien así.

Me doy cuentas de que tu amor
es para mí la más bella experiencia
de que es para mí vitalidad
es en mi agonía fortaleza
es en mi incoherencia razón
es luz hasta en la más oscura cueva.

Siempre juré escribirte
el poema más bello jamás escrito
y, aunque todavía insista,
sé que voy por buen camino
pues eres el amor que siempre quise
y te haré el poema que siempre he querido.

Un poema como tu amor, ideal
que me haga sentir grande siendo pequeño,
que sea tan bello como la luna llena
y tan brillante como todo el firmamento
para que en la noche más oscura puedas recordar
que te quise, te querré y te quiero.

Rimas verdaderas

Intenté hacer rimas verdaderas,
probé con rimas sencillas
y con rimas más complejas
mientras olvidaba tu sonrisa.

Intenté escribir mundos de fantasía
y diseñar musas perfectas
y me olvide de una vida
sin ideales de belleza.

Me acerqué lentamente a tus labios
con la esencia del atardecer,
y me dispuse a describirte
con trazos simples del ayer.

Te hago mis versos más puros
sobre tu piel color café,
y cada letra que te susurro
es la esencia de cada centímetro de tu piel.

Mis alegres melodías, sutiles y fugaces
bajaron por tu abdomen, por tus piernas
te llenaron plena de mis pasiones
las que siento cada vez que me besas.

En el atardecer, te tengo en mis brazos,
el silencio nos domina y nos cohíbe el hablar,
pero mis dedos te recorren a grandes trazos
trazos de amor y de felicidad.

Es la esencia enmascarada de lo divino
sobre lo prohibido y lo vulgar,
es lo que dentro de mí vivo
lo que tú haces en mi vida al estar.

Mar

Muchas cosas de ti he aprendido,
muchas cosas voy a recordar,
y ahora que compruebo lo vivido,
sé que fuiste la mejor, en verdad.

¿Qué decir que no te dijera?
¿Qué decir que no sepas ya?
Tú ya sabes que como poeta
a veces dejo mucho que desear.

Solamente puedo estar agradecido,
mil veces te lo voy a decir,
ahora que puedo, lo afirmo:
la mejor fuiste para mí.

Pareceré un zalamero
mas me da igual,
una poesía te prometí sincero
ya la tienes, aquí está.

Gran maestra, gran mentora
con frases célebres que recordar,
un ejemplo ilustre de profesora,
gracias por todo, María del Mar

Tristeza

Ganas de escribir a desgana,
ganas de avanzar mirando el ayer,
ganas de trabajo y descanso
ganas de amar sin querer.

Todo ahora se vuelve contradictorios,
y me agarro al momento presente
pues siempre temí el futuro
mientas tenía el pasado siempre en mente.

No sé si tocaré el cielo,
no sé si algún día llegaré a ti,
solo sé que me desespero,
y me voy a ir a dormir.

No me merece la pena,
aguantar triste la vigilia,
prefiero descansar y esperar
a que llegue el nuevo día.

Y no está nada resuelto,
pero hoy poco más podré hacer
miro a todas partes creyendo
que nada bueno me va a suceder.

Querido poeta

Querido poeta,
no creas que acabaste ya de crecer,
la vida no ha hecho más que empezar
y aún te queda mucho que aprender.

Último día en el Sanvi

Los dos mejores años de mi vida
acaban hoy así
no quiero irme ya del Sanvi,
mas parece que me debo ir.

Entré siendo completamente diferente
y ellos me hicieron mejorar,
con duro esfuerzo constante
ellos me ayudaron a progresar.

Dos años de emociones
de chistes malos, de cantar
de risas con los profesores,
¡tantas cosas que recordar!

La época donde comprendí mil cosas
desde las ciencias a la religión
salvaron mi fe y mi basta prosa
me enseñaron sobre la amistad y el amor.

¡Qué decir que no dijera ya!
Agradecido estoy de corazón,
y por muchos años perdurará
en mí la esencia del San Viator.

Mi último día en el Sanvi,
tengo ganas de llorar,
muchas cosas aquí viví,
muchas historias que recordar.

Por los mil momentos inolvidables,
por las enseñanzas que no ocupan lugar
por  las sensaciones inefables,
por todo eso, gracias de verdad.

Lo que me pides

Me pides que te ignore
que siga mi propio camino
no quieres que me preocupe
cuando yo quiero estar contigo.

Me pides que no te dé una estrella
habiendo ganado el firmamento,
me pides bajo la luna llena
que no te dé más de lo que prometo.

