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Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

jueves, 23 de febrero de 2017

Será un día fenomenal

Acabo de ver cómo el verano 
más largo de todos los tiempos
terminaba tras todo lo vivido:
¡qué grandes esos ocho años!

Hace algún tiempo que perdí
el horizonte de dichos eventos.
También perdí algo aprendido:
cada día al máximo saber vivir. 

Me he ahogado en tonta ansiedad
que el futuro muchas veces otorga.
Me he olvidado de sonreír mucho,
mas no lo haré ningún otro día más.

El rencor y las malas vibraciones
las cambiaré por entusiasmo puro.
Y seré fuerte por todo lo que venga
pero llenaré el hoy de canciones.

Que estos chicos aparentemente 
adultos me han desviado del todo
de mi propósito más firme y bueno:
escribir el mejor de mis presentes.

Y aquí entierro el hacha de guerra:
aquí acaba toda emoción negativa.
Aquí viene el mejor yo, de verdad.
Todavía podemos darle la vuelta.

Muchos días hemos perdido ya
en nubes de tristeza. Y hoy tarde
es, pero mañana empieza de nuevo:
mañana será un día fenomenal.

domingo, 19 de febrero de 2017

Más duro que ellos

Busco cerrar capítulos o pasar páginas
para acabar con algunos días malos.
No es algo que se me haga extraño,
pero es algo que mi vida no desea.

Busco resistir este eclipse de sol
que tantas veces me pone a prueba.
Busco el salir de entre las cuerdas
y seguir otro minuto más luchando.

Busco una noche y un día que sean
una realidad real, aunque redundante.
La realidad son días llenos de males
y noches de variopintas alegrías.

Busco luchar hasta el que mi límite
quede atrás de todo lo demás.
Saldré de esta una vez más,
no empezaré ahora a fallarme a mí.

Resistiré todo odio que me caiga,
caminaré sobre toda esa inquina
con la que aderezan mi vida
esos tipos que nada me aprecian.

No tengo más arma que mi corazón,
que por suerte está a prueba de balas.
Van a necesitar más para que mi alma
caiga al suelo y se rinda para siempre.

Un trueno suena a lo lejos y yo alzo
mi puño en señal de que la lucha
no termina, sino que continúa.
Seré más duro. Más duro que ellos.

lunes, 13 de febrero de 2017

Complicidad

Esta historia es la de un movimiento
que goza de una armonía muy relativa.
Es una canción cantada a suspiros
es ver a las musas hacer la poesía.

Esta historia es un gradiente químico
y el óxido nítrico tiene la voz cantante.
Cuatro ojos se cruzan de forma fortuita
en un silencio que nadie quiere que acabe.

Se suceden los momentos y el tiempo
cada vez pasa a una mayor velocidad.
El corazón se frena en seco de repente,
quedando solo sonrisas de complicidad.

Queda un silencio que vagamente sostiene
la quietud de las telas que ahora vistes.
Te susurro de nuevo lo hermosa que te veo
y tú solamente me dices que es increíble.

Un movimiento estocástico que va a chocar
contra las células que forman mi piel.
Una vez más el silencio se acaba para sentir
nuestro bello amor en otra forma de ser.

Y aunque ya no queden silencios, ni canciones
y las musas ya dejen las poesías a los poetas,
yo sigo quedándome con tu bella sonrisa
y con la complicidad que siempre encierra.

Quizás recuerde este día por mil noches
o mil noches recordaré mejor que este día.
No importa mientras nuestra complicidad
se guarde para siempre en bellas poesías.

La búsqueda de los polluelos amarillos

Una tarde de buscar polluelos amarillos
mientras la lluvia cala hasta el corazón:
los sueños pierden cada vez más su brillo
y la tristeza deja de estar carente de razón.

Pero aún cuando toda alegría desfallece,
cuando todo apunta hacia el gran fracaso,
tu amor, ese que me da alegría, se aparece
y hace que salte al alba desde el ocaso.

Tarde de paciencia entrenada para el futuro,
el cual siempre presenta nubes extrañas.
Aunque nunca habrá un futuro muy oscuro
si te guardo en lo profundo de mis entrañas.

Te escribo un mensaje y a la vez este poema
y ambos refieren lo mucho que te quiero.
Miles de palabras puedo escribirte sin problema
para tantas imágenes de amor verdadero.

Y es que no solo son besos ni algunas caricias
tu amor es lo que me mantiene más cuerdo.
No es otra de esas historias mías tan ficticias,
tú eres el amor y la lógica cuando los pierdo.

Y por eso cuando falla, hasta los polluelos
en mi primer día de nihilista en la teoría.
Nunca viene mal surcar un rato los cielos
de tu mano a través de escribirte poesía.

lunes, 6 de febrero de 2017

2011

Una canción ya adulta se hace nueva para mí
y la canción me lleva de vuelta a mis historias.
Volvemos a la época donde la magia era el arma
para sobrevivir a esa transición tan ominosa.

Un año que fue extraño, así como el gran final
del límite de todas esas fantasías tan irrealizables.
No obstante, también fue el principio del periodo
de estancarse por dejar de mirar hacia delante.

Si mi mente, como mucho tiempo, era clásica
mi corazón infantil miraba a este año con fervor:
cumplir esos sueños de las películas con musical
esos que creí que eran de mi propia ambición.

Troy y Gabriella no me advirtieron de que España
no tiene por regla general los bailes de fin de curso.
Tampoco me advirtieron las series de televisión
de que sobrevivir en sociedad podría ser muy duro.

Y es por las expectativas que nunca se cumplieron
que me quedé estancado en el año dos mil once.
Por suerte todo eso pasó, y me hice más fuerte
pues aprendí a encontrar lo que me daba real goce.

Me consuela saber que no fui el único que estancado
se quedó esperando a que se cumplieran sus sueños.
Mi némesis mordió el polvo de la misma manera,
aunque él sigue dentro de la mentira sin conocimiento.

De ahí que muchos rían recordando aquellos días,
mientras yo sonrío de haber conocido la felicidad.
Conocer mi Sanvi, conocer a mi ninfa y a mí mismo:
conocí todo lo que buscaba cuando dejé de buscar.

Y sigo sonriendo cuando recuerdo a ese adolescente
que buscaba a una princesa a la que hacer poemas.
Me río de pensar que no tuve nada cuando lo quise
y ahora tengo todo por hacer mi vida junto a ella.

Por eso no sé de qué te ríes, mi querido enemigo,
cuando nos cruzamos por las calles de nuestro barrio.
Abre los ojos, estás solo y poco a poco te consumes,
por llevar contigo todo aquello que yo di de lado.

Y si pude contigo, sé que nada me puede parar ya.
Los que vengan a atormentarme no hallarán tormento:
hay Queen, hay poemas, hay cosas malas y buenas,
hay amistades que durarán una vida y amor verdadero.

Así que en realidad, poco importa que septiembre
acabará, o que ya no me quede ni siquiera París.
Dos mil once es historia, así como estas memorias,
y los sueños, todos reales si la ninfa está junto a mí.