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Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

martes, 9 de junio de 2015

La última en el mirador

¿Dónde estarás esta noche?
¿Dónde acabaré yo?
Por ti mi sangre se ahoga
entre regueros de alcohol.

Esta noche ya se acaba
con la salida del sol,
en lugar de siempre,
siempre en el mirador.

Otra noche eterna,
paseando por tu barrio,
otra noche que se pierde,
otro nuevo calvario.

Frente a tu casa me hallo,
de nuevo el viejo dilema,
de si me echarás de menos
mientras te hago este poema.

Y comprendo que dejarlo
tenía que dolernos,
pero es que de esta manera
fue como un tiro en el pecho.

Cada día, más lejos de mí te sentía,
tus excusas tenían exceso de imaginación.
Entonces vi a unos ciervos
susurrando en mi habitación.

Que ahora el reguero es de sangre
y la decisión del alcohol,
esta será la última noche
la última en el mirador.

lunes, 8 de junio de 2015

Regreso al pasado

Rimas de insomnio voluntario,
me hacen seguir esta noche en vela,
escucho música mientras a mi lado
veo con el mundo no se sustenta.

Mis manos se mueven al compás
de un sonido que nunca conocí,
una canción que me llegó a marcar
aunque nunca antes la oí.

Sueño con una década ominosa
que tiene más luz que mi existencia
y sueño con otra más desastrosa
que solo de oídas suena en mi cabeza.

Sintetizadores, guitarras y teclados,
voces melódicas de un programa de televisión,
sueños de mis noches de verano
pasado vivo y presente de ficción.

Maestro de todo, menos del tiempo,
lo perderé todo por buscar la excelencia
del control de aquello que es incierto
en mi sueño de volver a los ochenta.

Fuegos artificiales rugen en mi habitación,
y mis sombras de la noche se alimentan
y mientras yo sigo con la decisión
de querer haber nacido en los ochenta.

domingo, 7 de junio de 2015

De cuando los poetas se olvidaron de llorar

Quizás una breve reflexión
después de tanto tiempo
sea extraño e incierto,
pero buscaré la máxima concisión.

Busco remedios para ser mejor poeta,
busco remedios para la maestría
de hacerte una gran poesía
pura como tú en toda tu esencia.

Esencia concentrada en el perfume
al que huele el mundo cuando estoy contigo,
amor, amor, dulce disfrute,
dulce parsimonia, dulce delirio.

Quizás escribir ahora se me dé mal
porque mi tinta siempre fue mi llanto,
y es que eres perfecta hasta el grado
que haces que los poetas se olviden de llorar.

sábado, 6 de junio de 2015

Si en verdad gané yo

Tarde de parque, deportivas
y ese balón desgastado.
Dos chaquetas, porterías,
y portero el último en tocar el palo.

Mucha gente, mil partidos,
grandeza no medida a regates,
sino a más goles metidos,
pero todo eso era antes.

Ahora paso por aquellos lugares,
siguen estando la mismas personas,
muchas caras con las que jugué antes
y que el tiempo ni del campo ni de mí borra.

A veces me pregunto, con intriga,
si no será una perdida completa de tiempo,
si no estarán quizás malgastando su vida,
jugando bajo el calor de un sol justiciero.

A veces pienso que hemos madurado,
que seguir haciendo eso es un error,
y me pregunto si sabrán que no han ganado,
y me pregunto si quizás el que perdí fui yo.

Ya no hay balones en mi habitación
solo grandes libros de Biología,
no hay sueños, no hay imaginación,
solo un niño grande con su agonía.

Muchas veces intento parecer
aquello que en verdad no fui,
pero lo que daría por volver
a jugar y sentir lo que sentí.

Un día más con los pies en el suelo,
un día más en la pantomima de ser mayor
un día más que me quebré por Lucero
un día más que me pregunto si en verdad gané yo.

viernes, 5 de junio de 2015

El acantilado de los sueños acabados

Sigo el camino sin pensar
los peligros que puede llevar,
pero entre tus brazos se ve con certeza
que este viaje ya ha merecido la pena.

Me sumerjo en los bosques más profundos
y las mariposas aletean sobre los arbustos
y las flores se alzan ante tu presencia
y los pájaros cantan cuando te acercas.

Seguimos avanzando hacia el acantilado
donde los sueños son terminados.
Pero nosotros, ajenos a la pantomima,
vencemos la realidad con cierta fantasía.

Donde todos se lanzaban contra el suelo,
nosotros caímos hacia el cielo
pues sentí que volaba en el momento que me besaste,
sentí cosas que ni mil poemas podrían explicarte.

Miro al horizonte y el camino es impreciso,
pasajes oscuros acechan tras el estío,
pero nada temo y nada me falta si es contigo,
porque tenerte en mis brazos es todo lo que siempre he querido.

Toma mi mano y caminemos por la vida,
vivamos esta aventura de la forma más inaudita,
llevémonos por un suspiro del atardecer
que nos mece en un estado de inmenso placer.

Llegar a las montañas más altas desde tus abrazos,
tocar fondo con tu llanto,
tocar el cielo con uno de tus besos
morir y resucitar al oírte decir "te quiero".