Para Cristina

Y si está batalla la hemos perdido
¿qué le vamos a hacer?
La guerra aún no han ganado,
y no nos van a vencer.

Hay otras cosas que ya hemos perdido,
pero ya nada podemos hacer
esperar no es una opción, y nuestro cometido
es ser fuertes, triunfar y saber vivir.

Podré decirte mil cosas para que te sientas mejor,
pero eso depende de ti,
nunca he obrado milagros ni he creado falsas religiones
pero que sepas que creo plenamente en ti.

Que te caerás, como todos
que te ayudaré a levantar, por supuesto,
soy tu amigo, no lo olvides,
y juntos mil batallas venceremos.

Que llevamos peleando juntos
un bienio de eternidad
y, porque tú siempre me has protegido,
no pienso dejarte en la adversidad.

Que todos tus consejos en mis melancolías
te serán recompensados,
y pienso protegerte, querida Cristina,
frente a todos estos descerebrados.

Cristina, sé fuerte,
sé cuán duro es el camino,
mas no te preocupes por ello:
puedes contar siempre conmigo.

Siempre nos quedará Madrid

Dejando atrás mil ideales corrompidos,
me dispongo a empezar de cero,
en esta transición traicionera espero,
rimar con un nuevo y elocuente estilo.

Fuera mil paisajes siniestros
fuera todos los ideales malvados
nuevo arte quiero en estos cuartetos,
nuevo arte escribo encantado.

Sin demorarme en la lejanía
peleando desde aquí
nena, deja a París y su compañía
porque lo que nos quedará es Madrid.

Hora de gritar al mundo que estamos listos,
hora de librar mil y un batallas
hora de mis cien aventuras contigo
u hora de, sin ti, tener las ideas claras.

Que vamos a comernos el mundo
y que, si no estás, peor para ti,
nosotros revolucionaremos este absurdo
aunque siempre nos quedará Madrid.

Cantaré al cielo cuando sea y al amor cuando llegue
mientras tanto seré feliz
feliz porque estés o por no tenerte
aunque siempre nos quedará Madrid.

Y si te arrepientes, tan solo vuelve a la ciudad,
que sabes que siempre estaré por aquí
aunque si no vuelves tranquila, ya no me voy a suicidar
porque siempre nos quedará Madrid.

Y así avanzamos y maduramos lentamente
ni eres la que eras ni yo soy el que fui
soy un poeta malogrado que te promete
que siempre nos quedará Madrid.

Abuelo

No puedo creer que haya pasado un año
desde entonces un infeliz me he vuelto
y el recordarte me produce un llanto amargo
por lo mucho que te echo de menos, abuelo.

Tú siempre me diste todo tiempo,
y aunque muchos digan que no es culpa mía,
el no estar contigo en aquel momento,
me produce desprecio por ser tan egoísta.

Recuerdo nuestras charlas y tus consejos
recuerdo contarte mil y un secretos,
tú me contabas mil y un historias
que a día de hoy guarda mi memoria.

Recuerdo que eras un luchador
y mi más fuerte referente
recuerdo que te fuiste casi sin decir adiós
mientras yo me contenía por parecer fuerte.

Siento la soledad a mi lado
y la noche no me refugia en su silencio
sueño de nuevo con tus abrazos,
y así mi soledad no tiene consuelo.

El mejor duelo que te puedo guardar
es un silencio, sin duda,
pues tu decías que : "De hablar, mil veces te arrepentirás
y que, de no hablar, ninguna".

Espero que estés mejor donde estés
que nosotros aquí sin ti
espero algún día y donde sea volverte a ver
sigo sin creer que haga un año que no estés aquí.

Para Irene

Es simplemente complicado
pensar qué injusta es la vida,
y es que día tras día,
todo se vuelve más enrevesado.

Es difícil pensar como ciertas cuestiones
nos complican enseguida
y como nuestras aficiones
sin nosotros querer se marchitan.

Si la vida se complica,
tú no te desesperes
busca otro punto de vista,
ese que tú quieres.

Que si todo se pone del revés,
yo me quedo contigo bocabajo
que si tu camino difícil lo ves
que sepas que yo te acompaño.

Querida Irene, estate tranquila
no sé si puedo asegurarte tanto
pero es un misterio lo que nos depara la vida
así que cuenta conmigo de antemano.

Ausencia simple

Paradigmas del vivir,
pareados del querer,
paradojas de mi vida,
paralelismos de estar junto a ti.

Sinfonía de colores sobre tu sonrisa,
simposio de razones para amarte
sincronía de tus besos y mi poesía,
sin ti ahora no tiene sentido.

