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Vivero de poemas de toda una vida y de las de aquellos que pasaron cerca. Libre de prosa desde el 2012. Antiguamente, Poesías de una Noche de Verano

martes, 28 de enero de 2020

Danzar mágico

Tú y yo, uno frente al otro.
Una mirada de complicidad,
sabiendo todo el gozo
que estos segundos encerrarán.

Con la bella arrogancia
de unas manos vacías,
yo lleno de bella escarcha
tu ciclón de flores amarillas.

Corremos a nuestro encuentro
y, por no demorarnos,
lanzamos fuertes vientos
con los que nos empujamos.

Tu viento, de tus manos heladas,
choca con el mío, ardiente.
Y así, poco a poco, te alzas
sobre mi corazón efervescente.

Giras con un dulce compás
y yo te envío suaves burbujas
que tú replicas con un singular
torbellino de pequeñas chispas.

Llovizna sobre mí y veo un destello:
tu brillo se apodera de toda la zona,
por lo que decido rodear tu cuerpo
de una esfera de hermosas rosas.

Tu brillo es incontrolable y estalla:
rosas llenas de luz nos invaden.
Aprovecho, lanzo chorros de agua
a través de hermosas espirales.

De bellos arcoíris se llena todo,
emanan de los pétalos de rosas,
mientras desciendes poco a poco
y frente a mis labios te posas.

Sonrío, sonríes y todo cambia,
despertándome de un eterno sueño.
Esto, querida Dafne, es lo que pasa
Por mi cabeza cada vez que te beso.

sábado, 11 de enero de 2020

Paraíso suspendido

Viejas canciones, nuevas canciones,
viejas ideas, nuevas ideas,
planes simples, planes complejos.
Cambian las cosas con el tiempo,
aunque siempre habrá situaciones
que nunca se sientan muy viejas.

Nuevos mundos, pero Madrid
sigue siendo una constante.
Nueva magia, vieja magia,
personas que nunca acaban
de hacerme sonreír
hasta con los mínimos detalles.

Nuevas alegrías, nuevos dolores
Nuevo frío, el de las manos
que nunca más podré agarrar
y las que nunca querría soltar.
La vida me brinda más goce
ahora que estoy a su lado.

Viejas heridas, nueva sanación,
viejos demonios que luchar
con muchas nuevas ideas.
Por primera vez en eras,
la muerte no sabe a liberación
sino a un indeciso final.

Porque este paraíso suspendido
es la mejor vida más allá
de la muerte de una parte de mí.
Parece mentira que sonreír
duela tan poco y el motivo
sea el mismo que me pudo matar.

Que aún no me lo quiero creer,
por si todo esto es un buen sueño
y me despierto en otra noche
en otros inviernos cuyos nombres
recuerdan los albores de mi ser
con un vago lamento.

Desconozco desde hace tiempo
qué mundo me es más bonito.
Alterno demasiado entre dos mundos
perdiéndome en el mirar profundo
de los ojos que una vez hicieron
posible este paraíso suspendido.