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Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

miércoles, 29 de marzo de 2023

Ahora que te vas

Bromas aparte, es imposible no quererte.
Las canciones de amor siempre son lo mismo:
la sintonía entre los dos,
toda hora parece insuficiente,
y la despedida siempre es un abismo
en el que nadie quiere decir adiós.
Nos centramos en musas y en ninfas,
cuando a veces esto lo hacen los amigos.

Y hoy, por última vez en una buena temporada,
tú y yo hemos seguido nuestra rutina religiosamente.
Un abrazo confidente,
de esos que dejan por siempre marca
cierra una era de muchos paseos matutinos,
de risas, de muchas despedidas
de esas que nadie quiere comenzar.

No te preocupes, creo que todo estará igual
y no te perderás cosas importantes.
Pero llevas en esa maleta muchos deseos
de que vuelvas cuanto antes
y esto se quede como un mal sueño.
No tiene sentido esto, en la era de Internet,
pero creo que eso prueba con creces
que, bromas aparte, es imposible no quererte.

Ahora que te vas, solo me queda desearte buen viaje.
El sol comenzará a salir para nosotros a distintos tiempos
pero una parte de nosotros siempre estará en sincronía:
y es que llevamos toda la vida en caminos similares
y este lapso no cambiará el futuro que ambos queremos.
Te echaré de menos, y de verdad no te imaginas cuánto.
Disfruta por ambos, y vuelve tan solo cargado
de tiempo libre para recuperar todo el que ahora perderemos.

Los números redondos I

Tengo debilidad por los números redondos,
así que espero que no te sorprenda
que te dedique algunas palabras
hoy que cumples ya los ochenta.

Últimamente te veo más risueña,
como si todos los dolores fueran a menos,
sé que el pasado nunca regresa
pero es como si parte de él hubiera vuelto.
Y me emociona, me llena de esperanzas
ante un futuro en el que seguro
tú tienes mucho aún en lo que dejar huella,
en lo que ser amor sincero y refugio.

No sé si llegarás a ser bisabuela,
tal y como me dijiste a ser hace unos días,
pero ojalá me veas hacerme doctor
me veas casarme y me des tu enhorabuena.
Ojalá nos queden muchas comidas,
muchas tardes en el salón con la televisión
en las que intercalemos la sesión de cine
con algunas de las cientos de historias que viviste.

Últimamente te veo más feliz
y algún día tendré que preguntarte por el secreto.
Pero sigue aguantando, que tú no das guerra
y nunca la darás si te vemos contenta.
Aguanta un poco más, sigue dándonos consejos
y llenando los domingos nuestra mesa
con toda la magia que aún llevas dentro.

Tengo debilidad por los números redondos,
y este año se solapan dos de ellos.
Lo siento, abuelo, espera tan solo otro poco
que la abuela tiene trabajo todavía:
llevar vuestro legado con toda su alegría.

martes, 21 de marzo de 2023

Un mundo aún por descubrir

Y a base de repetirme "solo un poco más"
sigo adelante sin entender muchas cosas,
con miedo a morir en la ignorancia,
y con el deseo de tener aún muchas horas.
Horas que pasar canturreando con mi madre,
incordiando a mi hermana, brindando con mi padre,
escuchando a mi abuela o sonriendo con Laura.
Horas que pasar charlando con Santi o Cris,
compartiendo con Irene y Yuliya unas patatas, 
inundando de poemas a Sara y a Clara
o compartiendo sonrisas con todos los demás.

Ecos de un vuelo a Bruselas para ver a Stefan
resuenan en mi pecho y me empujan al infinito
de una vida aún por llenar de momentos compartidos,
de ciudades aún donde comprar algún souvenir,
de experiencias que no sucederán una vez en la vida,
pero que es mejor no dejar para el último día.
La vida no suele ser justa, por eso agradezco
la paz que siento en estos momentos.

El mundo sigue con la misma miseria habitual.
El complemento de moda es ahora la ansiedad:
ser amado, encontrar un trabajo y un buen piso...
La pandemia fue gasolina a un fuego generacional
que lleva ardiendo tanto como llevamos vivos.
Pero no sé cómo, ni por qué, ni para qué,
pero me siento preparado.
Preparado para dar la vuelta al abismo,
para alzar el vuelo con cuidado
y quizás sujetar las manos de los que estén perdidos
y así quizás guiarlos.

Algo está cambiando y quizás sea yo mismo.
Toda mi magia resucita repitiendo el mantra
"todas nuestras batallas nos trajeron hasta aquí".
¿Quién sabe hasta dónde nos llevarán?
Lo que está claro, es que cada mañana
el sol sigue saliendo y yo me muero por salir
a descubrir un mundo lleno de matices
con el que crear extraños poemas,
al que asociar extrañas canciones,
y por el que tendré recuerdos felices
de una vida sencilla y plena.

viernes, 10 de marzo de 2023

Fino hielo

Tú y yo,
jugando al golpe más certero,
hiriéndonos como si nada,
caminando sobre fino hielo.

Pasión,
bien que se creía inagotable,
pero que se agota más a cada paso
dado en estos delgados y gélidos cristales.

Mis amigos,
racionalizando la traición infame
y vendiendo madurez por abandono,
hacen que el hielo se resquebraje.

Viperinas
son las lenguas que hablan de honestidad
cuando en realidad actúan por malicia,
rompiendo el huelo por el que caminar.

Agua fría
solo queda y floto en ella tiritando.
Mi sangre emana por todas las heridas
que me haces cada vez que abres los labios.

Te quiero.
Te quiero pero no sé qué hacer por ti, por nosotros.
No sé que hacer para volver a aquellos días
en los que no había hielo al mirarte a los ojos.

domingo, 5 de marzo de 2023

Bondad silente

Si supieran muchas veces cuanto callo,
a lo mejor mejor algunos se sorprenden.
Miro las cosas, viendo siempre el mismo fallo:
que sé que no duraran para siempre.

Puedo poner orden en mis versos
o hacerlos
con el caos más insensato.
No importa, pues una vez haya muerto,
muchos de ellos o todos serán olvidados,
como antes los de otros
fueron.

Nada durará para siempre y por eso muchos buscan
Vivir cada momento tanto como pueden.
Pero al final, sea en la tumba o en la urna,
Poco importan las experiencias que vivieses.

Las calles cambian, los vecinos se mudan,
los amigos y la familia de pronto se desvanecen
y, si pienso en hacer la herida más profunda,
pienso en pediatras y en profesores, consciente
de que muchos ya son solo un vago recuerdo,
si no una constante laguna por hacernos viejos.
Tan pronto como dejamos las huellas
estas se borran con absoluta indiferencia.

Nada es eterno y sé que poco puedo hacer,
pero eso no me anima a ser un cínico.
No me siento liberado, no me siento privilegiado.
Estoy roto sabiendo que no hay placer
que me prepare para el final de mis pasos,
pero sereno de saber que daré todos amando,
sin destruir, sin convulsionar a los que sufren
sin dejar más huella que silencios:
silencios de complicidad, de apoyo, de refugio,
silencios de contención cuando, como de costumbre,
vea algo que me atrape en mis usuales remordimientos,
en ver siempre el mismo fallo:
saber que nada será para siempre,
ni siquiera mis versos más refinados,
ni siquiera esta extraña bondad silente.