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Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

domingo, 13 de marzo de 2016

Puentes a ninguna parte

Entra el mago en la sala
de los crueles espejismos,
un lugar donde se relatan
los sueños que no serán vividos.

Avanza hasta el centro 
para descubrir un salón
donde son los espejos
el reflejo del interno temor.

Comienza a mirar al primero
y ve una niña con una carpeta
que se desvanece al momento
dejando en el suelo una huella.

Mira al siguiente y observa
a dos chicos que se despiden,
y lentamente su presencia
en el ambiente no persiste.

Otro más, aquí ve a una chica
que canta ante una multitud
que calla ante su melodía
que se desvanece en el cielo azul.

Sigue la secuencia de instantes
encerrados en los espejos,
con personas de tiempos distantes,
con personas que una vez fueron.

En una de ellas el mago consigue
verse sujetando un puente
que une dos mundos que persisten
esperando del otro la muerte.

Se ve en otro espejo otro puente
completamente destruido
es el pasado que no vuelve
y que no lleva a ningún sitio.

Siguen los espejos y el mago
se percata de que al empezar,
espejos no había tantos,
luego algo acababa de pasar.

Se dio cuenta justo antes
de llegar a un espejo
que guardaba la imagen
de su entrada en este juego.

Vio que la secuencia se hizo
infinita, pues no hay dolor
que supere al de ver lo vivido
que nunca jamás se vivió.

Debería haberlo sabido
que el pasado es aberrante,
siendo eterno su castigo,
siendo solo puentes a ninguna parte.

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