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Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

sábado, 30 de junio de 2018

Mis recuerdos de Andalucía

Recuerdo aún esos catorce
que tenía cuando descubrí
las cosas que me dice a mí
la canción que ahora escucho.
La descubrí en aquel primer viaje
que hice a Andalucía con el colegio.
Y con Granada aún sin consolidarse
fue en Córdoba donde la conocí.

Recuerdo ahora que, entonces,
solo quería agradecerle tanto
a tantas personas que, sin embargo,
no tanto habían hecho por mí.
Pero eran tiempos más sencillos:
yo ni siquiera era aún poeta.
Yo vivía jugando y leyendo libros
y me juntaba con gente de vez en cuando.

Pero en aquellos días, no se si fue
el calor que envuelve a Andalucía
o aquellas absolutas maravillas
que descubrí en aquel viaje;
pero me sentía feliz e integrado
y, pese a revuelos de última hora,
me sentía perfectamente acompañado
y en la más perfecta armonía.

En Mijas aún sigo recordando
lo bonito que se ve el mar a lo lejos.
En Ronda parecía que el cielo
estaba en mis manos con esas vistas.
En Marbella tengo varios recuerdos
de diversión sin precedente,
en Torremolinos tuve la suerte
y en Granada quedé perplejo.

Como dije, la vida antes era
tan sencilla que hasta hechizaba.
Pero la juventud es una baza
que solo se juega una vez.
Andalucía sigue donde siempre,
abrazada por su calor y su arte,
y estas historias, sin duda tan amables,
en mi mente quedarán siempre guardadas.

Noches del verano eterno

Noches de verano eterno,
noches de pensar demasiado
y de más bien poco dormir.
Noches de echar de menos
a aquellos que iba dejando
atrás en el camino de vivir.

Tardes de estar enamorado
de la vida, de los días presentes
y de un futuro que sería
peor de lo que hube esperado.
Pero antes, sin precedentes,
solo ilusión en mí cabía.

Ganas de comerme el mundo
y de revolucionarlo con canciones
enérgicas y poemas felices
días en los que jamás hubo
hueco para las desilusiones
solo para disfrutar siendo libre.

Noches de música, de poesía,
de risas en bellas conversaciones.
Noches de exprimir cada segundo,
noches que se comían a los días
y en las que se ignoraban preocupaciones
de todo lo referente al futuro.

Noches que, año tras año,
son más escasas y menos intensas.
Por un lado por las compañías
con las que no coincido en tener un rato,
y por otro es la somnolencia
que tengo siempre al final del día.

Y, pese a carecer de tiempo libre,
y tener tan pocos sueños
pero tantas ganas de soñar,
por las noches aún persisten
de ese verano muchos recuerdos
que jamás podré olvidar.

La vida antes era más simple
y el sonreír no era problema.
Pero ahora todo es complicado:
pasan los días, el tormento sigue.
Y lo único que a veces me consuela
es recordar aquellas noches de verano.

En menos de siete días

Lunes,
te vi entre la multitud
y casi por casualidad
acabe en el mismo grupo
que tú.

Martes,
me parecías tan hermosa
aunque también
tan presumida que parecías
odiosa.

Miércoles,
nuestras torpezas se juntaron
en tus sonrisas
y en mis gestos que siempre poco
expresaron.

Jueves,
tu compañía ya era indispensable
pese a las veces
que tratabas de ser un tanto
insoportable.

Viernes,
no quería perderte de vista
aun siendo,
el hecho más probable
de la lista.

Sábado,
tu recuerdo seguía en mí
y pensaba
que por no decirte nada
tonto fui.

Domingo,
te alejabas más todavía
mientras
tu recuerdo estaba aún
cerca mía.

Verano,
siempre lleno de maravillas.
¿Quién me
aseguraría este hechizo tuyo
en menos de siete días?

miércoles, 27 de junio de 2018

Tú y yo y su mañana

¿Recuerdas el primer beso
que nos dimos en el río?
¿Recuerdas aquellos nervios
y mi posterior sensación de alivio?

¿Recuerdas aquellas citas
tan bonitas de San Valentín?
¿Recuerdas las sorpresitas
que alguna vez hice para ti?

¿Recuerdas aquellas tardes
que las pasamos entre besos?
¿Recuerdas todos los parques
cómplices de nuestro amor eterno?

¿Recuerdas las citas juntos
y aquellas que tenemos pendientes?
¿Recuerdas que en mi mundo
eres mi mayor pasión para siempre?

Espero que recuerdes todo esto.
De lo contrario, nos vemos pronto
y te ayudo con esos recuerdos
de la forma que lo hacemos nosotros.

Con algo de comer, unas risas,
unos besos y esos abrazos
que paran un mundo en ruinas
y lo reconstruyen de inmediato.

Gracias por compartir conmigo
todos estos años de mi vida,
gracias por hacerme sentir vivo
en un Madrid al que le das tu alegría.

Con esto termino mi sorpresa.
Espero haberte hecho sonreír
y, aunque mañana tu cumple ya no sea,
siempre quedarán mañanas junto a ti.

