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Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

domingo, 5 de marzo de 2023

Bondad silente

Si supieran muchas veces cuanto callo,
a lo mejor mejor algunos se sorprenden.
Miro las cosas, viendo siempre el mismo fallo:
que sé que no duraran para siempre.

Puedo poner orden en mis versos
o hacerlos
con el caos más insensato.
No importa, pues una vez haya muerto,
muchos de ellos o todos serán olvidados,
como antes los de otros
fueron.

Nada durará para siempre y por eso muchos buscan
Vivir cada momento tanto como pueden.
Pero al final, sea en la tumba o en la urna,
Poco importan las experiencias que vivieses.

Las calles cambian, los vecinos se mudan,
los amigos y la familia de pronto se desvanecen
y, si pienso en hacer la herida más profunda,
pienso en pediatras y en profesores, consciente
de que muchos ya son solo un vago recuerdo,
si no una constante laguna por hacernos viejos.
Tan pronto como dejamos las huellas
estas se borran con absoluta indiferencia.

Nada es eterno y sé que poco puedo hacer,
pero eso no me anima a ser un cínico.
No me siento liberado, no me siento privilegiado.
Estoy roto sabiendo que no hay placer
que me prepare para el final de mis pasos,
pero sereno de saber que daré todos amando,
sin destruir, sin convulsionar a los que sufren
sin dejar más huella que silencios:
silencios de complicidad, de apoyo, de refugio,
silencios de contención cuando, como de costumbre,
vea algo que me atrape en mis usuales remordimientos,
en ver siempre el mismo fallo:
saber que nada será para siempre,
ni siquiera mis versos más refinados,
ni siquiera esta extraña bondad silente.

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