No quedan chicas guapas por Madrid

Ya no quedan chicas guapas por Madrid,
todas se van a la playa,
a lucir bikinis nuevos por ahí,
a lucir cuerpos que impactan.

Ya no quedan chicas guapas por Madrid,
no quedan esos sueños de verano,
de encontrar una chica diez para mí,
y de vivir un idilio improvisado.

Ya no quedan los sueños de andar,
por la Gran Via a las tres de la mañana,
ni de ir a un cine de verano a contemplar,
como dos tórtolos la película de "Casablanca".

Atrás quedan cien atardeceres en Debod,
uno para cada día de verano,
y atrás queda toda la pasión,
de cuando esos días quedaran en el pasado.

No quedan desde hace mucho tiempo,
no quedan chicas guapas por Madrid,
no es cosas de agosto, es desde el momento
en que yo te conocí.

En aquel lugar

En aquel lugar, en aquellos días,
yo solía juguetear por estos lares.
Éramos unos espías con palos
que hacíamos batallas en el parque.

En aquel lugar, en otros días buenos
yo encontré el sosiego que me faltaba
entre los gritos, las risas y los golpes,
de la triste vida por la que me encaminaba.

En aquel lugar, durante días de cualquier momento
vi el cielo y probé la tristeza
y la alegría de estar solo
mientras buscaba algo de fortaleza.

En aquel lugar, durante mi edad de oro,
me hice tan fuerte como me dejaron,
la vida me dio un giro brusco
para que pudiera tocar la felicidad con las manos.

En aquel lugar, que está en mi presente,
siento las emociones de muchos días pasados,
siento cosas que nunca creí
que fuera a encontrar entre sus brazos.

En aquel lugar, los días futuros son pasados
porque el pasado fue una vez futuro incierto,
y ahora solo me quedan estos abrazos
y recordar lo mucho que nos queremos.

En aquel lugar, ella nunca sabrá que me ocurre,
pero todos los días le doy gracias a la vida,
por haberme dado algo tan perfecto,
algo que sé que no merecía.

Life in Mars

Una partida al escondite por Madrid,
olas de calor porque nos quedamos sin agua
para poder hacer el hielo que falta
para combatir el calor de esta fragua.

Dos esposas que me ponen dos esposas
dos solsticios que me devuelven a una primavera
que cargué de sueños anteriormente
y que ahora se pudren en mi cartera.

Besos bajo el sol de una tarde de amor ardiente,
se derritieron las emociones entre intentos de poesía
unos culpan al calor, otros a aquella película
que te hacía enfermar cada vez que la veías.

Un suspiro de primavera, un llanto de verano,
una lágrima del otoño y un silencio de invierno.
Unos luchan contra las nubes, otros contra lo absurdo,
otros saltan del cielo, buscando el infierno.

Lo que no saben, es que esto es el jardín
de las delicias de alguien que se divirtió
poniendo cielo, infierno y tierra juntos,
¿en qué pensaba cuando se le ocurrió?

Aviones que no despegan, personas que sí,
se intercambian los libros Adam Smith y Karl Marx,
escribo un poema de verano que no tiene sentido,
mientras recuerdo una serie llamada "Life in Mars".

Algún día veréis el mundo del revés
y a mi con él, dado la vuelta me veréis,
pues de tantas vueltas por el sentido y el absurdo
me quedaré en aquel lado donde no estéis.

La magia de la ninfa

Tras tantos viajes en los que dejé
a la ninfa cuidando del  jardín,
decidí que ya debía de volver,
pero entre tanto viaje me perdí.

La oía, pero no la encontraba,
los susurros pasaban a gritos
y a cada paso que daba,
entendía que no estaba perdido.

Entonces me di cuenta de que yo
era el que estaba desamparado,
que mi corazón se quedó en suspensión,
esperando un estímulo de su agrado.

Pero vi a la ninfa, con los ojos cerrados,
sentí su mano fría y en sus brazos calidez,
sentí que mi corazón volvía a estar funcionando,
sentí que de pronto nos llovió como aquella vez.

Guarda momentos como este para mí
por si alguna vez te pierdo de nuevo,
recuérdame la magia que tienes dentro de ti
y que va desde tus manos hasta tus besos.