Tú y yo y su historia

La sorpresa aún no termina,
pues para mis dos grandes amores
aún me quedan algunas rimas
inspiradas en bellas canciones.

Tú eres eres Madrid personificada,
así lo cree a ciegas mi corazón,
pues fuiste sobre agua edificada
y tus muros de fuego son.
Eres agua, pues siempre te vi
transparente y pura para mí.
Eres fuego, eres apasionada
siempre luchas todas las batallas.

Tú eres la capital de mi corazón
igual que Madrid es la de España,
mi himno es nuestra canción
y mi bandera es tu mirada,
tan fiera que inspiró a Velarde,
tan hermosa que es como el arte
que inspiró a aquellos poetas
que poblaban Madrid antes de la guerra.

Tu amor es como probar el agua
que esta ciudad tan maravillosa tiene:
los que llegan se sorprenden al probarla
y los de aquí la quieren para siempre.
Tu amor es digno de un monumento
en pleno paseo de Recoletos,
o de una estatua gigante de mármol
dentro del gran Museo del Prado.

Mi amor por ti tan solo crece
como la población de esta ciudad,
que recibe gente siempre,
que a todos quiere amparar
Tú eres la Movida que no viví
y siempre seguirás siendo así:
loca, fuerte, inteligente y bella,
una compañía para mi vida entera.

Madrid siempre hizo historia:
es vanguardia y revolución
y es mi rincón de eterna gloria
en el que siempre estamos tú y yo.

Tú y yo y sus calles

Hoy es tu cumpleaños y quiero
que conozcas al otro dueño
de este inocente corazón
y su burda felicitación.

Tú y yo somos, Natalia
un equipo que da la talla
cuando todos los demás
parecen quedarse atrás.
Pero parte de nuestro talento,
es vivir de Madrid envueltos
y de su bella mezcolanza
de lo tradicional y la vanguardia.

Tú y yo, y Madrid con nosotros,
siempre acaba la historia en gozo
con sus calles que envuelven
sitios donde poder quererse,
sitios donde conocer el planeta,
ya sea sentados en una mesa
o frente a una obra de arte;
y sitios de los que enamorarse

Tú y yo hemos compartido
el mejor regalo jamás existido:
el tiempo de nuestra vida,
obsequio de cantidad finita.
A Madrid nunca le duele,
pues ella nunca se muere:
ella siempre tiene a alguien
que la llore o que la cante.

Tú y yo, compañeros temporales,
hemos contado por millares
los días juntos que hemos reído,
algunos los hicimos en Retiro,
otros los hicimos en la orilla
donde un beso me cambió la vida:
fuiste tú, que desde entonces,
eres ante la que mi corazón responde.

Tú y yo, hemos desgastado
la Gran Vía con todos los pasos
y todos los besos y las risas
que allí dejamos tantos días.
Tú y yo somos la Plaza de Oriente
tú y yo somos dos reyes
que no necesitan el Palacio Real
porque tienen algo más.

Algo que es sin duda inefable,
y es la sensación de fotografiarte
sonriendo a la vida en el ocaso
en un templo de Debod abarrotado.
Y que de toda la poesía y arte
que encierra Madrid y sus calles,
seas tú para mí lo más bonito
solo reafirma todo lo que he dicho.

Que espero que disfrutes
de este regalo para tu cumple
y no olvides que para ser feliz:
solo nos hace falta tú, yo y Madrid.

viernes, 15 de junio de 2018

Suplicios circadianos

Algunas noches me cuesta dormir
tanto como algunos días me cuesta
guardar las formas del sentir
que a veces en mí se asientan.
Algunas noches solo busco cerrar
los ojos, tanto como algunas mañanas
saltarme todo hasta la hora de cenar
a expensas de perder todo lo que pasa.

Algunas noches pretendo creer
que pronto tendré una recompensa,
tanto como tras algún amanecer
pienso en que todo irá sobre ruedas.
Yo me sumerjo en cortas noches,
más cortas y más duras cada día,
mientras otros en pie se ponen
y salen al mundo con valentía.

Y es que al final son dos caras
de la misma moneda tortuosa.
La noche y el día, imparable tara
que, día tras día, más me acosa.
Y esa moneda gira y solo trae
cosas malas consigo.
Solo quiero que la paz me alcance,
mas solo llegan quejas y gritos.

Ojalá pudiera parar el tiempo
o viajar al pasado para gozar
de la simpleza de los momentos
que tanto suelo recordar
las noches que, como esta,
me va a costar echarme a dormir;
tanto como en mañanas ciertas
hacia delante me cuesta seguir.

martes, 12 de junio de 2018

Leyendas del Sanbuena, Héroes del San Viator

Todo comenzó con Alberto,
él era mi gran amigo en la escuela.
Éramos Watson y Sherlock,
era mi compañía perfecta
y, junto con Julia e Inés,
grandes amigos eran los tres.

También por entonces
tenía a dos Carlos, a Daniel,
a Rodrigo y a Jorge
nos llevábamos muy bien,
pese a que hubiera días
que tuviéramos riñas.

Pasaron los años sin tregua,
yo era un niño huracán
cuando conocí a Bea,
una persona muy especial,
llena de magia y arte
en sus cuerdas vocales.