Incido en la idea de olvidarte
intento luchar estando sin ti,
intriga y pasión faltan desde que me dejaste
inhiben toda felicidad que ahora consigo.

Desgaste obvio de mi poesía,
desesperanza de mi corazón por tu marcha
desdicha la que me rodea
desde que te fuiste sin dejarme nada.

Quedándome nada por dentro
que pueda consolarme
quería darte un último beso
que lancé desde mi ventana.

Posiblemente este será nuestro final,
posterior a esto nada tendrá sentido
poseíamos toda la felicidad habida
postergarme así nunca nadie lo hizo.

Madurando

Se acabaron los sueños falsos y las mentiras
se acabaron todas las conspiraciones
más vale vivir solo y sin utopías
que mal acompañarte de falsas convicciones.

Madrid sin ti no es la misma

La nostalgia con la que te llegué a amar
me da una profunda fuerza
y es que te quise creo que aún más
cuando te fuiste.

Lloro solo, mirando el horizonte
Madrid se ve hermosa desde aquí
pero se ve vacía,
vacía sin ti.

Nuestra barca del Retiro,
nuestro banco en la Plaza de Oriente
y todo lo que vivimos en Madrid,
vuelve hoy a mi mente.

La mayor obra de arte que vi,
fue en el Paseo del Prado
que fue al ver brillar tus ojos,
ojos dulces color añil.

Ahora nada tiene sentido,
las flores lloran tu ausencia
nuestros lugares me recuerdan que te fuiste
carcomiendo por dentro mi esencia.

Por amor

El atardecer dice adiós a otro día,

el atardecer me da la razón,

este día que se marchita

y en el que no aceptas mi corazón.

La soledad me castiga con golpes ardientes,

queman como el frío hielo en la piel,

y es que solo tú podías y solo tú puedes,

salvar a lo más maldito de mi ser.

Todo me sale mal, todo me produce dolor,

todo en lo que creía

explotó aquel día

en el que besé a la muerte por amor.

Miré al horizonte y me dirigí a él,

sin miedo a nada

y con la idea clara

de no volver a no volverte a ver.

Desde aquel día, este no soy yo

soy un esbozo impreciso

y desde aquel día no vivo,

pues la vida me castigó.

Y así seguimos en la absoluta indeterminación,

oscura y suicida

alegre y dulce melancolía

que sufrí por amor.

Amanecer sin ti

Ha amanecido en nuestra morada
la casa entera huele a café
y veo sonrisas desgastadas
en tristes fotos del ayer.

Veo mil recuerdos enmarcados
veo unas flores exquisitas
veo mil besos olvidados
en tu nota de despedida.

Besos que perdimos hace años
besos que nos hicieron felices
besos que ahora malviven
besos que, más que placer, produce llanto.

llanto por tu ausencia
llanto por no poderme despedir
llanto por la incoherencia
de no poder vivir sin ti.

Nuestra casa, nuestro hogar, huele a soledad
sabe a tristeza, al nacer del nuevo día,
sabe a una amarga agonía
que sabe que nunca volverás.

Gloria perdida

¡Cuánto tiempo ha pasado!
Mucho tiempo ya está marchito
el paso del tiempo me ha matado
y con el paso del tiempo me debilito.

Hace días que no soy
el hombre que un día era
y es que, a día de hoy,
lucho por que esos días vuelvan.

Ya no somos los mejores,
ni siquiera algo bueno
somos la peor de nuestras versiones
somos un presente absurdo y perecedero.

Los días de gloria no volverán,
nuestras expectativas se reducen,
gastaremos lo que nos queda mirando al mar,
y sin volver a probar el sabor de las nubes.

Mi mayor ambición

Mi mayor ambición es una aventura
que comienza en tus manos,
y que mucho tiempo perdura,
hasta llegar a tus labios.

Tú, mi incongruente elocuencia
el final de mi comienzo,
mi solsticio de primavera,
la vida por la que muero.

Es sencillo dicho problema,
pues se acabaron las cuestiones
y la mejor de mis conclusiones
es quererte cuanto pueda.

El agua que sale de tus ojos,
hace que llore mi corazón,
mas tú haces de mis sueños rotos
cuando sonríes algo sin razón.

Sencillamente esto son habladurías,
pues las acciones hablan más que las palabras
pero aun así ten presente por si no te percatas,
que gracias a ti hice mis mejores poesías.

Y basta ya de parafernalias,
tú y yo solos nos valemos,
dejémonos de cosas varias,
y hablemos ahora con nuestros besos.