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Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

domingo, 16 de diciembre de 2018

Nadie en casa

Epoca de luces, risas y amor
donde las luces parpadean
y pierden su habitual candor
frente a la tormenta.
Época de risas, amor y luces,
pero las risas cada vez más
se entrecortan dándose de bruces
contra tan sombría realidad.

Época de amor, luces y risas,
pero los corazones se vuelven
negros, caprichosos y egoístas.
Ningún regalo es suficiente,
pero es que ninguna luz brillará,
ni ninguna risa será tan fuerte
ni ningún regalo suficiente será
para aquellos que se mueren.

Y mueren aquellos que siguen
y aquellos que rompen la norma.
Mueren aquellos que insisten
en darle importancia a la forma,
sin saber que son las acciones,
aquellas que son bondadosas,
aunque sea por ser vacaciones
la cosa más maravillosa.

Pero estas fiestas serán diferentes,
no habrá Dios vivo o nacido
que salve mi dolor subconsciente,
que me haga sentir más vivo.
Estas Navidades no tendré
el habitual semblante risueño.
Sé demasiado y cada vez
desconozco menos.

Por eso yo este año cerraré
las ventanas y las puertas.
A ningún ser mágico esperaré
con las puertas abiertas.
Y cuando me pregunten
por tal extraña causa,
por favor, no se asusten,
no hay nadie en casa.

Mete la hipocresía por la alegría,
el egoísmo por el amor
y, por la generosidad, lotería,
llenándose bolsillos con el sabor
de décimos que son sueños rotos,
en vez de con calor de los que nos aman.
La miseria se viste ahora de rojo,
así que no llamen, no hay nadie en casa.

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