Intento ser honesto,
y quererte con prudencia
aunque bien es cierto
que es difícil hacerlo todo bien.

Me dijiste que no querías ningún poema
por si te dejaba un día de querer
yo te querré todos los días de mi vida
es muy sencillo, aunque tú no lo ves.

Me dijiste que no querías tantas cosas
mas yo solo he querido hacerte feliz
no pediste y te traje mil rosas
solo porque te lo mereces.

Es sencillamente perfecto,
te quiero tanto que me haces rejuvenecer
me haces sentirme un niño de nuevo
que es feliz y tiene miedo a la vez.

Feliz porque sé que estás aquí,
con miedo por si puedes faltar,
aunque sé que eso no es así,
me he dado cuenta que te quiero de verdad.

Pensando en ti

El sol me quema con sus rayos
y el calor se hace un sinvivir
vivir sin ti me hace daño
yo ya no puedo estar así.

Los recuerdos vuelan hacia el olvido
y los besos nacen para morir
mueren por no poder estar contigo
la pena me carcome así.

La ciudad ahora resplandece
aunque muchos dicen que es el fin
por mucho menos los poetas mueren
yo lo hice pensando en ti.

Llega por fin el gran verano
lo veo claro, mas no feliz
porque sé que no estaré a tu lado,
estaré solo por Madrid.

Ya muchos piensan en la playa,
otros muchos piensan en dormir
no entienden mi risa apagada
porque no vieron lo que vi.

Al fin y al cabo, ¿a quién le importa?
los días pasan y el porvenir
nos refleja una vida en discordia
ya sea en Londres o en Madrid.

Y así enfoco el verano
en septiembre soñé con algo feliz
pero todo murió al llegar mayo
murió todo pensando en ti.

Amor racional

Ahora comprendo verdaderamente
lo que significa el amor
es querer a alguien con locura
es quererle con pleno uso de razón.

Es sentido
y también sentimiento,
son cosas que no vienen en los libros,
son cosas que nunca aprendí y que ahora enseño.

Si no es racional ni emocional,
es mera estética,
y traspasando solo la emoción
se queda en burda poética,
pues el amor de verdad
es bajo el uso pleno de razón.

Da igual como le escriba los poemas
ni lo que le regale en San Valentín,
importa que la quiera de verdad
y que por lógica me haga feliz.

Hoy me he dado un lección
que muchos no han descubierto todavía,
el verdadero amor es racional,
y a ese amor, si llega, haré mi poesía.

Aviones de papel

Me senté en un banco en el Retiro,
dispuesto a recordar todo de nuevo,
a cada paso que doy, un poco más vivo,
a cada paso estoy un poco más muerto.

Poco abstracto, quizás muy superficial
quizás eso lo curen los años,
como esa elegancia a la que suelo virar,
que de ninguna manera remedio.

Mirando al cielo que es lo más lejos que puedo ir,
o eso es lo que al menos creo,
realmente sigo estancado en Madrid,
me pudro ligeramente a cada verso.

Me carcome la inseguridad y la nostalgia,
de no saber vivir sin estar en Madrid,
de perder lo que yo creí que era elegancia
de no saber que hacer cuando mis rimas se acaben.

Mientras tanto escribiré todos mis sueños
en aviones de papel,
no sé si llegarán muy lejos
pero será por ellos por los que volaré.

Síndrome de Peter Pan

Por la tranquilidad del ayer,
por eso llegué hasta aquí:
porque nunca olvidaré
todo lo que una vez viví.

Es sencillamente anodino,
o eso dicen algunos.
Para mí es lo mejor vivido,
aun habiendo momentos duros.

Es increíble pensar
que todo fuera a ser de tal manera
y muchas veces, de verdad,
recordarás felicidad plena.

Busco donde me hice grande,
mi jardín de la infancia.
¿Dónde quedan los partidos de antes?
¿Dónde quedan todas esas gracias?

Todas las sonrisas se marchitaron
como las flores en otoño.
Todos los sueños volaron,
dejándome prácticamente solo.

Las guerras de un día,
los juegos improvisados,
las ganas de ser espía
en un infinito verano.

Cuando los sueños nos movían,
yo verdaderamente sabía soñar.
Esa fue la mejor etapa de mi vida,
pues sin alas supe feliz volar.

Desde el jardín contemplo el resultado final:
una madurez parcial, pues no quiero crecer;
un deseo infinito de dejar de mirar atrás,
de regresar a mi infancia para no volver.