La reina blanca

En lo alto de los mundos
de las artes y la poesía
gobierna la reina blanca.
Defiende el mundo con melodías
supremas contra el absurdo
del mal que siempre ataca.

La reina blanca está triste:
los magos se marchan
para no volver nunca.
La magia ha sido olvidada:
ahora es un mero despiste,
siendo antes motor de lucha.

La reina blanca yace enferma:
su gran vestido blanco
se decolora con las partidas
que se suceden a diario;
su magia va perdiendo fuerza,
su magia poco a poco marchita,

La reina blanca ahora viste de gris,
tras la ida de sus pupilos:
magos desertores de corazón puro.
Mas la reina envejece con veloz ritmo:
ve a sus jóvenes magos sucumbir
mientras su traje se tiñe de color oscuro.

Sucumben a las fuerzas del mal,
y la reina, corrupta ante los hechos,
ahora es la reina negra.
Espera la muerte en silencio,
decrépita y al borde de su final,
cuando de repente alguien entra por la puerta.

Un joven pupilo vuelve de tierras lejanas
horrorizado ante grotesca situación,
y le pide a la reina negra,
ser su humilde sucesor
para perpetuar por siempre la magia,
y empezar así una historia nueva.

El fin de su reinado ha llegado:
la reina negra muere doliente,
dejando paso a su aprendiz.
Su magia todopoderosa muere
y el joven mago toma el legado,
para que esta historia no se vuelva a repetir.

Tormenta de verano

Mis emociones se exaltan ante el más sutil estímulo
los nervios tengo a flor de piel
nada lo veo como es
todo tiende hacia el más absurdo ridículo.

Llueve con mucha fuerza y cesa de repente,
es como mi mente en estos momentos
como la bomba más potente
como un volcán, mil rayos y mil truenos.

Es la fuerza de la tormenta de verano,
es magia y vida fugaz
y mi mente, consciente del cambio,
busca una manera de aguantar.

Aguantar el verano que parecía infinito,
mantener ese tiempo libre y su tranquilidad,
aguantar esos días de bello frenesí vividos
mantener de esos días las ganas de soñar.

Imitaciones del vivir

Me demoro en el mirador,

el tiempo fluye viéndome morir,

me desangro a contrarreloj

por imitaciones del vivir.

Paseo por el bulevar de los sueños rotos,

paseo por París y vago sin rumbo por Madrid,

pero nada es igual, ni yo soy el mismo,

pues veo corrupto hasta el jardín.

Todo se desvanece a destiempo,

me ahogo en nubes de hipocresía,

lloro solo y amargado

mientras descubro que todo era una pantomima.

Nada es coherente perdidos los ideales,

y mis sueños se mueren para no vivir,

porque bastante cruel ya es el destino,

y bastante tuvieron que resistir.

Muerto, corrompido, doliente y taciturno,

parece que mi vida a partir de ahora será así,

me ahogo en mis penas por toda la miseria de mi mundo,

y muero ahogado en imitaciones del vivir.

Ganas de que cesen todos mis tormentos,

pero viendo que la magia es algo infantil,

la muerte sería el único remedio

para estas imitaciones del vivir.

Pero como la muerte es de valientes

y yo vivo asustado entre mil versos,

aguantaré y seré fuerte,

y esperaré a que venga algo bueno.

Y así libero mi ira contra el mundo,

contra todo lo que me sale mal porque sí.

La vida contra mí y yo contra este absurdo

llamado imitaciones del vivir.

El mundo gira sin mí

La noche se cierne de nuevo sobre Madrid
y las sombras buscan corromper mi alma,
mis sueños se sepultan en la nada
mientras el mundo gira pero sin mí.

Me cuesta creer en el amor,
me cuesta porque ya no estás aquí.
No tiene sentido este dolor
mientras el mundo gira pero sin mí.

Me ahogo en gotas de agua,
mi mundo inmenso se queda pequeño,
sobrevivir ahora es la tarea más ardua
mientras veo girar el mundo entero.

Las noches ya se hacen largas y tétricas
y los lamentos de mis errores me acechan
y, mientras con ellos me hundo en mi poética,
el mundo de moverse no cesa.

Cansado de soñar despierto
y de pensar en amores imposibles,
quiero sentirme libre
y quiero dejar de estar quieto.

Cansado de que la vida me trate así,
me despierto durante la noche sufriendo.
La vida se convierte en un infierno
cuando el mundo gira pero sin mí.

Mi estrella del firmamento

Las noches de verano son traicioneras:
son más largas de lo que parecen.
Mitigo el insomnio contando ovejas:
a cada una que cuento mi ilusión más se desvanece.

La única música que llena ahora mis oídos
es la de mi guitarra en su lamento
que llora con acordes menores y sostenidos
que llora para que yo no llore en invierno.

La poesía que queda en mi corazón
es magia corrompida por la desdicha
que se muere de decepción
por vivir tanta mentira.

El paso de las horas hace que te eche más de menos
pero no que cese mi llanto,
que resuena por las calles y sube al cielo
haciendo brillar a algún astro.

Otra noche más ahogado en un dilema
otra  noche que pasa mientras intento dormir
y aquí sigo esperando una estrella
que en el firmamento brille para mí.