Después llegó Raquel,
con ese aire jocoso
con el que siempre sabe
quitarle peso a todo.
Leal como pocas, siempre
supo como protegerme.

Mi universo se tambaleaba,
mientras personas salían
a la par que otras entraban:
Adrían, Yolanda, María,
Eva, Carla, Lucas, Andrea.
Todos refugio frente a las tormentas.

Y cayó todo mi mundo,
para llegar al San Viator,
y de mi pasado oscuro
surgió un salvador:
Santiago, un gran abrigo
y sempiterno amigo.

En las tierras de Querbes,
conocí la primera a Paloma
en su estado de siempre:
con más libro que persona,
pero con más amabilidad
de la que quería mostrar.

Luego conocí a Cristina,
con esa tonta timidez
que entonces yo tenía.
Pero ella era y es
dulzura concentrada
en una sonrisa anacarada.

Conocí tanta gente buena
en esa clase de primero C,
A las mañanas Andrea
con su voz siempre daba pie.
Tanta gente, como Javier,
Nerea, Natalia y Andrés.

Conocí a más gente,
como a mi querida Amparo,
que me dio suerte,
y también Alex y Nacho,
los eternos Daniel y Patricia,
a Miriam, a Sandra y a Alicia.

Éramos un grupo con fuerza
y lleno de gente excepcional:
también estaba Almudena,
Caterina y, como plato final,
el bueno de Peregrín,
cuya barba parecía no tener fin.

Gente muy buena conocí
en esas cuatro paredes,
pero también conseguí
compañías indelebles
en otras partes del planeta,
personas que marcan una era.

Llegó Álvaro y Rubén,
volvió Alberto y vino David
y, pese a tanto remover,
seguimos siendo así:
unos chicos de barrio
que juntos pasan buenos ratos.

Y en estos años que necesitaba,
adquirir tanta pericia,
conocí la locura personificada
que es la pequeña Alicia.
Y conocí a las amebas y a Clara,
destello del día en la noche más larga.

Se acabó el San Viator y llené
la mochila de nombres y experiencias.
A algunas personas no he vuelto a ver,
pero siempre quedan las vivencias.
Y, aunque ahora acabo otra era,
eso queda para otro poema.

Y quizás, algunos de aquellos
que tanto destacan en este poema;
quedaran en otros en puestos
insignificantes y viceversa.
Y es que los que siguen conmigo,
saben de sobra que estoy agradecido.

Acabo este poema exhausto
entre tantos nombres y recuerdos
y ciertamente preocupado
por no poder contar todo sobre ellos.
Pese a todo, a mis amigos gracias mil
por estar, o haber estado, alguna vez junto a mí.

lunes, 11 de junio de 2018

Efecto mariposa

Noches de verano e insomnio
sin ninguna razón aparente.
Solo me quedaba esperar
que el sueño en mi mente
quedara para que otro
día quedara atrás.

Siempre intentaba esta noches
encontrarme conmigo
mediante canciones bellas.
Canciones que aún sigo,
escuchando en ocasiones
en las noches eternas.

Es curioso como un botón,
pulsado en el momento
y en el lugar adecuados,
puede crear sentimientos
e invitar a la reflexión
hasta en la oscuridad de mi cuarto.

Y quizás la mariposa
de aquella canción tan bonita
hablara de como cambiar
el mundo entero con la brisa
de nuestras alas cuando tocan
el cielo y su inmensidad.

Quizás le deba todo a aquellos
que me ayudaron como oruga
y a los que, en mi gran cambio,
me fortalecieron frente a las dudas
que tenía yo por el miedo
remanente de haber sido gusano.

Pero ahora toca vivir mis sueños
y seguir adelante en la vida,
sin miedos que puedan lastrar.
Ahora es el fin de la poesía,
pero en la vida solo comienzo
a batir mis alas para volar.

domingo, 10 de junio de 2018

Presencias

Vivo rodeado de espectros;
fantasmas que me dicen
cosas que una vez hice
y de las que me arrepiento;
y otras que, sin hacerlas,
me corroen aún más la conciencia.

Vivo rodeado de temores
que otros pusieron en mi vida,
que son ingrata compañía
y fuente de mis dolores.
Mas no puedo ocultarme de ellos,
pues son inseparables.

Vivo con fantasmas impuros
de las más terribles distopías
que, incluso en las más bellas poesías,
me desalientan frente al futuro.
Puede que lo peor después de todo
sea vivir viendo que morirás solo.

Vivo en mis sueños atrapado
entre viejos sueños de otra era.
Con falsos tesoros y falsas proezas
de las cuales creo haber escapado,
pero que siempre vuelven conmigo
y me recuerdan de nuevo mi sino.

Vivo tras el fantasma de otros
que vivieron sus vidas dejando
una estela que yo no abarco.
Y vivo con miedo a ver cómo
todo mi esfuerzo por dejar huella
sea borrado nada más muera.

Vivo gobernado y bajo las leyes
que otros siempre me imponen.
No soy dueño de nada, pobre
de espíritu y sin opciones
de medrar frente a sus tretas,
pues de mis fantasmas soy su marioneta.